"Fetrapes" fiscalía nacional económica no resuelve colusión en licitaciones pesquera, efecto ley longueira

Senado CRISIS DE DIVERSAS PESQUERÍAS EN CHILE

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A continuacion publicamos secion senado especia "Crisis de diversas pesquerias en Chile" del 01 de Diciembre de 2010
REPÚBLICA DE CHILE
DIARIO DE SESIONES DEL SENADO
PUBLICACIÓN OFICIAL
LEGISLATURA 358ª
Sesión 71ª, en miércoles 1 de diciembre de 2010
Especial
(De 12:20 a 14:12)
PRESIDENCIA DE LOS SEÑORES JORGE PIZARRO SOTO, PRESIDENTE,
Y JOSÉ ANTONIO GÓMEZ URRUTIA, VICEPRESIDENTE
SECRETARIO, EL SEÑOR CARLOS HOFFMANN CONTRERAS, TITULAR
____________________
VERSIÓN TAQUIGRÁFICA
I. ASISTENCIA
Asistieron los señores: lvear Valenzuela, Soledad; Bianchi Chelech, Carlos; Chadwick Piñera, Andrés; Chahuán Chahuán, Francisco; Coloma Correa, Juan Antonio; Escalona Medina, Camilo; García Ruminot, José; Gómez Urrutia, José Antonio; , Horvath Kiss, Antonio, Kuschel Silva, Carlos; Lagos Weber, Ricardo; Larraín Fernández, Hernán;, Letelier Morel, Juan Pablo;, Longueira Montes, Pablo;, Matthei Fornet, Evelyn ; Navarro Brain, Alejandro; Novoa Vásquez, Jovino; Orpis Bouchón, Jaime; Pérez San Martín, Lily; Pérez Varela, Víctor; Pizarro Soto, Jorge; Prokurica Prokurica, Baldo; Quintana Leal, Jaime; Rincón González, Ximena; Rossi Ciocca, Fulvio; Ruiz-Esquide Jara, Mariano; Sabag Castillo, Hosaín; Tuma Zedán, Eugenio; Walker Prieto, Ignacio; Walker Prieto, Patricio; Zaldívar Larraín, Andrés
Concurrieron, además, el Ministro de Economía, Fomento y Turismo, señor Juan Andrés Fontaine Talavera y el Subsecretario de Pesca, señor Pablo Galilea Carrillo.
Actuó de Secretario el señor Carlos Hoffmann Contreras.
II. APERTURA DE LA SESIÓN
--Se abrió la sesión a las 12:20, en presencia de 21 señores Senadores.
El señor PIZARRO (Presidente).- En el nombre de Dios, se abre la sesión.
Tiene la palabra el señor Secretario General para dar a conocer un acuerdo de Comités.

ACUERDO DE COMITÉS
El señor HOFFMANN (Secretario General).- Los Comités acordaron por unanimidad retirar de la tabla de la sesión ordinaria de hoy el proyecto de ley, en segundo trámite constitucional, que establece un nuevo concepto de empresa, y enviarlo para nuevo primer informe a la Comisión de Trabajo y Previsión Social; una vez despachado por esta, remitirlo a la de Economía.
El señor LETELIER.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra, Su Señoría.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, quiero dejar constancia de que, por la hora en que seguramente se envió la citación a la reunión de Comités, no la recibí. Imagino que se cursó al final del día de ayer, después del debate habido en la Sala a propósito de la comunicación de la Policía de Investigaciones.
Por lo tanto, solicito dejar pendiente la segunda parte del acuerdo de los Comités.
No obstante que el retiro de un proyecto de la tabla es facultad de la Mesa, me gustaría que la materia a que me he referido se conversara en la próxima reunión de los Comités.
El señor PIZARRO (Presidente).- Señor Senador, efectivamente la citación fue enviada ayer. Y supongo que se hizo conforme a los mecanismos que normalmente emplea la Secretaría.
De modo que los Comités, por unanimidad, resolvieron retirar de la tabla de hoy la iniciativa sobre nuevo concepto de empresa; y que, una vez que se tenga un nuevo informe de la Comisión de Trabajo, pase a la de Economía.
Como el Comité Socialista no estuvo presente en esa oportunidad, podrá hacer valer sus puntos de vista en la próxima reunión de Comités.
III. ORDEN DEL DÍA

CRISIS DE DIVERSAS PESQUERÍAS EN CHILE
El señor PIZARRO (Presidente).- La presente sesión especial tiene por finalidad analizar la crisis que está afectando a diversas pesquerías del país.
Para tal efecto, se invitó a los señores Ministro de Economía, Fomento y Turismo; Subsecretario de Pesca, y miembros del Consejo Nacional de Pesca, algunos de los cuales se encuentran presentes.
La sesión se desarrollará en la misma forma de siempre: se va a distribuir el tiempo conforme a los minutos que le corresponden a cada Comité.
En primer lugar, ofreceré la palabra al señor Ministro de Economía, quien complementará su intervención con el sistema Power Point.
El señor NAVARRO.- ¿Me permite, señor Presidente?
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.
El señor NAVARRO.- Señor Presidente, el procedimiento seguido en una sesión especial es otorgar entre 15 a 20 minutos a quien la ha solicitado para explicar el porqué de ella. Sin embargo, si la Mesa ha decidido cambiar el criterio, lo acepto, pero no lo comparto.
El señor PIZARRO (Presidente).- Señor Senador, el sistema que rige en el Senado es distinto al de la Cámara. Hay una pequeña diferencia.
Obviamente, se repartirá el tiempo disponible para que todos puedan expresar su opinión.
Los señores Ministro y Subsecretario han solicitado el ingreso a la Sala de algunos asesores.
¿Habría acuerdo?
El señor PROKURICA.- ¡No hay problema!
--Se accede a lo solicitado.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el señor Ministro.
El señor FONTAINE (Ministro de Economía, Fomento y Turismo).- Señor Presidente, Honorables Senadores: celebro la realización de esta sesión destinada a tratar un problema de gran importancia: la reducción sistemática del recurso pesquero en varias de las pesquerías más importantes del país, lo que constituye un tema principal del sector.
Nuestro diagnostico inicial -que está en la transparencia- es que varias de las pesquerías se hallan en estado de sobreexplotación; es decir, su sustentabilidad a mediano plazo se encuentra en riesgo. Específicamente se incluyen tres de ellas: jurel, raya y merluza, en las Regiones que se indican.
Cabe destacar que, en este momento, esta es la principal preocupación del Gobierno en la materia.
Respecto a las medidas por adoptar, estamos trabajando en dos líneas.
Por un lado, en el corto plazo, la principal acción se refiere a la fuerte reducción que se propone en las cuotas globales para 2011.
Sus Señorías saben que esas cuotas se establecen a través de una recomendación de la Subsecretaría de Pesca al Consejo Nacional de Pesca, que es el órgano resolutivo. No es el Gobierno el que lo hace.
Y esa recomendación ya se entregó. De hecho, el día de ayer, el Consejo Nacional de Pesca inició el análisis de algunas cuotas globales para ciertas pesquerías. En una próxima reunión, se votará nuestra sugerencia.
El Gobierno propone al Consejo Nacional de Pesca, a través de la Subsecretaría, una reducción significativa de las cuotas globales respecto de las establecidas para 2010. Eso no significa que la disminución sea tan elevada, pues el monto efectivamente capturado durante este año, en muchos casos, ha sido muy inferior a la cuota fijada.
Es importante tener claro lo anterior, porque implica que el ajuste a esta restricción de la cuota del sector pesquero, tanto industrial como artesanal, en parte ya se efectuó este año, porque ha habido un menor esfuerzo de captura.
El señor LAGOS.- ¿Podría repetir esa última parte, señor Ministro?
El señor FONTAINE (Ministro de Economía, Fomento y Turismo).- Lo que dije es que estamos haciendo una reducción significativa de la cuota propuesta para 2011, sobre la base de la que se está aplicando en el 2010. Pero, como la pesca de este año -por la escasez del recurso- ha sido muy inferior a la cuota fijada, el ajuste y las consecuencias sobre el empleo del sector, en parte, ya se han realizado.
Entonces, a través de esta cuota menor para 2011, estamos sincerando una situación que en parte ocurrió en 2010.
En esta tabla, figuran nuestras propuestas al Consejo Nacional de Pesca sobre el límite global de captura para las principales pesquerías.
Como se puede apreciar, en la columna de la derecha, se disminuye en 60, 43 y 72 por ciento la pesca de anchoveta en las distintas Regiones donde se captura; en 37 por ciento la de sardina; en 13 y 8 por ciento la de merluza, y en 76 por ciento la de jurel, que es la captura principal y la más significativa. Es decir, en este último caso, habría una reducción de la cuota global de un millón 300 mil a 315 mil toneladas para 2011.
En la tercera columna, figura el monto de la pesca estimada de jurel para el 2010. La captura que se espera para este año es de 446 mil 711 toneladas. De cumplirse plenamente la cuota propuesta para 2011, ello significaría reducirla a 315 mil toneladas.
En el cuadro se ilustra bien lo que sostuve antes: que el esfuerzo de pesca ya se ajustó, en buena medida, debido a la disminución de la cantidad de peces y, en consecuencia, la cuota global fijada para este año, de un millón 300 mil toneladas, no tiene validez, pues, en la práctica, se está pescando cerca de 450 mil.
El objeto de esta drástica reducción de cuotas es crear un escenario para la recuperación de las pesquerías.
No se trata de una disminución permanente. Según sea la longevidad de las distintas especies, se calcula que entre los próximos 5 a 10 años las distintas pesquerías volverían a su situación normal.
En el caso del jurel, de acuerdo a cómo se lleven a cabo las negociaciones internacionales a nivel de Organización Regional de Pesca, en 5 años deberíamos volver a cuotas de captura del orden de 500 mil toneladas; en el de la anchoveta y la sardina, en 4 años; en el de los crustáceos, 6 años, y en el de la merluza común, 10 años.
Naturalmente, esas proyecciones se van ajustando de acuerdo a la evolución del stock. No obstante, en principio, hay que tener claro que es un ajuste drástico pero temporal. O sea, no se trata -por así decirlo- de que este sea el fin de la historia en la materia.
Pasaré ahora a mencionar en forma breve las razones por las cuales pensamos que se llegó a este deteriorado estado de los recursos pesqueros.
En primer lugar, consideramos que las medidas de administración pesquera están sujetas hoy a un exceso de discrecionalidad, que las lleva a ser objeto de presiones económicas, políticas y sociales que terminan poniendo en riesgo la sustentabilidad del recurso.
Lo anterior tiene que ver, por ejemplo, con la fijación de cuotas globales de captura por el Consejo Nacional de Pesca o la recomendación -incluso, en los últimos años- de la Subsecretaría de Pesca por sobre lo que la ciencia propone extraer para hacer sustentable el recurso en el tiempo.
Otro ejemplo de esa discrecionalidad que trae malos resultados lo constituye la menor duración de las vedas reproductivas respecto de lo científicamente aceptable o conveniente.
Una segunda razón, por todos conocida, es la existencia de la flota extranjera, que ha producido un fuerte incremento en la captura de recursos migratorios que se capturan mar afuera, específicamente el jurel. Eso ha impactado la disponibilidad de la especie en toda la región, incluido Chile.
En esa materia, se debe destacar que las negociaciones internacionales han sido menos fructíferas de lo esperado. Y un elemento importante de la política es hacer de esas negociaciones un instrumento clave para la preservación de nuestra capacidad pesquera.
Un tercer motivo que ha provocado este mal estado es el otorgamiento bastante liberal de autorizaciones bajo el concepto de pescas de investigación, en el cual se distinguen tres tipos: las de ordenamiento, las de asignación de cuotas y las de investigación propiamente tal.
El hecho es que la suma de las tres formas de saltarse la restricción que imponen las cuotas ha producido un deterioro del recurso.
Aprecien los señores Senadores los números: de 50 pescas de investigación llevadas a cabo en 2000, crecimos en forma sistemática a 250 en 2009. Este año hubo 150, es decir, restringimos fuertemente el otorgamiento de nuevas pescas de investigación.
