El ingeniero naval de la empresa CNM Ltda. -ubicada en la Región del Bío Bío-, Eduardo Ojeda, quiso manifestar, a través de PESCA al día, su opinión respecto de la preocupación que han manifestado los pescadores artesanales respecto de la construcción de las embarcaciones modernas, las que no prestarían total seguridad para los tripulantes.
De acuerdo con el profesional, tanto los armadores como las autoridades, han privilegiado los m3 en bodega, dando "poca importancia a la vida humana en el mar". No obstante, recalcó que los diseñadores navales, por años, "hemos estado trabajando para que el diseño de las naves satisfaga la capacidad de bodega, así como la seguridad".
De ese modo, según Ojeda, los responsables de la situación "son todos los actores" -incluyendo a la Subsecretaría de Pesca (Subpesca), Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), Directemar, sindicatos pesqueros y los propios armadores-, por no haber tomado acciones oportunamente.
El ejecutivo destaca que "los arquitectos e ingenieros navales trabajamos con las normativas que nos imponen. Por mucho tiempo hemos querido participar en este debate o asesorar a las autoridades, pero se nos han cerrado las puertas por intereses que no logramos comprender".
Según Ojeda, la solución a este problema estaría en manos de la Subpesca y el Sernapesca, quienes deberían revisar la regulación para embarcaciones menores, rigiéndose en la normativa internacional para naves inferiores (menores a 24 m de eslora), dejando los 80 m3 netos exclusivamente para bodega -regulando así el esfuerzo pesquero- y toneladas de registro grueso (TRG) de 90. Con esto también se podría optar a una embarcación menor para pesca de consumo humano de calidad.
Sin embargo, si es que no se puede cambiar la normativa, el ingeniero naval propone dejar fijos los 80 m3 netos de bodega, una eslora de 18 m, TRG de 50 e implementar la aplicación IMO para dar mayor estabilidad, sin considerar en el cálculo de arqueo espacios como puentes de gobierno, camarotes, cocina, comedor, baños, pasillos y trunk de chimenea. Esta medida también permitiría una mejora para la captura dedicada al consumo humano.
"Sugerimos, además, un eficiente control en las descargas de la pesca de embarcaciones menores, contando con datos estadísticos de desembarques de anchoveta, jurel y sardina más la fauna acompañante. Esta debiera ser información pública", concluyó el representante de CNM.
De acuerdo con el profesional, tanto los armadores como las autoridades, han privilegiado los m3 en bodega, dando "poca importancia a la vida humana en el mar". No obstante, recalcó que los diseñadores navales, por años, "hemos estado trabajando para que el diseño de las naves satisfaga la capacidad de bodega, así como la seguridad".
De ese modo, según Ojeda, los responsables de la situación "son todos los actores" -incluyendo a la Subsecretaría de Pesca (Subpesca), Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), Directemar, sindicatos pesqueros y los propios armadores-, por no haber tomado acciones oportunamente.
El ejecutivo destaca que "los arquitectos e ingenieros navales trabajamos con las normativas que nos imponen. Por mucho tiempo hemos querido participar en este debate o asesorar a las autoridades, pero se nos han cerrado las puertas por intereses que no logramos comprender".
Según Ojeda, la solución a este problema estaría en manos de la Subpesca y el Sernapesca, quienes deberían revisar la regulación para embarcaciones menores, rigiéndose en la normativa internacional para naves inferiores (menores a 24 m de eslora), dejando los 80 m3 netos exclusivamente para bodega -regulando así el esfuerzo pesquero- y toneladas de registro grueso (TRG) de 90. Con esto también se podría optar a una embarcación menor para pesca de consumo humano de calidad.
Sin embargo, si es que no se puede cambiar la normativa, el ingeniero naval propone dejar fijos los 80 m3 netos de bodega, una eslora de 18 m, TRG de 50 e implementar la aplicación IMO para dar mayor estabilidad, sin considerar en el cálculo de arqueo espacios como puentes de gobierno, camarotes, cocina, comedor, baños, pasillos y trunk de chimenea. Esta medida también permitiría una mejora para la captura dedicada al consumo humano.
"Sugerimos, además, un eficiente control en las descargas de la pesca de embarcaciones menores, contando con datos estadísticos de desembarques de anchoveta, jurel y sardina más la fauna acompañante. Esta debiera ser información pública", concluyó el representante de CNM.