"Fetrapes" fiscalía nacional económica no resuelve colusión en licitaciones pesquera, efecto ley longueira

MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA EN MATERIA DE PESQUERÍA ARTESANAL

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A continuación reproducimos el debate y votación del día 6 de abril de 2011 en el senado de la republica donde se Modifica la ley general de pesca y acuicultura en materia del concepto de embarcación artesanal y de su clasificación por eslora, del reemplazo de la inscripción en el Registro Pesquero Artesanal y de los requisitos para inscribirse en el mismos registro.




MODIFICACIÓN DE LEY GENERAL DE PESCA Y ACUICULTURA EN MATERIA DE PESQUERÍA ARTESANAL

El señor GIRARDI (Presidente).- Corresponde continuar la discusión particular del proyecto, en segundo trámite constitucional, que modifica la Ley General de Pesca y Acuicultura en materia del concepto de embarcación artesanal y su clasificación por eslora, del reemplazo de la inscripción en el Registro Pesquero Artesanal y de los requisitos para inscribirse en este Registro, con segundo informe de la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura y urgencia calificada de "simple".

--Los antecedentes sobre el proyecto (6242-21) figuran en los Diarios de Sesiones que se indican:


Proyecto de ley:


En segundo trámite, sesión 52ª, en 14 de septiembre de 2010.


Informes de Comisión: Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura: sesión 59ª, en 12 de octubre de 2010.


Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura (segundo):


sesión 5ª, en 23 de marzo de 2011.


Discusión:


Sesiones 66ª, en 10 de noviembre de 2010 (queda pendiente su votación en general); 69ª, en 17 de noviembre de 2010 (se aprueba en general); 6ª, en 5 de abril de 2011 (queda pendiente su votación en particular).


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el señor Secretario. El señor LABBÉ (Secretario General).- Ayer quedó pendiente la discusión de la indicación renovada que propone agregar un número 10, nuevo, al artículo 1º, que modifica el artículo 64 B de la Ley General de Pesca y Acuicultura.


El señor GIRARDI (Presidente).- Continúa la discusión. Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.


El señor ESCALONA.- Señor Presidente, solicito a los Senadores que suscribieron esa indicación que tengan a bien retirarla, ya que, de ser aprobada, afectaría el proceso de consulta que se lleva adelante entre la Confederación Nacional de la Pesca Artesanal (CONAPACH) -parte de sus dirigentes se encuentran en las tribunas en este momento- y la Subsecretaría de Pesca -organismo de Gobierno responsable del sector- con el propósito de arribar a un acuerdo en el marco de un proyecto de ley actualmente en estudio, evaluación y redacción.

En tal virtud, los dirigentes de la pesca artesanal me han manifestado -me hago responsable de lo que señalo- que se produciría un quiebre en las confianzas generadas si se aprobara ahora esta indicación.

En efecto, ellos se sentirían atropellados, pues fueron formalmente invitados a participar en dicho proceso y, al mismo tiempo, se introduciría una grave alteración en la redacción de la actual Ley General de Pesca, lo que generará un conflicto y una confusión de muy difícil manejo para la propia Armada de Chile, entre otras instituciones, ya que la indicación establece que "También estarán sometidos a esta obligación los armadores de naves para la pesca artesanal de eslora total igual o superior a 15 metros", en circunstancias de que dicha normativa determina un límite de 18 metros.

Por consiguiente, acá se produciría una dificultad mayor -no quisiera decir un enredo, porque sería subvalorar la importancia del problema- tanto desde el punto de vista técnico, con la propia Ley General de Pesca, como desde la perspectiva social, con la principal organización representativa de la pesca artesanal.

En consecuencia, para evitar una votación donde algunos nos pronunciemos en contra y otros a favor, lo cual podría abortar la posibilidad de llegar a un acuerdo, respetuosamente me atrevo a sugerir a quienes suscribieron la indicación que la retiren, con el objeto de atender la solicitud de los dirigentes de la pesca artesanal en orden a que este problema se resuelva en la iniciativa que se tramita en forma paralela. He dicho.




El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, ayer, antes de que se suspendiera la discusión del proyecto, le consulté al Honorable señor Horvath sobre el origen de la indicación, y él me respondió que se había rechazado en la Comisión. Por lo tanto, había tranquilidad al respecto.

Sin embargo, ella fue renovada con la firma de 10 señores Senadores. Esto nos sorprendió, porque pensábamos que no se había aprobado en el entendido de que se trataba de una materia que, cuando la discutimos respecto de las naves industriales, generó un extenso debate.

En esa ocasión, hubo tiempo para conversar con el sector pesquero industrial acerca de los alcances de la medida, en particular sobre los costos, el mecanismo de fiscalización y la entidad donde esta recaería, porque en las áreas de pesca siempre influye la técnica, la capacidad de los capitanes y el importante rol que juega la Armada.

Aprobar el posicionador satelital para las naves artesanales sin tener una evaluación de los costos y un entendimiento con los organismos fiscalizadores (la Armada) respecto de cómo y en qué condiciones se desarrollará dicha labor, pero particularmente sin haber alcanzado un acuerdo con el sector respectivo, resulta imposible.

Ese debate se debe dar a propósito de la "Ley Corta de Pesca" -esperamos que se transforme en "Larga", pues vence el 2012, lo cual significa un plazo extraordinariamente acotado-, porque forma parte de la reestructuración de la institucionalidad del sector pesquero, junto con muchos otros aspectos que requieren la atención del Parlamento para su ordenamiento.

Aquí se propone reordenar una parte, es decir, que efectivamente los pescadores artesanales cumplan con el requisito de que la autoridad fiscalizadora sepa donde están pescando. No me parece una medida cuestionable.