Una cuarta causa apunta a que observamos una tendencia a enfatizar aspectos de la Ley de Pesca que no se refieren exactamente a la utilización de ella a efectos de preservar el recurso. En específico, no se aplican las caducidades del Registro de Pesca Artesanal y muchas veces se torna imposible el cierre de la pesca artesanal pese a que por ley debería hacerse.
La quinta razón -que de alguna manera se halla mencionada en el ejemplo de la discrecionalidad- dice relación a que las recomendaciones científicas para adoptar las medidas de conservación no se están considerando suficientemente en el proceso de toma de decisiones. De hecho, no son públicas, como en el caso de la recomendación del IFOP sobre límites globales de captura. Eso, obviamente, provoca una tendencia a que ellas sean objeto de cambios -incluso, antes de llegar a votación en el Consejo Nacional de Pesca- por la vía de presiones económicas o de otra índole.
La sexta causa de problemas se refiere a la debilidad en la fiscalización por parte del Servicio Nacional de Pesca.
Faltan herramientas para controlar los desembarques de los pescadores artesanales y para fiscalizar la logística, específicamente del transporte. Además, el SERNAPESCA tiene deficiencias en el tamaño de su dotación para cumplir de forma adecuada su función.
El problema de las debilidades en la fiscalización, específicamente en la pesca artesanal, reviste gran relevancia porque, como se observa en el gráfico, hoy el volumen total de desembarque se asemeja mucho al de la pesca industrial. No era así la situación, en absoluto, a fines de los 90 o a principios de esta década (que está terminando, en realidad). Sin embargo, desde entonces hasta 2009, el desarrollo de la pesca artesanal ha sido muy fuerte y, en consecuencia, ahora nos encontramos en niveles parecidos.
Como señalé, la primera medida sería la reducción significativa de las cuotas globales. Y considero importante que los señores Senadores se informen de que estamos avanzando en tal sentido para la votación en el Consejo Nacional de Pesca.
Una segunda línea de acción apunta a la reforma de la Ley de Pesca.
Como Sus Señorías saben, las cuotas individuales vencen en diciembre de 2012. Debemos realizar en esta materia una modificación que queremos llevar a cabo en el contexto de una reforma más amplia que propicie una fiscalización moderna y efectiva; persiga que el insumo científico para la toma de decisiones sea de buena calidad y tomado en cuenta; procure que las decisiones de la autoridad pesquera y también las del sector privado industrial o artesanal se adopten con una mirada de largo plazo, y avance hacia más transparencia y menos discrecionalidad.
Lo anterior significa revisar el papel que hoy juega el Consejo Nacional de Pesca, entidad que -como expresamos- fija las cuotas globales.
Pensamos que su rol debe ser examinado, al igual que los que cumplen el Fondo de Investigación Pesquera (FIP) y el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP) respecto de ese insumo científico, que resulta crucial para la determinación de las cuotas.
En cuanto a las propuestas en que estamos empezando a trabajar, simplemente entregaré los lineamientos para esa reforma a la Ley de Pesca.
Referente al sector pesquero industrial, queremos perfeccionar el esquema de límites máximos de captura vigente, dándole mayor transferibilidad (en la actualidad es transferible, pero con ciertas limitaciones), entregándole más divisibilidad (hoy prácticamente no se divide), a fin de hacerlo divisible a plenitud, y otorgándole una duración de largo plazo al derecho correspondiente al límite individual de captura.
Esto lo consideramos crucial, porque, en la medida que tomen sus decisiones conociendo que tienen derecho a mayor tiempo, los agentes privados mirarán más el largo plazo que ahora. De alguna manera, hoy día las cuotas han ido reduciendo su período residual a medida que nos acercamos al 2012 y, en consecuencia, son de extremo corto plazo.
Pensamos que los límites de captura individuales deben definirse como porcentaje de la cuota global y que hay que mantener lo existente en cuanto a la prohibición para la pesca industrial de operar en las primeras 5 millas.
Respecto a la pesca artesanal, estamos estudiando dividir a este sector en dos, dada la heterogeneidad de su tamaño, a fin de distinguir la pesca artesanal grande de la pequeña, que es la propiamente artesanal.
Y queremos fijar límites en ambos casos.
Para los pescadores grandes, se establecerían límites de captura individual, y se les exigirían certificación de desembarque y posicionador satelital. O sea, los someteríamos a un régimen muy parecido al de los industriales.
Para los pequeños, se determinarían límites de captura individuales o colectivos, más al estilo de los existentes en el Régimen Artesanal de Extracción (RAE), pero mejorando la fiscalización de los desembarques.
Nuestro plan es enviar el proyecto de ley en marzo de 2011, para efectos de iniciar la discusión con tiempo.
Entre paréntesis, la distinción entre pescadores artesanales grandes y chicos está representada en el cuadro en términos de los desembarques habidos durante 2009; y -como puede observarse- aproximadamente tres cuartas partes de los desembarques corresponden a pescadores artesanales grandes. Es decir, ahí se encuentra el grueso del gran crecimiento experimentado por la pesca artesanal.
Finalmente, en cuanto a materias de corto plazo -volviendo, entonces, al impacto de la disminución de las cuotas globales-, como Gobierno estamos preocupados de mitigar los efectos que pueda provocar sobre el empleo del sector la reducción adicional del esfuerzo de pesca.
Como dije, el grueso de esa reducción ya debe haberse producido durante este año, porque basta con observar las cifras pertinentes para darse cuenta de que en las grandes pesquerías se ha registrado una disminución muy pronunciada. Pero, naturalmente, es posible que se ocasionen impactos adicionales por el efecto señal. Es distinto establecer una reducción temporal de la pesca cuando ya hay una señal de la autoridad, en términos de la fijación de una menor cuota global.
Por lo anterior, estamos pensando en un conjunto de medidas para mitigar el efecto en el empleo. Con tal propósito, hemos creado una comisión, que celebrará su primera reunión el 13 de diciembre en curso y estará formada por los Subsecretarios de Pesca, del Trabajo y la SUBDERE, la cual deberá accionar el plan de mitigación.
En nuestra opinión, en el Presupuesto para el año 2011 hay recursos disponibles, a través del Fondo de Fomento de la Pesca Artesanal (FFPA) y del Fondo de la Administración Pesquera (FAP), por 7 mil 500 millones de pesos, que servirán tanto para los programas habituales de fomento a la pesca artesanal o de apoyo productivo, como para atender, en este caso específico, la situación de los pescadores artesanales, de los trabajadores de planta y de los tripulantes que resulten afectados por la reducción del esfuerzo de pesca.
En esta comisión ad hoc hemos incorporado la presencia del Ministerio del Trabajo, porque pensamos que los fondos del SENCE, destinados a la capacitación, también pueden ser empleados para contribuir a la relocalización de estos trabajadores en otros sectores.
En conclusión, la sustentabilidad de los recursos pesqueros requiere una visión de largo plazo, que nosotros echamos de menos.
Cuando revisamos la historia reciente, observamos que ha habido un manejo cortoplacista de las cuotas globales de pesca, lo cual ha conducido a la necesidad de realizar el ajuste drástico de la cuota global de captura que proponemos.
Para efectos futuros, corresponde mitigar los impactos sociales que pueda traer consigo la reducción del esfuerzo pesquero, y reformar la Ley de Pesca, a fin de asegurar una institucionalidad que realmente apunte al largo plazo.
Resulta de interés colectivo, tanto para el país como para los industriales, los pescadores artesanales, los tripulantes, mantener este sector activo hacia delante. Para ello se requiere una perspectiva de largo plazo y una institución que dé incentivos para que las decisiones sobre las cuotas se adopten sin mirar el corto plazo y teniendo en consideración los elementos científicos.
Finalmente, en el caso específico del jurel, quiero llamar la atención respecto a la importancia de las negociaciones internacionales que se llevan a cabo en la Organización Regional de Pesca (ORP), que se reunirá en Cali en el mes de enero del próximo año, en las cuales nuestra posición debe ser avanzar hacia un esquema de cuotas globales a nivel de los países.
No estamos satisfechos con lo que hemos logrado hasta ahora en esas negociaciones, y consideramos que el país debe asumirlas como un aspecto crucial de la política pesquera.
Muchas gracias.
El señor PIZARRO (Presidente).- Procederé a dar la palabra a los oradores que se han inscrito.
Puede hacer uso de ella el Senador señor Navarro, por cinco minutos.
El señor NAVARRO.- Señor Presidente, como el tiempo de que dispongo para intervenir es insuficiente para mi presentación -que es un poco más extensa-, voy a pedir que se incorpore el resto, si hay acuerdo de la Sala. Porque cinco minutos es un lapso extremadamente breve. Pensé que iba a tener uno mayor.
Debo decir que nos han llamado profundamente la atención -en un sentido positivo- los anuncios formulados por el Subsecretario de Pesca, señor Pablo Galilea, el 24 de noviembre último en la Región del Biobío. Él señaló que el jurel se encuentra al borde del colapso y que se debe hacer caso a los científicos y no a los criterios económicos.
En verdad, extrañé en las palabras del señor Ministro una evaluación de la Ley de Límites Máximos de Captura por Armador, de 2001, que pretendió resolver el problema del jurel. Esa normativa requirió un gran y duro debate. Se ha aplicado durante casi diez años, y sus resultados han sido contrarios a los esperados.
Por lo tanto, no solo hay que efectuar una reducción de cuotas, porque esta fracasó, sino también una evaluación de la institucionalidad que permitió que se llegara al punto de colapso.
Por cierto, dicha ley fue aprobada con mi voto en contra. Advertimos lo que iba a pasar: que no se resolverían los problemas de sustentabilidad del recurso.
En esa oportunidad, la Sociedad Chilena de Ciencias del Mar y numerosos científicos dijeron que el problema no radicaba solo en la distribución de las cuotas entre grupos muy reducidos de dueños de grandes pesqueras, sino también en la necesidad de que existiera una política de preservación.
Me causa aún más preocupación que el propio Subsecretario señalara que habrá un debate legislativo para dar continuidad a la Ley de Límites Máximos de Captura por Armador. Porque se mencionó que ello obedece a cuatro factores importantes: el terremoto del 27 de febrero último; la incertidumbre que genera la negociación de la ORP -que yo comparto-; la delicada situación de las pesquerías, y la fuerte reducción de cuotas que se va a aplicar. Pero nada se dijo sobre una evaluación.
¿Cuáles son las evaluaciones de este Gobierno y del anterior respecto a esa normativa, que tiene gran responsabilidad en la situación actual?
La SONAPESCA y la ASIPES hablan hoy en un lenguaje casi verde, conservacionista, de lo cual me alegro. Pero es un poco tardío.
Se terminó con la "carrera olímpica". Sin embargo, resulta absolutamente insuficiente. Y, como en definitiva los mismos asesores que estaban durante la Concertación se hallan hoy en el Gobierno de la Derecha,...
El señor CHAHUÁN.- ¡Es bueno reconocerlo!
El señor NAVARRO.-...yo esperaría que se produjera, no un cambio de política, sino de evaluación. Porque -repito- los mismos asesores que estuvieron con la Concertación están hoy con la Administración de la Derecha.
Yo aspiro a que este Gobierno de Derecha haga realidad las políticas de cambio, porque la crisis es evidente.
Las empresas pesqueras anunciaron inversiones por 300 millones de dólares si se prorrogaba la aplicación de la ley por 25 o más años. ¡Eso sonó casi como un chantaje!
Espero que, responsablemente, el Ministro y el Gobierno efectúen una evaluación sobre qué van a hacer con la ley en 2012, cuando expire su vigencia. Porque, en definitiva, ahí nos vamos a enfrentar con un gran debate respecto a si vamos a reformar la institucionalidad pesquera; a si vamos a contar o no con un Ministerio de Pesca; a si es suficiente o no esta Subsecretaría, que tiene un peso específico mínimo, porque su única facultad es repartir peces y cuando se le acaban, distribuir artículos de ley, como lo hace hoy el Subsecretario con la pesca artesanal.
¡Se acabaron los peces! "Como no hay jureles ni anchovetas, entonces, repartamos modificaciones necesarias de la ley, a la pesca artesanal.". Pero respecto a lo importante: la evaluación de esta normativa, no se mencionó ni una sola palabra en la intervención del señor Ministro. Y nadie podría calificar de exitosos a una normativa y a un sistema de administración de pesquerías que, al cabo de 10 ó 12 años, terminan con el jurel casi extinguido y con solo 370 mil toneladas para una cuota, aprobada por el Consejo Nacional de Pesca, de un millón 300 mil toneladas.
