"Lota Protein no trepidó en girar varias veces su línea argumentativa para justificar la licitación de cuotas de pesca", dijo el abogado de la Asociación de Industriales Pesqueros (ASIPES), Cristóbal Eyzaguirre, la mañana de ayer jueves durante su ponencia ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC).
Según el representante de los industriales pesqueros de la zona centro sur, la empresa del grupo noruego Koppernaes ha actuado de manera incoherente. Primero, en su consulta al TDLC alegó que el mercado de productos finales tendría un serio problema de libre competencia y, además, que la Subsecretaría de Pesca (Subpesca) y los Consejos Nacional y Zonales de Pesca habían infringido este principio. Luego, en una nueva presentación, cambió de discurso alegando que el mercado de cuotas tendría problemas de costos de transacción. Y en un tercer documento, la compañía extranjera levantó otra tesis: la existencia de un gran potencial de recaudación en una subasta de cuotas.
El abogado de Asipes dijo también que "resulta curioso que una empresa noruega respete la asignación de cuotas por historia en su país -lo que ocurre en todos los países con larga trayectoria pesquera-, pero en Chile pretenda convencernos que dicha asignación sería ineficiente".
A continuación, Eyzaguirre rebatió los siete mitos que Lota Protein y sus informantes han levantado para cuestionar la asignación de cuotas pesqueras por historia y validar las licitaciones.
En primer lugar, descartó que con cuotas entregadas por historia haya problemas de competencia en el mercado de productos finales. Ello, entre otras razones, porque existe una restricción exógena a la oferta (la cuota fijada por la autoridad), no hay desvío de producción a los mercados externos por parte de los grandes productores, los pequeños productores exportan parte relevante de su producción y el HHI (índice de concentración) del sector es moderado. "Si el mercado local no fuere competitivo, Lota Protein vendería toda su producción en el mercado local", concluyó.
En segundo lugar, rechazó que hubiera problemas de competencia en el mercado de cuotas, pues éstas se distribuyen entre varios actores de tamaño equivalente, existen fuerzas opuestas que conducen a un comportamiento eficiente entre los actores y, por lo mismo, se impide la colusión. Además, reflexionó Eyzaguirre, independiente del tamaño, cualquier eventual manipulación desaparece cuando las cuotas están en manos de quienes más las valoran.
En tercer lugar, el abogado de Asipes aseveró que no es verdad que los costos de transacción en el mercado de cuotas sean insalvables, pues entre 2001 y 2009 se llevaron a cabo más de 300 transferencias en el país sólo en el jurel. En cuarto lugar, dijo que es falso que la licitación sea el único mecanismo para asignar eficientemente las cuotas, pues la experiencia nacional e internacional demuestra que las subastas no han funcionado y que la transferibilidad (venta de cuotas) es el mejor camino.
En quinto lugar, dijo que no es efectivo que la subasta sea el único mecanismo que resuelva las asimetrías de información. Sostuvo que hoy los potenciales entrantes tienen igual acceso a información del mercado de productos finales, costos de extracción y de procesamiento, como también que es imposible que alguien -en la industria o fuera de ella- prediga la disponibilidad de los recursos en el futuro.
En sexto lugar, Eyzaguirre puntualizó que es un mito que las subastas generarían mayor innovación. De hecho, recalcó que ninguno de los países que Lota Protein califica como exitosos en innovación (Nueva Zelanda, Islandia, Noruega, Canadá y Australia) ha subastado las cuotas de pesca.
En séptimo lugar, se mostró contrario a que las licitaciones traigan otros beneficios económicos y sociales. Por el contrario, manifestó que autores como el islandés Ragnar Arnason han resaltado que las subastas de cuotas pesqueras desincentivan la inversión y cooperación en la preservación del ecosistema, generan visión y estrategias corto plazo, incrementan el costo de capital, debilitan la industria y perjudican la competitividad en un mercado globalizado. "Si subastar fuera la panacea, ¿por qué ninguno de los 22 países con cuotas individuales lo hace?", preguntó a los miembros del TDLC.
Por último, el abogado de Asipes rechazó que la Constitución chilena no proteja los derechos de propiedad sobre la pesca. Dijo que las autorizaciones de pesca son reconocidas por el Tribunal Constitucional y la Contraloría General de la República. Además destacó que son indefinidas, transmisibles y transferibles en régimen de plena explotación; permaneciendo luego de la eventual expiración de Límites Máximos de Captura.