Aquí ese Consejo ha pasado permanentemente por encima del enfoque científico.
¿Qué país en el mundo permite que los dueños del pescado lo repartan? ¡Solo Chile!
El Consejo Nacional de Pesca está conformado por todos los industriales pesqueros, quienes definen cuándo se pesca en nuestro país; pero no sobre la base de criterios científicos, sino de sus propios intereses. Si estos fueran acordes con los de los trabajadores, podría haber cierto diálogo. Pero nunca ha sido así.
Lo dijimos el 2000, en la Sala de la Cámara de Diputados. Recibimos críticas, descalificaciones, insultos. Diez años después, algunos reconocieron con hidalguía que teníamos razón, que el contrato exigido para que los propietarios de la pesca fueran sus administradores y pudieran hipotecarla debía contar con respaldo social. No lo hubo. Despidieron a la mitad de la flota. Todos los trabajadores, usados como carne de cañón en la calle, vinieron al Congreso a exigir que se aprobara la Ley de Límites Máximos de Captura por Armador, y luego fueron despedidos masivamente. ¡Masivamente! Algunos de ellos todavía vagan por las calles de Talcahuano, de Coronel, sin ningún destino fijo.
El señor PIZARRO (Presidente).- Concluyó su tiempo, señor Senador.
El señor PROKURICA.- ¡Se acabaron los peces y el tiempo...!
El señor NAVARRO.- ¿Me da un minuto adicional, señor Presidente?
El señor PIZARRO (Presidente).- Sí. Con cargo al tiempo del Comité Partido Por la Democracia.
El señor NAVARRO.- Gracias, señor Presidente.
Hoy se discute si es posible extraer sardinas y anchovetas de 2 a 3 centímetros. Ese es el tamaño de lo que se está pescando. Todos conocemos las limitantes del sistema de fiscalización a bordo y los graves errores que se cometieron en él. En definitiva, las medidas que se han tomado son insuficientes.
Yo apelo a que este Gobierno salve las pesquerías, apelo a que mire no solo a los industriales, sino también a los artesanales. Y me preocupa que el Ministro haya puesto énfasis en que ahora se va a fiscalizar a estos últimos, los únicos que han cuidado el recurso.
¡Si quienes lo depredaron no se encuentran en la pesca artesanal! En esta se sigue pescando lo de siempre. Los industriales son los que agotaron el recurso, y no solo debido a la pesca transoceánica, sino, particularmente -todos lo saben-, al subreporte (se pescan 1.000 toneladas y se declaran 500) y, por cierto, al descarte (se pesca, se revisa y luego se bota).
El sistema institucional de pesca, tal como está, ha fracasado. Se requieren importantes modificaciones, y los anuncios del Ministro son insuficientes, pues no se basan en un diagnóstico general.
Termino, señor Presidente, solicitando que se agregue a mi discurso el resto de la intervención que tenía preparada.
El señor PIZARRO (Presidente).- A continuación, le corresponde usar de la palabra al Senador señor Horvath.
Hago presente a Su Señoría que el Comité Renovación Nacional dispone de 18 minutos y tiene cuatro oradores inscritos. De manera que de ese tiempo se descontará el que usted ocupe.
El señor HORVATH.- Señor Presidente, quiero partir reconociendo la relevancia de esta sesión y, desde luego, la participación del Ministro, quien ha estado representado por el Subsecretario en la Comisión de Intereses Marítimos, a la cual también han asistido los consejeros de pesca, entre los cuales se encuentra don Andrés Couve, uno de los coautores, junto con este Parlamento, de la Ley de Pesca, de 1991.
Debo señalar, en primer lugar, que la actividad pesquera tiene cuatro patas, al igual que una mesa: la pesca industrial y artesanal; la acuicultura; la pesca deportiva y recreativa, y las áreas protegidas. En cifras, estamos hablando, con respecto a la primera, de 3 mil millones de dólares; la segunda llegó -y lo hará de nuevo- a 3 mil millones de dólares; en la tercera, de 1.000 millones de dólares, y en las áreas silvestres protegidas marinas, por el turismo, el rescate y el enriquecimiento de las especies, de otros 1.000 millones de dólares.
Esas son las cifras.
El encuentro de intereses en esta materia se reflejó claramente durante la discusión habida en el Senado acerca del posicionador satelital. Ahí fue posible apreciar con precisión hacia dónde van las fuerzas.
Por otro lado, deseo poner énfasis en las amenazas.
En primer término, podemos mencionar la sustentabilidad.
Segundo, se han mezclado los temas sociales, ambientales y laborales con el uso y abuso de los recursos naturales.
En tercer lugar están los riesgos. Lo vimos con el virus ISA, con el cáligus; hoy, en los ríos, con el didymo; con la contaminación del mar, y también con prácticas como el arrastre de fondo.
Cuarta amenaza: la biodiversidad. Tenemos un sistema de áreas protegidas, o insuficientemente protegidas, muy por debajo de lo necesario para garantizar el enriquecimiento de los recursos naturales. Y las cifras así lo demuestran.
Quinto: la fiscalización y la institucionalidad.
¿Las soluciones?
1.- El principio precautorio.
2.- Más investigación. Al respecto, quiero decirle al Ministro que este año disponemos de la mitad de fondos para tal efecto, y el 2011, lo mismo. Esto no se sustenta en el tiempo.
3.- Mejor fiscalización; mayor control real de áreas protegidas y de pesca; todo lo que signifique más conciencia y una actitud responsable en la actividad.
4.- Distinguir entre lo social y los recursos naturales. No podemos seguir en la práctica de resolver lo social a través de asignar recursos inexistentes.
5.- La institucionalidad, en lo que se refiere a investigación, fiscalización, biodiversidad y -el propio Ministro ya lo señaló- bajar los grados de discrecionalidad y arbitrariedad. El mejor ejemplo de ello son los fondos de investigación pesquera y el Fondo de Administración Pesquera (FAP).
A continuación, deseo compartir con ustedes algunas imágenes relacionadas con los desafíos de la pesca y la acuicultura.
Desde luego, aquí hay algo que está fallando. Necesitamos consejos zonales de pesca en cada una de las Regiones para evitar roces, que no conducen a nada; una zonificación del borde costero en lo relativo a los caladeros para los pescaderos artesanales; hay un número de sindicatos y gremios que está creciendo más rápido que la disminución de los peces; se entremezclan fórmulas de administración, como el RAE, la pesca de investigación y los planes de manejo que ahora se pretende llevar a cabo; hay nuevas pesquerías; existe la posibilidad de agregar valor a lo poco que tenemos; debemos generar nuevas artes de pesca; revisar el endeudamiento de los pescadores artesanales y no resolverlo con cuotas; establecer áreas de manejo y diversificar la pesca artesanal, incluso llegando a la acuicultura y el turismo.
En materia de institucionalidad, se echa de menos algo como el INDAP, un Instituto de Desarrollo para la Pesca Artesanal.
Voy a pasar rápidamente a la zonificación, porque esto tiene múltiples aplicaciones.
Muchas regiones ya cuentan con zonificación para los ríos, cuencas y bordes de mar.
Deseo terminar con un ejemplo de la ley vigente -de abril de este año- que impide la superposición de actividades incompatibles: caladeros de pescadores artesanales con acuicultura; áreas de conservación con pesca artesanal, y, desde luego -constituye la mayor pugna-, el sector turismo con el de la acuicultura.
Debemos cumplir con la ley. Ello no ocurre en este minuto, señor Ministro. Por ejemplo, se han otorgado concesiones acuícolas en zonas reservadas para el turismo o la pesca artesanal. Obviamente, eso es caldo de cultivo para volver a caer en la misma línea en la cual estuvo la acuicultura el año antepasado.
Este es el semáforo que muestra el estado de los recursos. Por cierto, nos lleva a revisar las cifras. Sin embargo, hay que hacerlo desde el punto de vista histórico.
El año 1995 se entregaron 4,4 millones de toneladas para la extracción de jurel. En la actualidad, apenas se ha logrado llegar a las 800 mil. Y la Organización Regional de Pesca del Pacífico está estimando una cifra que podría sustentarse, compartida por todos los países, en torno a las 700 mil.
Ahí tenemos un claro ejemplo de cómo las cosas no han funcionado bien y de que estamos heredando una situación de crisis.
Lo mismo pasa con la merluza del sur o austral. Se llegó a extraer, entre pescadores artesanales e industriales, 80 mil toneladas al año. Hoy en día estamos con una cuota que va por las 20 mil. Y en el semáforo aparece con color rojo.
Pasemos ahora a las áreas protegidas.
En Chile, las áreas protegidas (parques marinos, reservas marinas, áreas marinas costeras de uso múltiple) constituyen apenas el 0,03 por ciento. Y, si son realmente protegidas, el porcentaje baja aún más, pues ello implica además fiscalización e investigación.
Debemos tener muy claro que la biodiversidad se enriquece al amparo de estas áreas protegidas, y que los principales beneficiados con ellas no solamente son los científicos y la actividad turística, sino también toda la pesca, tanto artesanal como industrial.
Por eso, celebramos la decisión del Presidente de la República de establecer un área de 100 millas alrededor de la isla Salas y Gómez, en la cual se ha trabajado con organizaciones no gubernamentales como Oceana, la World Wildlife Fund (WWF), profesionales de la Biblioteca del Congreso Nacional, la Comisión de Intereses Marítimos del Senado, el National Geographic, la Subsecretaría de Pesca y el Sernapesca.
No hay que temerle a esto, porque enriquece el sector, enriquece los recursos, y cuenta con la anuencia de los habitantes de Isla de Pascua a quienes, desde luego, beneficia. Además, estamos analizando los antecedentes a fin de incrementar esta área para que sea significativa a nivel mundial.
En la imagen siguiente se puede observar la distribución de las áreas marinas protegidas.
Desde luego, todos estos datos van a quedar a disposición de los señores Senadores.
Paso rápidamente al tercer pie de esta actividad: la pesca recreativa en los distintos ríos del país.
Los ríos y cuencas están siendo afectados por contaminación y por intervenciones inadecuadas.
Este año se detectó la presencia del alga Didymo.
Cosa curiosa de la naturaleza es que resulta muy bella en su visión microscópica -los señores Senadores la pueden ver en la parte izquierda de la lámina-. No obstante, los ríos quedan como nos muestra la imagen de la derecha.
En los cuadros precedentes podemos apreciar las zonas del mundo en las cuales se detectó, hasta el año pasado, la presencia del alga Didymo. Desgraciadamente, ella entró en nuestro territorio y se halla en las cuencas de los ríos Futaleufú y Aysén.
Llamo la atención de quienes nos acompañan, en el sentido de que las áreas rojas que allí se muestran son las que potencialmente van a verse afectadas por la diseminación de esta alga que anula prácticamente todo tipo de vida en los ríos. Se puede apreciar que potencialmente están en riesgo todos los ríos de Chile.
En cuanto a la institucionalidad vinculada tenemos exceso de institucionalidad. Sin embargo, en lo que respecta a bioseguridad no contamos con un Consejo de Ministros, ni menos con una Agencia. Por lo tanto, sugerimos su creación.
En el cuadro superior se señalan algunos de los proyectos de ley que hay en el Congreso.
En resumen, en cuanto a los principales desafíos del estado de la pesquería, se requiere ampliar la investigación y a darle un estatus independiente y más efectivo al IFOP. Asimismo, se debe realizar una mejor fiscalización, una reducción de las cuotas, un aumento de valor a través del proceso, una legislación con los ecosistemas marinos vulnerables. También está lo relativo al descarte y se precisa someter a una revisión profunda el límite máximo de captura por armador. No creemos que esto se resuelva solamente por la vía de una licitación. Esa es una visión economicista y tenemos que revisarlo de acuerdo con el escenario de haber entregado exceso de cuotas globales.
Insisto en sacar lo social del abuso de los recursos naturales.
En los ríos hay que llevar a cabo una acción mancomunada entre el Servicio Agrícola y Ganadero, que posee la capacidad en terreno, y el SERNAPESCA, que tiene las facultades, para no ir a la saga de la contaminación, sino antes que ella.
De otro lado, se deben mejorar la Ley de Pesca Recreativa y establecer los consejos zonales de esta actividad que en la actualidad no están funcionando.
En acuicultura, es preciso cumplir con la zonificación y sacar lo más rápido posible los reglamentos.
Finalizo con lo que se refiere al ordenamiento del registro de la pesca artesanal. Por ningún motivo vamos a aceptar leyes, señor Ministro, que pretendan aumentar el esfuerzo, el número de embarcaciones e, incluso, que a los pescadores que aparezcan sobrerregistrados en una zona les permitan ir a extraer recursos a otras Regiones donde los cuidan con mucho esmero.
Asimismo, hay que verificar bien lo relacionado con las zonas contiguas, con la participación de las Regiones a las que estas llegan. Como ha señalado el Ministro tenemos que definir las áreas de reserva de la pesca artesanal entre los que utilizan botes y pangas y lanchas mayores. También es preciso diversificarse.
En lo atinente a las áreas marinas protegidas se consideran los parques marinos, las reservas marinas, las áreas marinas costeras de uso múltiple y un incentivo, como corresponde, a la ciencia y al turismo.
Con los cuatro pilares planteados de esta mesa podemos sacar adelante a la pesca y resolver esta herencia negativa que hemos recibido.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Le restan siete minutos al Comité Renovación Nacional.
Nadie hará uso de ellos.
Tiene la palabra el Senador señor Sabag.
El señor SABAG.- Señor Presidente, la crisis del sector pesquero va más allá de nuestras fronteras, es un problema global que tiene los siguientes efectos principales:
1) Sobreexplotación de los recursos pesqueros, tal como lo ha informado reiteradas veces la FAO.
2) Exceso de capacidad de pesca de las flotas, es decir, más barcos, más pescadores, mayor eficiencia por los avances tecnológicos y el efecto dañino de los subsidios con algunos países. Sin embargo, lo anterior ha reducido los stocks de pesca.
3) La degradación del ecosistema costero por efecto de la pesca y otras perturbaciones tales como la contaminación industrial, el desarrollo urbanístico y los usos agrícolas y ganaderos.
4) El precio de los productos pesqueros ha tendido a un importante aumento como consecuencia de la cada vez menor oferta, lo que ha incentivado el establecimiento de flotas que pescan en mares lejanos a sus puertos de origen.
ESTADO DE LOS RECURSOS PESQUEROS
Sin embargo, la abundancia de los recursos pesqueros depende de tres factores principales: la mortalidad natural, incluidos los efectos de la depredación (en nuestro caso los más importantes predadores son la jibia, que se alimenta de la merluza común, entre otras especies, y el lobo marino que lo hace con las pesquerías de espinel, tales como la merluza del sur y el bacalao de profundidad), aparte de los efectos nocivos en la acuicultura; la mortalidad por pesca que efectúan diferentes agentes pesqueros, ya sean artesanales o industriales; y el medio ambiente.
La mortalidad por pesca es un factor controlable por el hombre, en tanto la mortalidad natural solo puede mitigarse parcialmente reduciendo los predadores sin que se afecte el ecosistema.
El tercer factor no es controlable y depende, en nuestro caso, principalmente de los ciclos cálidos ("El Niño") y de los ciclos fríos ("La Niña"), supuestamente decadales.
De las 22 pesquerías a las que la Subsecretaría de Pesca les fija las cuotas de extracción anuales, cinco se encuentran en situación de mayor deterioro. Ellas son: el jurel, la anchoveta de la zona norte y centro sur del país, la merluza común, la merluza austral y el congrio dorado.
La situación por pesquería es la siguiente:
1.- En el caso del jurel, que es el más grave, la cuota de extracción actual, que es superior al millón de toneladas anuales, se verá reducida a un cuarto de esa cifra durante el próximo año. Este recurso transzonal en el último tiempo ha sido objeto de captura en alta mar, frente a las costas de nuestro país, por una cincuentena de barcos factorías de diez naciones que operan sin sujeción a normas de conservación y que, además, quieren hacer historia y así reducir la participación de Chile en la asignación que la nueva Organización de Pesca del Pacífico Sur realice en el futuro a sus Estados participantes.
A mi juicio, este ha sido el principal factor en la crisis del recurso porque la pesca por razones ambientales se ha localizado en alta mar afectándose por esta flota directamente la fracción adulta desovante del recurso inhibiendo de esta manera los procesos reproductivos del stock, tales como el desove y el reclutamiento. Hay que asumir una posición de Estado para la protección del recurso, la cual debe involucrar plenamente al Gobierno en sus más altas esferas, incluyendo el Ministerio de Relaciones Exteriores, el de Economía y la Subsecretaría de Pesca.
2.- Se debe tener presente que la anchoveta y la sardina se complementan. En general, existe disponibilidad de una cuando la otra está deteriorada.
La anchoveta en el norte del país pertenece a un mismo stock compartido con el Perú y que se extiende desde el paralelo 16° LS, a la altura de Mollendo (Arequipa), hasta el norte chico chileno (Coquimbo).
Mientras que en Chile el recurso anchoveta del norte se encuentra sujeto a cuota, en Perú está exento de ella porque en dicha nación el stock norte es 4 ó 5 veces mayor que el stock sur y, por lo tanto, de menor importancia para ellos. Esto hace que las medidas que implante nuestro país unilateralmente no tengan el efecto deseado, pues se aplican solo sobre la fracción chilena del stock.
Las fluctuaciones son especialmente dependientes de las condiciones ambientales, las que se han presentado desfavorables por un inusual largo período frío excediendo el normal ciclo decadal.
Respecto de la pesquería de la anchoveta desde la Quinta a la Décima Regiones probablemente su disminución se deba a una excesiva mortalidad por la pesca a que ha sido sometido el stock durante los últimos años.
3.- En relación con la merluza común hay que señalar que se halla en situación crítica desde hace cinco años. Las causas son de diversa índole; sin embargo, la brusca caída de su disponibilidad se asocia a la voraz depredación de la jibia. Es necesario mantener un seguimiento estrecho de su estado para la reconstrucción del stock en el mediano plazo.
4.- La merluza austral mantiene su condición de paulatina declinación desde hace diez años, en parte por la pesca de juveniles. El sector artesanal, a partir de 2002, aumentó su participación en esta pesquería en 50 por ciento, pero en su zona de pesca -aguas interiores- el pescado es más joven y ello ha acrecentado el mal estado del recurso.
5.- El congrio está en mal estado por excesiva explotación de la fracción juvenil, principalmente en la zona norte de la pesquería. Las capturas son moderadas, por lo tanto su influencia en el total de pesca del país es de menor importancia.
Es usual encontrar a quienes plantean que la crisis de los recursos se debe al mecanismo actual de asignación de cuotas entre empresas y también entre pescadores artesanales. Esto no tiene relación con el estado de los recursos. Al revés, cuando hay derechos de pesca existe mayor incentivo para cuidar los peces. Si no hay asignación individual o grupal, no interesa qué pase a futuro con los recursos.
En la discusión que se avecina sobre cómo asignar los derechos de pesca es evidente que se necesitará de un amplio debate. Y en él no deberá excluirse la aplicación del sistema de royalty, que presenta visibles ventajas para el país, sus trabajadores y empresarios (grandes, pequeños y medianos), por sobre la realización de licitaciones o subastas, que han probado su inefectividad para incorporar nuevos agentes y recaudar recursos, y tener otros inconvenientes mayores, por lo que han sido desechadas en el ámbito internacional. De hecho, hoy, como norma general, no se aplican en ningún país del mundo.
c) La fiscalización: Podemos tener un sistema ideal de fijación de cuotas, pero si no se controlan bien, no servirá de nada. Es necesario reforzar la acción de SERNAPESCA, con más recursos, personal y mejores procedimientos; incorporar a la fiscalización efectiva y certificación a los medianos y pequeños armadores, que hoy día representan cerca de 50 por ciento de la extracción pesquera del país, y son considerados la decimotercera potencia pesquera a nivel mundial. Se requiere una profunda reestructuración de este organismo. Ya hemos realizado cambios importantes en Aduanas y las superintendencias. Llegó la hora de hacerlo también en SERNAPESCA.
d) Planes de manejo por pesquerías: La Ley de Pesca, en su artículo 8°, permite establecer planes de manejo -es decir, políticas de mediano y largo plazo- lo que posibilita fijar criterios más estrictos y estables para la determinación de las cuotas. Esta fórmula no se ha aplicado hasta hoy. Es un procedimiento que existe y podría hacerse obligatorio.
Estos son los temas relativos a la pesca que se deben debatir en lo futuro, con tiempo y participación de los distintos actores, tomando en cuenta las realidades regionales, que son muy distintas unas de otras, e incentivando los acuerdos entre los diferentes actores en cada una de las Regiones del país.
Señor Presidente, el Sindicato de Tripulantes de Naves Arrastreras de la Región del Biobío me ha hecho llegar una estadística de las cuotas y desembarques de la merluza común entre los años 2001 y 2010. En el documento se aprecia que por lo general las cuotas se han respetado. Veamos algunos ejemplos.
El 2001 se fijó una cuota de 108 mil toneladas y se desembarcaron 121 mil 85. Es decir, aquella se excedió.
El 2002 la cuota fue de 128 mil toneladas y solamente se desembarcaron 115 mil 944.
El 2004 la cuota fue establecida en 139 mil 500 toneladas y se desembarcaron 73 mil 598.
El 2009 la cuota se fijó en 55 mil toneladas y se desembarcaron 43 mil 821.
Y el 2010 la cuota se determinó también en 55 mil toneladas y hasta el 15 de noviembre se han desembarcado 42 mil 537.
Es decir, las cuotas y los desembarques se han respetado plenamente.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Larraín.
El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, quiero aprovechar esta sesión para referirme a un tema muy específico, pero no puedo menos que reconocer el espíritu con que han estado trabajando el Ministerio de Economía y la Subsecretaría de Pesca, en particular por la forma responsable de abordar el tratamiento de las distintas pesquerías. Porque, efectivamente, como se ha señalado, la sobreexplotación de este recurso al final causa un tremendo daño al país, y más allá de las razones por las cuales esto se ha producido, al menos la capacidad de reaccionar y de actuar de un modo responsable constituye una señal de madurez que vale la pena destacar y agradecer. En ese sentido, creo que debemos tener la tranquilidad de que estamos cuidando nuestros recursos.
Por cierto, esto debe llevar a una revisión del sistema. Y el hecho de que la ley tenga un tiempo limitado de duración nos permite pensar que eso se va a hacer en este proceso, para ahí evaluar e introducir los cambios que reclamaba el Senador señor Navarro.
A propósito de ese punto, yo le pido a la Oposición que se ponga de acuerdo, porque cuando en el Gobierno se producen cambios de personas, se le critica, y cuando se determina la continuidad de las personas, también se le critica. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Podemos cambiar o no?
Al parecer, no se han puesto de acuerdo en la Oposición sobre el particular, y sería bueno que lo hicieran, para poder avanzar sin tantas complicaciones.
Sin perjuicio de ello, quiero referirme a las pesquerías en que nos hemos concentrado, y en particular a la merluza común.
Este es un tema que afecta específicamente a nuestra Región, porque es una de las pescas principales de la zona. Sin embargo, como ya lo hemos señalado en otras oportunidades, en este caso el problema no tiene que ver con la sobrecaptura, sino, más bien, con el sistema de asignación. De hecho, para ejemplificar, la cuota de captura de la merluza común autorizada por el Consejo Nacional de Pesca para el año 2010 ascendió a las 55 mil toneladas. Y la captura que se ha realizado de este recurso en lo que va del año, hasta el 19 de noviembre, es de 41 mil 257 toneladas. Es decir, está bajo el límite total, y se presume que va a llegar a unas 44 mil o 45 mil.
El Consejo Nacional de Pesca, la Subsecretaría de Pesca están propiciando para el año 2011 que se pueda autorizar una captura de 48 mil toneladas. En otras palabras, la cuota baja de 55 mil toneladas a 48 mil, con lo cual el recurso queda debidamente cautelado. Pero esa cuota es mayor incluso que la que se va a capturar este año. Por lo tanto, el problema de sobreexplotación de la merluza común no pareciera estar presente, dadas las magnitudes de captura reales y concretas que existen.
El problema es otro: que, dado el sistema vigente, las cuotas se hallan mal asignadas. Es decir, hay Regiones en donde existen cuotas de captura muy significativas pero que, al no contar con el recurso, no las pueden utilizar. Eso ocurre, por ejemplo, con la Cuarta y con la Quinta Región, en donde disponen de enormes cuotas para capturar la merluza común, pero el recurso no está ahí; se ha trasladado al sur. Y en el sur los pescadores artesanales, que tienen el recurso en la orilla, no lo pueden capturar porque no disponen de cuota.
Y ese problema lo venimos sufriendo desde hace bastante tiempo. Hemos hecho planteamientos todos los años y, afortunadamente, logramos extender y aumentar las cuotas para nuestros pescadores artesanales, pero, en verdad -debo decirlo-, con un esfuerzo bastante desgastador, porque hay que hacer una serie de trámites, muchas veces muy engorrosos, que no se justifican.
Quiero agradecer a las autoridades porque este año nuevamente hemos obtenido tres autorizaciones de cuotas adicionales para que nuestros pescadores artesanales puedan terminar el 2010, recurriendo a la pesca de investigación, a la Cuarta Región, a la Quinta Región, en fin. Realmente vamos a poder terminar el año con nuestros pescadores artesanales cumpliendo sus misiones dentro de los límites máximos de captura totales, pero no es un procedimiento razonable.
Entonces, deseo plantear que en este caso, en esta pesquería específica, el problema no radica en la sobrecaptura, sino en la mala asignación que existe, la cual está afectando a muchos grupos de pescadores. Yo, por lo menos, reclamo por los pescadores artesanales del Maule Sur -y me atrevo a hablar también en nombre de los del Maule Norte, a pesar de que no se hallan presentes los Senadores de esa Circunscripción-, porque tenemos ahí un problema sin resolver.
Insisto en este punto porque deseamos una solución definitiva. Entendemos que ella va a venir por la ley, pero queremos pedir, a través de las autoridades presentes, que el Consejo Nacional del Pesca, en su asignación de 2011, pueda considerar la realidad de las asignaciones que ya se hicieron de hecho este año, para no tener que sufrir durante el curso del año...
Apareció, por lo menos, un Senador del Maule Norte...
La señora RINCÓN.- ¡Y ahí está el otro...!
El señor LARRAÍN.- Me parece bien.
Decía que la idea es contar con una asignación durante el año y no tener que estar, con la teoría del salame, aumentando pedacito por pedacito, rodaja por rodaja. No es sano, no es justo, no es un sistema. Nuestros pescadores merecen tener tranquilidad en sus derechos, en sus posibilidades extractivas, sobre todo en una Región que fue muy golpeada por el último maremoto, que prácticamente destruyó las caletas, las cuales, gracias a la acción del Gobierno y de la empresa privada, se van a rehacer y quedarán mejores, por la forma como el proceso de reconstitución ha tenido lugar; incluso, se han repuesto embarcaciones y motores, gracias a un esfuerzo muy significativo. Pero nada sacamos con tener embarcaciones y motores nuevos, caletas y rutas rehechas -todo muy bonito- si no existen cuotas para nuestros pescadores, que las vamos sacando con tirabuzón, en un despliegue carente de justificación.
Así que aprovecho esta oportunidad, señor Presidente, para insistir en un punto que ya les hemos planteado a las autoridades, al objeto de que ojalá para el 2011 haya cuotas justas, adecuadas a la disponibilidad de los recursos, sin tener que estar mendigando a lo largo del año a quienes cuentan con ellas pero, no existiendo los recursos, no pueden extraerlas. Y eso, por cierto, dentro de los márgenes de cuota total disponibles para la captura de la merluza común.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- A la UDI le quedan 11 minutos.
Tiene la palabra el Honorable señor Rossi, por 4 minutos.
El señor ROSSI.- Trataré de ser muy conciso, señor Presidente.
En primer término, prácticamente una declaración de principios: el recurso pesquero expresa un valor económico, pero también un valor social; por ende, todos los derechos derivados de su explotación deben referirse necesariamente a ellos.
La Ley General de Pesca y Acuicultura de 1991 contiene un sistema de toma de decisiones donde el último paso es la participación resolutiva de los involucrados en el sector mediante el Consejo Nacional de Pesca. Ese paso existe en la administración pesquera en la mayoría de los países pesqueros del mundo, pero es solo de carácter consultivo.
Al cambiar el sistema de administración a límites máximos de captura o cuotas individuales el año 2001 -también voté en contra del proyecto pertinente, al igual que el Senador Navarro-, cualquier incremento o disminución en las cuotas afecta directamente a quienes están decidiendo sobre estas, ya que los dueños de ellas y sus trabajadores, tanto de flota como de planta, son miembros del referido Consejo.
En ninguna parte del mundo quien define la distribución de las cuotas es a la vez receptor de ellas.
He ahí una tarea fundamental por abordar durante la discusión del proyecto de Ley Larga de Pesca.
Señor Presidente, en cuanto a la incorporación de otros actores al sistema, debo puntualizar que, luego de doce años de entrega gratuita a un grupo de empresas de todos los recursos de importancia económica de la totalidad de los chilenos, es justo que se comience a aplicar la licitación de las cuotas de pesca.
El sistema de licitación debe tener límites a la concentración y ser progresivo, hasta llegar a un 100 por ciento, para no impactar fuertemente al sector. Al mismo tiempo, ha de asegurar la no colusión de quienes, al ser dueños de la parte de cuota no licitada, podrían pagar un precio muy alto en la licitación con el solo objetivo de evitar la entrada de nuevos actores al sistema.
Hoy día no existe competencia, y eso también me parece muy grave.
Por último, debo hacer referencia a un estudio, elaborado por la Universidad Arturo Prat, donde se demuestra que el recurso jurel para el norte, a diferencia de lo planteado a nivel nacional o del sur, ha ido incrementando su biomasa de manera progresiva y sistemática desde el año 2002 al 2010.
Por eso con el Senador Orpis hemos subrayado fuertemente la importancia que reviste el hecho de que las cuotas no se calculen a base de criterios históricos o de componendas entre distintos grupos empresariales. Ellas deben calcularse de acuerdo a la biomasa o al stock existente en cada unidad de pesquería, como lo definió la Contraloría, sin que, lamentablemente, el Gobierno haya querido entenderlo.
Ese es un punto fundamental si queremos de verdad preservar el recurso, racionalizar el esfuerzo pesquero conforme a datos técnicos, objetivos y científicos.
Muchos estudios han demostrado que la población de jurel del norte no corresponde al mismo stock de la población de jurel del sur, incluso en análisis de talla de promedio de madurez sexual.
Por tanto, espero sinceramente que, a partir de la crisis actual, seamos capaces de considerar los aspectos reseñados; de legislar, y, fundamentalmente, de tener en cuenta las realidades regionales a la hora de adoptar decisiones, evitando que quienes las tomen sean potenciales beneficiarios de ellas.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor PIZARRO (Presidente).- Les ruego a los presentes en las tribunas no hacer manifestaciones, ni a favor ni en contra.
Tiene la palabra el Senador señor Prokurica.
El señor PROKURICA.- Señor Presidente, en estos pocos minutos, trataré de aportar algunas ideas nuevas.
Creo que la intervención del señor Ministro nos ahorra muchos de los planteamientos que queríamos hacer, especialmente tomando en cuenta que, a mi entender, está abordando con seriedad una crisis evidente. De lo contrario, no tendríamos esta sesión.
Por tanto, felicito a quienes nos convocaron, pues nos permiten efectuar un pequeño análisis sobre la realidad de las pesquerías a nivel nacional.
En primer lugar, es indudable -y fluye de las opiniones vertidas aquí- que hay que hacer más y mejores estudios para tomar las decisiones. Porque en la medida que invirtamos en buenos estudios se van a adoptar resoluciones mejores y no estaremos manejando las pesquerías como se hizo por un tiempo largo, durante el cual las cosas no dieron buen resultado y, por ende, nos tienen donde nos hallamos.
En segundo término, apoyo la idea planteada por algunos en el sentido de terminar con las macrozonas.
Lo que no es propio no se cuida, señor Presidente.
En el hecho, ocurre que, habiendo Regiones contiguas con realidades distintas, las decisiones adoptadas respecto de una afectan a la otra. Y ese sistema, probadamente, no resulta.
Por ejemplo, en mi Región, la Tercera, no hay flota industrial; en la Cuarta, sí. Y las decisiones que se toman sobre el particular terminan perjudicando a una u otra.
Aquí, cada cual tiene que cuidar su especie y asumir las decisiones que toma.
En Atacama ha habido una buena decisión histórica, en el sentido de que la industria vendió sus naves y le pidió al sector artesanal que le sacara su cuota. Eso ha significado, primero, terminar con la discusión de siempre, y segundo, generar una condición económica bastante mejor para los pescadores artesanales. Así, hoy día los de Caldera, especialmente, viven una realidad mucho mejor; cuidan las especies, y tienen una simbiosis que ha dado un resultado excelente y que, a mi juicio, podría repetirse en otras partes.
Ahora bien, no he escuchado, señor Ministro -lo digo por intermedio de la Mesa-, referencia alguna a un punto que estimo importante tocar: la inaceptable depredación que se está haciendo de las algas del fondo marino.
Hoy día, moros y cristianos están extrayendo las algas del fondo del mar con barretas, provocando un daño ecológico tremendo a todas las especies que se crían, en particular a los peces de roca.
Actualmente, la producción de alginato a través de las algas está causando un perjuicio enorme.
Creo pertinente, pues, reflexionar tal como se hizo en los años 70 a 80, cuando comenzó la desertificación: se dictó el decreto ley 701, que significó múltiples beneficios para todo lo concerniente a la reforestación.
Pienso que llegó el minuto de actuar. Por eso, con el Senador Horvath elaboramos un proyecto destinado a "hacer un decreto ley 701 para el fondo marino", a fin de terminar con su depredación y generar un círculo virtuoso que signifique, por ejemplo, que los pescadores que poseen áreas de manejo puedan, en los lugares donde la industria de los ostiones, que está literalmente quebrada y no tiene destino debido a la competencia con Perú, plantar algas y alimentar a los abalones, que, al parecer, constituirán la industria que reemplazará a aquella.
De otro lado, hemos planteado públicamente la necesidad de terminar con la pesca de arrastre dentro de las cinco millas, pues el daño que provoca dicho método, particularmente en el área mencionada, es inadmisible en los tiempos que estamos viviendo.
Ahora, dos preguntas para el señor Ministro.
Primero, qué pasa con el esfuerzo de pesca fuera de las 200 millas. Porque, aparentemente, no hemos podido lograr que quienes están pescando fuera de esa área se acojan a los convenios suscritos.
Y segundo, cuál es el límite que se va a fijar entre los artesanales chicos y los grandes, determinación esperada desde hace bastante tiempo por el referido sector, que ve que un grupo de pescadores se consideran artesanales pero tienen artes de pesca mucho más eficientes.
Por último, quiero valorar el trabajo realizado por el Subsecretario de Pesca, señor Pablo Galilea, quien ha recorrido el país entero; ha conversado con los pescadores artesanales, con la industria, en fin, y ha tenido un diálogo muy franco, que espero produzca buenos resultados para todo el sector.
He dicho.
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra la Honorable señora Rincón.
La señora RINCÓN.- ¡Qué duda cabe, señor Presidente, de que nos encontramos frente a una crisis del sector pesquero, en que las decisiones legislativas serán cruciales para determinar el tamaño, dirección y perspectivas económicas y sociales de la industria respectiva!
Hay muchos aspectos involucrados en tal definición, Honorables colegas. Permítanme describir algunos.
1.- La cuestión social
Tenemos primero la dimensión social.
Como lo he sostenido en otras oportunidades, no es posible solventar una actividad económica que se desarrolla en tan corto espacio de tiempo.
Ese modelo de funcionamiento implica mirar la actividad productiva como un juego de todo o nada: cuota de captura o cesantía; lucha por la cuota y por las triquiñuelas de la cuota, en fin.
No podemos dejar de observar la evolución social de las miles de familias que dependen de la cuota de pesca. Hay que visualizar los procesos más integralmente; trabajar para resaltar sectores geográficos; revitalizar la dimensión de turismo formal, artesanal o típico, y coordinar grandes procesos de reconversión que permitan sustentar trabajo todo el año.
No es dable olvidar que la primera vocación pública en la política parte por la dignidad humana y la dignificación de sus procesos vitales.
Eso parece aún más esencial en las zonas afectadas por el terremoto y el maremoto últimos. Me he juntado en innumerables ocasiones con pescadores artesanales de Duao, Chanco, Pelluhue, Curanipe, Loanco, todas caletas del Maule Sur. Y en ellos veo una oportunidad. La reconstrucción del borde costero, de las caletas, del turismo de intereses especiales nos ofrece un espacio para generarle una expectativa diferente a toda esa gente.
2.- La cuestión del recurso
Las oportunidades sociales de que hablábamos dependen en gran medida de la existencia de la pesca. Toda la dimensión social no puede llevarnos a olvidar que se trata de pescadores, con toda la tradición que ello implica.
¿Pero cómo ha sido el comportamiento de la pesca? ¿Por qué esa dimensión declinante de la actividad? ¿Se debe al actual comportamiento de la merluza común y el jurel?
El caso de la merluza común
En el caso de la merluza común, que se pesca en forma compartida por el sector industrial, que tiene 65 por ciento de la cuota de captura, y el artesanal, con 35 por ciento, aproximadamente (conforme al fraccionamiento establecido por la ley Nº 19.849, de diciembre del 2002, que prolongó por 10 años los límites máximos de captura por armador), salvo un par de años de gran abundancia, la cuota artesanal no se ha extraído.
La merluza gayi, por otra parte, comenzó a sufrir un aparente y supuesto ataque de la jibia, molusco siempre existente en la costa chilena en cantidades limitadas, pero que encontró ambiente propicio para reproducirse abundantemente desde el 2001, iniciando su ataque en la Quinta Región.
Estudios de la Universidad de Concepción demuestran que aproximadamente 50 por ciento del alimento hallado en el estómago de ejemplares de jibia corresponde a merluza. Pero el doctor Hugo Arancibia, de esa misma casa de estudios superiores, lo desmiente de manera categórica.
Lo que sí es real es que dicha especie cayó en su biomasa y, especialmente, se ha juvenilizado. Estudios de años recientes indican una mayor abundancia de merluza, pero, asimismo, que ella se ha mantenido pequeña, no ha crecido en tamaño, lo que ha dado origen a variadas teorías. No obstante, todos los estudios son concluyentes en cuanto a la reducción de su biomasa.
El caso del jurel
El jurel es la principal especie pelágica nacional. En el fraccionamiento existente a partir del 2002, el 95 por ciento corresponde al sector industrial y el 5 por ciento al artesanal, que no tiene naves adecuadas para capturarlo.
Se llegó a pescar en nuestro país más de 4 millones de toneladas -para poder entenderlo, estamos hablando de algo parecido a 10 millones de vacas entrando al matadero- entre los años 94 y 96. Luego de una crisis derivada de la sobrepesca y otros factores, Chile decidió establecer una cuota de 1.500.000 toneladas durante la década del 2000.
Entre 2000 y 2003, el jurel empezó a demostrar en los estudios una mejoría con la aparición de tallas-edad que se encontraban ausentes; pero a partir del 2004 la situación comienza a desmejorar.
Aquello, porque la juvenilización del recurso significa que hay pocos ejemplares adultos aptos para la reproducción y que los tamaños son cada vez menores.
En sus mejores tiempos, la biomasa o cantidad de jurel presente en el océano era de 25 millones de toneladas; hoy solo llega a 2,4 millones.
Los dos peores problemas que podía enfrentar: stock reducido y fracción casi inexistente de adultos necesarios para reproducir.
3.- La cuestión internacional
No podemos obviar que en estos procesos productivos ha tenido un efecto significativo la depredación llevada a cabo por países expertos en pesca distante, en altamar, más allá de nuestra zona económica exclusiva.
Es absolutamente indispensable negociar un nuevo protocolo de cooperación internacional. El deterioro del jurel ha sido paulatino. Ya en el 2009 científicos de todo el mundo, reunidos en el Grupo de Trabajo Científico de la Organización Regional de la Pesca del Pacífico Sur, destacaron que su estado era grave y que debía disminuirse la captura.
Pero la negociación en dicha Organización ha sido mala para Chile y el recurso en comento; más bien, ha atraído cada vez mayor cantidad de barcos factorías, ocasionándole grave daño a la especie.
¡Esa pudo haber sido una buena razón para defender derechos soberanos frente al Perú!
La Cancillería ha dicho que reforzará estrategias de amplio impacto mirando los regímenes del Pacífico Sur y asumiendo posturas más claras de defensa de nuestros recursos naturales o, al menos, tratando de evitar la depredación brutal que vivimos año tras año.
4.- La cuestión legal
Todo lo anterior nos lleva a situarnos en el escenario de enfrentar el año 2012 un nuevo marco para la industria pesquera nacional. Resulta evidente que se debe cuidar la biomasa; mirar la supuesta evolución del jurel del norte; reducir los volúmenes de captura, y afrontar una estrategia de contención para una reproducción futura. Y eso ha de hacerse también con los otros recursos.
En lo anterior, creo que todos estamos de acuerdo. Pero aquí es donde se necesita claridad sobre la evolución de la industria; sobre las presiones internacionales; sobre innovación productiva; sobre reconversión; sobre asignaciones finas de todas las cuotas; sobre criterios de flexibilización entre armadores y pescadores artesanales.
Hay otros problemas involucrados, como la pesca del jurel bajo talla mínima legal, que aún no ha desovado, en las Regiones del norte de Chile, la única población de juveniles de jurel identificada en el Pacífico Sur, lo que es cada vez más grave para el recurso y la credibilidad científica del país.
Asimismo, resulta esencial una mirada tributaria que prevenga la depredación nacional del recurso.
¿Ha hecho suficientes esfuerzos el sector empresarial para dar trabajo en buenas condiciones, mejorar los salarios de sus trabajadores y de esa forma aportar al desarrollo del sector pesquero en Chile?
Nos declaramos disponibles para estudiar mecanismos ingeniosos y valiosos para otros segmentos de la economía nacional.
Creo que dicho sector debe discutir decididamente un sistema de royalty.
No basta un anuncio -puede ser razonable- en cuanto a reducción de cuotas si no viene acompañado de esfuerzos más contundentes de compromisos políticos, sociales, económicos y científicos de mediano plazo.
¿Qué tipo de legislación queremos? ¿Cuánta competencia y cuánto monopolio? ¿Qué clase de postura internacional asumirá Chile? ¿Con qué tributos? ¿Con qué márgenes de flexibilidad?
Debemos revisar la legislación, señor Presidente, y corregir los errores cometidos. Pero también tenemos que recoger la evidencia existente en esta materia.
Lo he explicado en otras sesiones. Le presenté un proyecto de ley al Presidente de la República durante un viaje a Ecuador y Colombia (ya lo había entregado al Subsecretario de Pesca, señor Pablo Galilea), junto con mi colega del Maule Norte -lo digo porque se mencionó en esta Sala-, en igual sentido.
Considero fundamental que en el Congreso tomemos medidas para recoger las iniciativas planteadas. Hasta ahora no lo hemos logrado, y este Gobierno sigue haciendo lo mismo que el anterior.
¡No más, señor Presidente!
Finalmente, por sobre todas las cosas, este Parlamento requiere conocer con claridad qué planes existen en la dimensión social.
Hemos señalado muchas veces en este Hemiciclo que no estamos disponibles para aceptar que los trabajadores paguen el costo de esta crisis. Sabemos que con la reducción de las cuotas de captura informadas por el Ejecutivo hace unas semanas habrá un impacto esencial, que será la cuestión social que señalé anteriormente.
Esa es nuestra primera preocupación. Y, sobre ella, la Democracia Cristiana y yo, como representante del Maule Sur, seguiremos teniendo nuestra principal atención.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Senador señor Orpis.
El señor ORPIS.- Señor Presidente, estamos tocando una materia muy de fondo. Entonces, quiero hacer una primera apreciación.
Muchas veces los promedios engañan. Tenemos una costa de más de 4 mil kilómetros. Por lo tanto, considero importante remitirnos a estudios científicos, en función de las distintas zonas del país.
Por eso, haré una presentación basada en un trabajo del profesor del norte don Carlos Merino -deseo que sea parte de la Versión Oficial-, quien ha investigado sobre la materia particularmente en esa zona. Porque, muchas veces, cuando se generan promedios, se castigan áreas que, en general, exhiben niveles de bastante normalidad.
Por lo tanto, voy a hacer mía la exposición hecha en otras ocasiones por este biólogo marino, ex rector y actual académico de la Universidad Arturo Prat y miembro del Consejo Nacional de Pesca en representación del norte.
¿Qué hace presente el profesor Merino? Que, en general, se puede concluir, como lo demuestra su presentación, que no existe una crisis pesquera diagnosticable en el caso de dicha zona. Por el contrario, los recursos ostentan parámetros biológicos que dan cuenta de un estado de normalidad específicamente en las tres pesquerías: la anchoveta, el jurel y la caballa.
Lo que ocurre respecto de la anchoveta, señor Presidente -tal como lo muestra el gráfico-, es que tienen lugar permanentes eventos oceanográficos, siendo los más comunes el fenómeno del Niño y el de la Niña. El primero origina períodos de aguas cálidas y la segunda, de aguas frías, los que provocan efectos positivos o negativos sobre las capturas.
Lo que se señala se puede apreciar en la figura de arriba, donde se demuestra cómo, en el caso de la anchoveta, las capturas se hallan ligadas en forma estricta precisamente a los ciclos oceanográficos. Es decir, con las aguas frías, ellas tienden a bajar, y, al revés, con el alza en la temperatura, aumenta la biomasa de manera muy drástica.
Y ello se ve reflejado en esta nueva imagen, en la cual se observa que las tallas no han cambiado. O sea, nos encontramos con una estructura de talla de la anchoveta de acuerdo a los ciclos presentados históricamente. De tal manera que no estamos frente a una pesquería en crisis.
Se puede comprobar, entonces, que, sin registrarse una situación de crisis, eventualmente nos vemos expuestos a una reducción propuesta para las cuotas de la anchoveta, en circunstancias de que, como lo demuestran las imágenes del profesor Merino, los ciclos de la especie se hallan estrictamente ligados a los ciclos oceanográficos de la temperatura.
Después, en el caso del jurel, se puede observar lo que ha ocurrido en el norte. Aquí se ha presentado una imagen muy drástica de cómo se han reducido las capturas a nivel nacional.
La línea roja se refiere a cuando se fijan en definitiva las cuotas, a partir de 2003, pero vemos una completa estabilidad con relación a las capturas durante los años posteriores.
El IFOP ha demostrado que las biomasas medidas en el agua han ido en aumento en el norte, donde existen más de 400 mil toneladas. Por eso, se ha pedido, con mucha insistencia, que prevalezca el aspecto científico.
Hemos planteado que el jurel del norte, tal como lo expresaba el Senador señor Rossi, es totalmente distinto del jurel del sur. Y pedimos que se investigue. Creo que no hay que temer a los análisis, en definitiva, para poder determinar las distintas cuotas a través de todo el territorio nacional.
Tal como se desprende de la gráfica siguiente, se han mantenido constantes las capturas de jurel en el norte. Sin embargo, se pretende fijar una cuota muy inferior para el próximo año.
En los gráficos complementarios se puede advertir que estamos frente a una biomasa que se ha conservado muy estable a través del tiempo.
El jurel del sur, al principio, se capturaba muy cerca de la costa y hoy día se ha tenido que salir de las 200 millas. Es decir, mientras en el norte se han mantenido muy constantes el volumen de la biomasa y las capturas a través del tiempo, por más de una década, en el sur se registra una baja drástica y hoy día se tiene que pescar fuera de la zona económica exclusiva.
Esto, señor Presidente, es lo que ha ocurrido respecto a las tallas, las cuales se han mantenido, en general, en el norte, en tanto que en el sur prácticamente ha desaparecido la especie.
Y algo similar ocurre con la caballa. Estamos frente a una especie que presenta absoluta normalidad respecto del nivel de la biomasa y de las capturas.
En lo que quiero enfatizar, señor Presidente, es en la conclusión del profesor Merino, quien se encuentra presente, en el sentido de que, en el caso de la anchoveta, se presenta una situación de normalidad, dependiendo en gran medida de los ciclos oceanográficos, básicamente, las bajas en la captura de biomasa; en cuanto al jurel, el stock en el norte va en alza, y, tratándose de la caballa, el cuadro es completamente normal.
Entonces, lo que solicito, como parlamentario, es que se tenga presente este tipo de antecedentes al momento de tomar las decisiones, porque, en definitiva, cuando ello se hace sin un análisis a fondo respecto de las zonas, se puede castigar innecesariamente a una de ellas que, en general, exhibe normalidad respecto de un recurso.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor GÓMEZ (Vicepresidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Lagos.
El señor LAGOS.- Señor Presidente, deseo agradecer, primero, al Senador señor Navarro y a quienes pidieron celebrar esta sesión especial.
Al mismo tiempo, formulo un reconocimiento a la presentación del señor Ministro de Economía, porque creo que ha tratado de plantear un diagnóstico acabado dentro de lo que permite el tiempo.
Quisiera ser bien concreto en tres áreas y pedir, además, que el titular de esa Cartera abordase la respuesta a algunas inquietudes.
La primera de ellas, ciertamente, dice relación con la referencia que se ha hecho a la institucionalidad en el ámbito de la pesca.
El señor Ministro hizo una exposición con diapositivas, una de las cuales puntualiza que se va a revisar el rol del Consejo Nacional de Pesca. Este último organismo, como han dicho aquí otros Senadores, ofrece la particularidad de que muchos de quienes lo integran tienen intereses comerciales y económicos directos en las resoluciones que allí se adoptan. Y creo que eso, a todas luces, genera un cuadro complejo.
Como se ha expresado acá, se trata de una institucionalidad existente en otros países, solo que con un carácter consultivo y no resolutivo. Para ponerlo en términos que pueda entender cualquier chileno, es como determinar que cuando asignemos las concesiones radiales vamos a solicitarles a los dueños de las radios que se pongan de acuerdo entre ellos, o bien, que a las empresas telefónicas se les pedirá autofijarse las tarifas y la regulación que quieran. Eso no ocurre. Por tal motivo, la autoridad genera instancias para fiscalizar correctamente.
Y no se atribuyen responsabilidades a nadie en particular -uno se hace cargo de sus 20 años de Gobierno-, pero la cuestión ha sido muy compleja de abordar.
Entonces, deseo preguntarle derechamente al señor Ministro por su intermedio, señor Presidente, si, cuando hace referencia a la revisión del rol del Consejo, puede adelantarnos hoy, no el detalle, pero sí una opinión acerca de qué tan razonable o adecuado le parece que quienes tengan un interés directo sean al mismo tiempo los que terminen fijando las cuotas.
Esa es la primera pregunta.
En cuanto a la institucionalidad, además, comienza a ser crecientemente importante la cuestión de las llamadas "cuotas de pesca de investigación". Cuando se trata de un millón y tantas toneladas, da lo mismo, pero si comienzan a acercarse a las asignaciones de cuota para ciertas pesquerías, cabe revisarlas. Y he visto que el señor Ministro ha hecho un planteamiento al respecto.
Quisiera tener la oportunidad, señor Presidente, si a usted le parece, de pedirle al doctor Eduardo Tarifeño, de la Universidad de Concepción, quien además es miembro del Consejo Nacional de Pesca, que nos ilustre sobre la materia.
Segundo, aquí se han mencionado, en relación con el diagnóstico, las debilidades en la fiscalización. Y el señor Ministro se refirió a la falta de herramientas para controlar los desembarques de los artesanales, a los problemas logísticos para fiscalizar y a que SERNAPESCA no cuenta con una planta de funcionarios acorde con su rol.
La pregunta directa y específica que deseo formular es cuántos recursos contempla el Presupuesto presentado por el Gobierno para abordar esas tres áreas: la falta de herramientas para controlar los desembarques, los problemas logísticos para fiscalizar y si la planta de funcionarios de SERNAPESCA para cumplir con este rol se aumentó y en cuánto.
Y, por último, señor Presidente, me interesa una aclaración por parte del señor Ministro. Existen instrumentos internacionales que tratan de regular y lograr una coincidencia respecto de las pesquerías más allá de nuestra zona económica exclusiva, en aguas internacionales, y se ha dicho aquí que no hemos obtenido los resultados que Chile quisiera.
La pregunta que le formulo es si ello obedece a que el país no ha hecho bien las cosas o a que ha sido imposible obtener un acuerdo mejor, dado nuestro peso relativo en esos foros. Lo anterior, para no entusiasmarnos demasiado, a partir del diagnóstico entregado por el señor Ministro, en que nuestra representación en tales instancias logrará ahora un resultado distinto.
O sea, es muy importante saber si la conclusión del Gobierno es que no se pudo avanzar más como consecuencia de que tal vez se siguió una estrategia equivocada o no muy eficiente o debido a que el tema es muy complejo.
A partir de esto último, entonces, no me hago muchas expectativas. Apoyaré al Ejecutivo en la materia, pero tampoco creeré que resolveremos las cuestiones que no se pudieron solucionar antes, por existir intereses económicos muy fuertes.
Por último, y en otro orden de cosas, no quiero dejar pasar las afirmaciones de mi Honorable colega Larraín. A propósito de que el Senador señor Navarro indicó que ciertos asesores habían estado trabajando antes, en el sentido de estimar que tal vez había una línea de pensamiento, Su Señoría -según mi parecer, con un sentido del humor malo- nos llamó a ponernos de acuerdo, porque nos quejábamos debido a que gente se iba del sector público, se desvinculaba, y otros se desempeñaban en la calidad aludida.
Señor Presidente, por su intermedio, quiero decirle al Senador señor Larraín que ello me parece una frivolidad en circunstancias de que solo en estos días se ha expulsado a dos mil empleados públicos. Y en la Quinta Región, ayer, a 45 personas del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
No deseaba dejar pasar esa actitud, porque ya van más de seis mil 500 personas echadas del sector público, a pesar de que el Primer Mandatario, en su campaña, comprometió, textualmente, que ninguno de los que se desempeñaban en ese ámbito perdería su trabajo.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.
El señor ESCALONA.- Señor Presidente, creo que, como sociedad, no hemos hecho la autocrítica que corresponde.
Se ha llevado a cabo una depredación del mar y de los recursos. Esa es la verdad. Y lo anterior, sobre la base de diferentes razones, como el crecimiento. Pero, como chilenos, somos responsables de una catástrofe ecológica de incalculables consecuencias. Y los que resultan afectados de inmediato son los que laboran y los más débiles. A veces, la depredación mencionada se verifica en nombre de ellos, para conseguir empleos. Pero, cuando las cosas marchan mal, los primeros que quedan cesantes y pagan la cuenta son los trabajadores, y, en segundo lugar, la pesca artesanal.
Entonces, en el escaso tiempo de que dispongo, quiero insistir en mi planteamiento en orden a que con los 17 mil 500 millones de dólares que el Fisco ha ahorrado en el Fondo de Estabilización Económica y Social se genere un fondo de estabilización para el empleo, para los trabajadores, en la medida en que quienes atraviesan por una etapa de incertidumbre no saben qué pasará con ellos.
Reitero mi propuesta de crear un fondo de compensación para la pesca artesanal, con el propósito de financiar un seguro de vida y las cotizaciones previsional y de salud. Porque a quienes se desempeñan en esa actividad los atienden como indigentes y deben laborar más allá de los ochenta años, pues no acceden a una jubilación que les permita sobrevivir. Y cuando mueren en el mar, aparte de las condolencias y del impacto de los primeros días, su familia queda después en la pobreza y la miseria más absolutas.
En consecuencia, son dos grandes sectores los que aquí están pagando la cuenta. Porque -seamos claros- la pesca industrial se puede reconvertir. Algunos incluso ya han alcanzado categoría de conglomerados económicos de carácter transnacional. De manera que se puede rehacer la capacidad productiva y trasladarse de área. Pero los trabajadores que están en las plantas esperando que las cierren no tienen ninguna posibilidad.
Creo que para enfrentar el problema, por lo tanto, se debe comenzar por hacerse cargo del costo social que se plantea.
--(Aplausos en tribunas).
Durante la tramitación del proyecto de Ley de Presupuestos, propusimos aplicar el programa de contingencia contra el desempleo, para lo cual resulta indispensable que el Instituto Nacional de Estadísticas efectúe mediciones por comuna. Presentamos una indicación en tal sentido con mi Honorable colega Zaldívar. El Ejecutivo argumentó que ello implicaba un gasto y obligó a una votación, y luego utilizó su influencia política para que los parlamentarios oficialistas rechazaran nuestra propuesta. Se empató y esta última se cayó.
Lamentablemente, el INE no va a cumplir su función, que en este caso sería una medición por comuna, para que una vez que se constatara lo que resulta evidente, pero que, como no se verifican las encuestas necesarias, no es posible consignar -es decir, que se registra más de diez por ciento de cesantía en ese ámbito-, se aplicase la ley de responsabilidad fiscal, que obliga a implementar el programa de contingencia contra el desempleo.
Solicito al Ministro señor Fontaine la aplicación de este último. Porque es evidente que las cifras están manejadas. Cuando no existe una medición por comuna, ello se puede hacer.
No se está actuando, entonces, conforme a la ley de responsabilidad fiscal.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor PIZARRO (Presidente).- Hago presente a quienes se encuentran en las tribunas que no pueden efectuar ningún tipo de manifestación, ni a favor ni en contra.
Tiene la palabra, por un minuto y medio, el Honorable señor Chahuán.
El señor PROKURICA.- El Senador señor Bianchi le cedió tiempo.
El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, Honorable Sala, en primer lugar, coincido con el diagnóstico hecho por el Ministro de Economía en cuanto a los ajustes que se requieren, particularmente, en la distribución de las cuotas y a la situación que hoy vive la pesca artesanal.
Me adhiero por completo a la exposición del Senador señor Horvath respecto de las cuatro "patas" del problema que es preciso enfrentar.
Deseo referirme en forma especial a la realidad del sector recién mencionado. Es un hecho plenamente conocido que se trata de una actividad económica que juega un rol esencial en la creación de empleo y en el arraigo de la población, sobre todo en el borde costero.
Los operadores de la pesca artesanal se destacan por la utilización de artes y sistemas más selectivos y menos perjudiciales para los ecosistemas marinos.
La crisis de las diversas pesquerías está impactando fuertemente a las principales comunidades de pesca artesanal del país, y una de sus causas fundamentales se encuentra en el régimen de libre acceso establecido en la década de 1980. Ello permitió un verdadero libertinaje, lo que conllevó una sobreinversión y una sobreexplotación.
Por otra parte, desde que se promulgó la Ley General de Pesca y Acuicultura, en 1992, ha habido más de veinte modificaciones a su texto, pero solo ante situaciones muy coyunturales. Consideramos necesario rediseñar todo el marco legal que la actividad requiere, con una visión real de futuro, de modo que no tengamos que estar legislando en forma apresurada y frente a situaciones específicas que ameritan soluciones puntuales, las cuales, a la postre, se transforman en medidas de parche y exigen iniciativas legales posteriores, y así, sucesivamente.
Esta situación provoca, indudablemente, un impacto negativo en la pesca artesanal, lo que a la larga se traduce en la baja sostenida, debido a la sobreexplotación, de diversos recursos destinados al consumo humano.
Las acciones a que hago referencia están poniendo en riesgo las potencialidades de la pesca artesanal y, por ende, la calidad de vida de las personas que dependen directa o indirectamente de esta actividad en las diversas caletas pesqueras a lo largo del litoral.
El señor PIZARRO (Presidente).- Ha concluido su tiempo, señor Senador.
El señor CHAHUÁN.- El Comité Independientes nos ha cedido el que le corresponde, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- En la Mesa no existe ninguna información al respecto.
El señor PROKURICA.- ¿Duda de nuestra palabra, señor Presidente?
El señor PIZARRO (Presidente).- No, Su Señoría.
El Honorable señor Chahuán dispone de un minuto más.
El señor CHAHUÁN.- Procuraré redondear mi intervención, señor Presidente.
Y, si se me permite, entregaré la exposición que había preparado para hoy.
Para concluir, mencionaré algunas materias que me parecen muy importantes.
La primera dice relación particularmente con la extensión de la zona de pesca exclusiva de los pescadores artesanales. Es algo que hemos planteado en forma reiterada.
La segunda se refiere al seguro obligatorio de las embarcaciones menores, que hemos hecho presente en la Subsecretaría del Trabajo, a los efectos de garantizar las condiciones de seguridad de los pescadores artesanales y, en el peor de los casos, de generar una indemnización o una pensión de sobrevivencia para las viudas.
El tercer aspecto se vincula con la protección de los montes submarinos. Hago presente la posibilidad de generar un parque especial en la isla Salas y Gómez, que con el Senador señor Horvath hemos impulsado junto a algunas organizaciones no gubernamentales.
Concluyo señalando que se debe iniciar un diálogo social. Y, para concretarlo, es importante que el Ministerio esté abierto a ello. En tal sentido, agradezco al Subsecretario de Pesca su disposición.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra, por dos minutos, el Senador señor Patricio Walker.
El señor WALKER (don Patricio).- Señor Presidente, quería referirme a muchas cosas, pero solo podré exponer dos.
En primer lugar, en la Región de Aysén estamos muy preocupados por la situación de desempleo existente, entre otras cosas, porque se ha reducido la capacidad de cuota de captura para la merluza austral, la que bajó de 80 mil a 20 mil toneladas. Todos entendemos que debemos preservar los recursos y evitar la sobreexplotación. Pero también hay que mirar la realidad: de 16 plantas pesqueras, hoy día solo quedan 3.
Por ello, en mi Región, que presenta un elevado nivel de cesantía -la comuna de Puerto Aysén registra una tasa de 9,8 por ciento-, es importante privilegiar a las empresas que hoy se hallan funcionando.
Se habla mucho de que habría una licitación amplia de las cuotas. Yo me opongo, señor Presidente, a una visión economicista en ese sentido: a que se realice una licitación con criterios netamente matemáticos, económicos, que no proteja ni privilegie a las industrias pesqueras que se comprometen con la Región y dan trabajo a sus habitantes.
A propósito, en las tribunas se encuentra don Mariano Villa, dirigente sindical de Friosur, empresa que hace poco cumplió un nuevo aniversario.
En consecuencia, llamo al Gobierno a dejar de lado el enfoque neoliberal ante una eventual licitación de cuotas de pesca, pues ello provocaría una situación tremendamente complicada.
Por último, diré unas palabras sobre las zonas contiguas.
El Ejecutivo debe definir qué hará en esa materia; es decir, si autorizará o no a los pescadores de la Décima Región, por ejemplo, para seguir trabajando en la Undécima. Ello depende, en lo fundamental, de los intendentes.
Hago un llamado a proteger a los pescadores artesanales que preservan los recursos marinos, por sobre aquellos que los capturan sin ningún compromiso con su conservación.
He dicho.
El señor PIZARRO (Presidente).- Solicito la anuencia de la Sala para prorrogar la sesión por quince minutos.
El último inscrito es el Senador señor Letelier, quien intervendrá por cuatro minutos, y después el señor Ministro hará unos comentarios finales.
Si le parece a la Sala, se procederá en los términos indicados.
--Así se acuerda.
El señor PIZARRO (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Letelier.
El señor LETELIER.- Señor Presidente, hace diez años la Cámara de Diputados organizó la primera evaluación de la Ley General de Pesca y Acuicultura. Hace falta realizar una nueva evaluación de dicho cuerpo legal, cuyo único eje era la conservación del recurso marino. A partir de ello, se buscaba llevar a cabo una explotación racional.
Adelantándome a la evaluación, a mi juicio, se halla fuera de discusión el hecho de que fracasamos, pues no hemos sido capaces de preservar adecuadamente el recurso.
Si se analizan los informes oficiales de los Gobiernos, tanto del actual como del anterior -porque este no es un problema de color político; los peces viven ajenos a ello-, se observa que el esfuerzo de pesca efectuado ha sido excesivo y perjudicial. Muchas pesquerías se encuentran en situación grave, colapsadas. Por eso, algunas especies están en veda.
Mi primer planteamiento, señor Presidente, es que el cambio de institucionalidad resulta fundamental.
El argumento -creo que lo expuso el señor Ministro- de que se fijan cuotas de pesca, que son ridículas, y se extrae una cantidad menor es reflejo de la irracionalidad del Consejo Nacional de Pesca y de cómo los intereses creados distorsionan la industria. ¡Esto se halla absolutamente distorsionado!
Ante ello, tal como manifestó en primera instancia el Senador señor Escalona, creemos que la única forma de abordar el problema consiste en entender que el ajuste, las vedas y la reducción del esfuerzo pesquero que se requieren -esto es lo esencial- no pueden implicar que los trabajadores paguen el costo de las medidas que se adopten.
Se necesita usar recursos públicos, mediante el Fondo de Estabilización Económica y Social, y generar un mecanismo durante los próximos cinco años para que la gente de mar, los pescadores no paguen con cesantía -¡con más cesantía aún!- lo que hemos hecho mal en el sector, sea por malas políticas públicas, sea por el desempeño del sector industrial, el cual, sin duda, tiene la mayor responsabilidad por la extracción excesiva del los recurso marinos.
Señor Presidente, estamos dispuestos a impulsar este importante debate, si queremos que dicha actividad tenga larga vida. Si seguimos igual, usando políticas de parche, el sector colapsará definitivamente. No podrá recuperarse, a menos que adoptemos medidas drásticas.
Por ello, discutir lo relativo a las licitaciones de las cuotas resulta ridículo, mientras no resolvamos el problema estructural de fondo: reducir durante los próximos cinco años el esfuerzo pesquero.
No voy a entrar al debate planteado por los científicos presentes en la Sala -cada uno con sus conclusiones-, en cuanto a si la merluza se fue o no a la Séptima Región o si el problema estriba en que dicha especie ya no se encuentra donde antes se hallaba porque fue sobreexplotada.
No voy a entrar a la discusión de si los jureles de Antofagasta son iguales a los de Talcahuano.
Lo único que diré, señor Presidente, es que, cualquiera que sea el caso, debemos reducir el esfuerzo pesquero, sin que ello signifique cesantía. Y si los trabajadores del sector se quedan sin fuente de empleo, el Estado deberá ponerse con los recursos del Fondo de Estabilización Económica y Social -para eso lo creamos-, a fin de que sigan manteniendo a sus familias y su desarrollo humano, esperando que logremos el día de mañana reactivar dicha industria.
He dicho.
--(Aplausos en tribunas).
El señor PIZARRO (Presidente).- Por favor, ruego a las personas que se hallan en las tribunas evitar todo tipo de manifestaciones.
Tiene la palabra el señor Ministro de Economía.
El señor FONTAINE (Ministro de Economía, Fomento y Turismo).- Señor Presidente, en primer término, celebro la calidad del debate al que hemos asistido.
En las distintas intervenciones de los señores Senadores percibo un grado muy importante de acuerdo con los lineamientos generales que planteé en mi primera exposición.
La evaluación que hacemos del funcionamiento de la institucionalidad pesquera (actuación del Consejo Nacional de Pesca, rol del Gobierno a través de la Subsecretaría del ramo, capacidad de fiscalización del SERNAPESCA, participación del ingrediente científico vía IFOP u otras instituciones investigadoras) es evidentemente negativa.
Por eso nos encontramos en una situación de crisis y se anuncian importantes reformas. Cabe precisar que todavía estamos en una etapa preparatoria de estas, de manera que solo nos hemos limitado a delinear sus principales orientaciones.
En cuanto a las inquietudes acerca de la forma de operar del Consejo Nacional de Pesca, consideramos que efectivamente es una institución sui géneris, anormal en nuestro ordenamiento regulatorio, por cuanto hay una participación resolutiva de los regulados. Comparto que debemos examinar ese punto. Por eso propuse en mi primera intervención la necesidad de revisarlo.
En todo caso, la graduación de dicho órgano no debiera ser solamente resolutiva o consultiva. Hay grados intermedios susceptibles de discutir.
Debo recordar que, de acuerdo a la legislación vigente, cuando el Consejo Nacional de Pesca rechaza por dos veces consecutivas -entiendo que así es la votación- la propuesta de cuota global de captura, rige el 80 por ciento de la fijada el año anterior. Por tanto, tratándose de cuotas globales tan altas como las que se han establecido en el último tiempo, esa norma no funciona o funciona muy mal.
Eso es algo que, de todas maneras, corresponde revisar.
Sin embargo, tenemos una visión positiva acerca del concepto de cuotas individuales transables. De hecho, creemos que se deben perfeccionar, haciéndolas de más largo plazo y otorgándoles mayor capacidad de transabilidad. Ello, porque apuntan en la dirección de mejorar la preservación del recurso y la eficiencia con que opera la pesca tanto industrial como artesanal mayor. Esos límites actúan como un porcentaje de la cuota global de captura; por ende, si esta se halla mal fijada -así ha ocurrido en los últimos años-, las individuales no funcionarán adecuadamente. O sea, un error provocará otro.
Por otra parte, observo en las intervenciones de muchos señores Senadores una preocupación por lo relativo a las negociaciones internacionales. Este asunto lo planteé y lo considero crucial.
Nosotros hemos hecho hasta ahora una evaluación negativa del resultado de esas negociaciones. Sin embargo, todavía se hallan en una etapa preliminar. Aún no hay medidas definitivas adoptadas en ese sentido.
En la próxima reunión de la Organización Regional de Pesca, que se realizará en Cali, esperamos avanzar en esa dirección y mantener el criterio de que se fijen cuotas de acuerdo a la pesca histórica previa y, en ningún caso, incorporar los años más recientes, durante los cuales hemos sufrido el efecto depredatorio de la pesca mar afuera por parte de flotas internacionales.
Entonces, queremos evitar que "nos tomen la fotografía" -por así decirlo- en ese momento.
Creo que este es un asunto prioritario para Chile y debe ser asumido con toda la importancia que tiene, como parte de la estrategia de relaciones exteriores del país. Y en ese sentido estamos trabajando.
Finalmente, me referiré a los comentarios hechos acerca de las medidas paliativas para enfrentar el impacto social por la reducción del esfuerzo de pesca. Como mencioné, parte de esto ya ha ocurrido: el esfuerzo pesquero ha venido reduciéndose a lo largo de este año. Sin lugar a dudas, la fijación de cuotas globales menores ha creado un efecto adicional en la materia. Pero nosotros ya estamos abocados al diseño de medidas para tomar la responsabilidad de apoyar a los sectores afectados (pescadores artesanales, tripulantes, trabajadores de plantas). Y, para ello, contamos con el Fondo de Administración Pesquero (FAP) y con el Fondo de Fomento para la Pesca Artesanal.
El Senador señor Lagos formuló una pregunta relativa a las dificultades de SERNAPESCA para ejercer sus facultades fiscalizadoras, y consultó si a tal efecto se contemplan mayores recursos en el Presupuesto.
En ese aspecto, algunos de los lineamientos que señalé requieren un cambio legal: por ejemplo, lo tocante a los posicionadores satelitales o a las normas de certificación.
Y en cuanto a los esfuerzos de fiscalización propiamente tal, se considera en el presupuesto del Servicio Nacional de Pesca para 2011 un incremento de 15 por ciento con relación a lo asignado para este año, además de un aumento en personal para mejorar las acciones de control. Ello constituye un paso en la dirección correcta. En el camino veremos si es suficiente o no.
Eso es todo.
Gracias, señor Presidente.
El señor PIZARRO (Presidente).- Ha llegado la hora de término de esta sesión especial.
Agradecemos la presencia del señor Ministro de Economía, del señor Subsecretario de Pesca, de sus asesores y de los integrantes del Consejo Nacional de Pesca señores Carlos Merino, Andrés Couve y Eduardo Tarifeño.
Obviamente, seguiremos tratando en el Senado la crisis que afecta a las diversas pesquerías en Chile.
Por haberse cumplido su objetivo, se levanta la sesión.
--Se levantó a las 14:12.
Manuel Ocaña Vergara,
Jefe de la Redacción

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