Lo que señalamos es que eso forma parte de un acuerdo para analizar la institucionalidad completa respecto de los deberes y derechos de la pesquería artesanal, y aquí se impone un deber en circunstancias de que existe un conjunto de discriminaciones muy potentes que subsisten en la actual Ley General de Pesca, que efectivamente tiene a los pescadores artesanales en condiciones precarias Instalar posicionadores satelitales en naves de 15 metros de eslora provoca un problema, primero, porque hoy día figura en el respectivo cuerpo legal una longitud de 18 metros; y, segundo, porque se desconocen las condiciones o el acuerdo existente sobre el manejo del recurso pesquero.

Ello forma parte de un debate más extenso. Adelantar una fracción pequeña de un mecanismo de fiscalización no parece lo más adecuado. Significa anticipar una discusión en un contexto no general de la Ley de Pesca. Porque, digámoslo con franqueza -se hallan presentes en las tribunas las organizaciones respectivas, particularmente la CONAPACH-, se afirmó que habría un ordenamiento del sector pesquero artesanal dentro de la Ley General de Pesca o en una normativa especial.

Eso fue materia de debate y se generaron consensos muy importantes, pues una ley siempre debe contar con el acuerdo de los actores involucrados para que funcione. Pero, aquí, ello se salta.

Lamento que no se encuentre presente el Subsecretario de Pesca, ya que él podría contribuir grandemente a dilucidar el problema. Les vamos a generar una situación conflictiva a dicho personero de Estado, al Ministro de Economía, y se producirá una votación dividida existiendo consenso en que se debe regular y fiscalizar la pesca artesanal para cuidar el recurso.

Debo recordar que quienes depredaron las especies, en particular por el esfuerzo pesquero extraordinariamente negativo que realizaron, no fueron los pescadores artesanales, sino los industriales. Y, en este sentido, la incorporación del posicionador satelital significa equipararlos, es decir, se efectuará el mismo control respecto de dimensiones de esfuerzo de pesca muy diferentes.

En definitiva, se trata de un debate que desvirtúa los problemas de fondo.

Por lo anterior, espero que podamos acordar en la Sala dejar sin efecto la indicación. Por cierto, con el compromiso -que también es de los pescadores artesanales- de que estas materias las debatiremos, con tiempo y en todos los aspectos que he señalado, cuando discutamos el marco global de la Ley General de Pesca. Hacerlo ahora generará un principio de quiebre en las confianzas. Y particularmente constituye una mala forma de legislar, al incorporar elementos parciales en circunstancias de que el debate es mucho más estructurado y genérico.

Por lo tanto, pido al Senador Larraín y a los demás colegas que renovaron la indicación que puedan atender a las razones mencionadas, que creo son absolutamente justas, adecuadas, de buen criterio. Por cierto, conservando el compromiso de que discutiremos el tema y lo votaremos en su momento. Además, me parece que nos pronunciaremos sobre la materia de manera consensuada cuando contemos con el marco general de la Ley de Pesca. Hacerlo antes no resulta apropiado. A la vez, ello ha sido de manera sorpresiva. Siento que no es el interés del Gobierno. Se trata, eso sí, del legítimo derecho de los señores Senadores. Pero solicito que en este punto exista una mínima relación entre el Ejecutivo y las entidades de pesca artesanal.

Ojalá se acceda a lo que pido. Si no, tendríamos que votar en contra de la indicación.

Creo que a todos nos interesa que el recurso pesquero se cuide. Y ese es el principio que nos debiera unir cuando enfrentemos este tema. He dicho.


¡Patagonia sin represas, señor Presidente!


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Hernán Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, quiero entregar algunos antecedentes relacionados con la indicación, que corresponden también a inquietudes presentadas por otros señores Senadores. En otras palabras, deseo contar por qué estoy detrás de ella.

Desde hace muchos años, en nuestra Región -me refiero al Maule Sur, a su borde costero- sufrimos la invasión permanente de flotas de pescadores artesanales mayores, de embarcaciones superiores a quince metros -por eso la distinción; no es una arbitrariedad-, que ingresan en las cinco millas marinas de nuestros pescadores artesanales. En nuestra Región no existe pesca industrial, pero sí se produce invasión desde fuera de ella.

Y las medidas para controlar dicha situación han sido infructuosas. Hemos hablado con la Armada todas las veces que Sus Señorías se imaginarán. En muchas oportunidades he visto personalmente las flotas en nuestras aguas; les he sacado fotos, hemos acudido a la prensa nacional tratando de denunciar estos hechos.

Pero todo ha sido absolutamente inútil. Y cuando se logra identificar a alguno y le aplican una multa, esta es irrisoria. Por lo tanto, no pasa nada. Hay una total impunidad, a costa de nuestros pescadores artesanales.

Entonces, me plantean: "Los pescadores artesanales están preocupados de este tema". Yo no los veo interesados en los pescadores artesanales que sufren la situación que he descrito.

Hace ocho años presenté una moción. En esa época era Subsecretario de Pesca Felipe Sandoval. Y me señaló: "Lo vamos a incorporar dentro de un proyecto mayor". Esperamos a que se incluyera en una iniciativa más amplia. Y todavía seguimos esperando.

Tiempo después, en una reunión que sostuvimos junto a los pescadores artesanales en la Dirección General del Territorio Marítimo para solicitar nuevamente más presencia fiscalizadora, los dirigentes me preguntaron: "Senador, ¿qué ocurre con su proyecto?". Les respondí: "Ahí estoy esperando, porque en el Senado pasa una vez, otra vez y lo cierto es que nunca se trata". Entonces, yo dije: "Ya, presentémoslo". Concurrí a ese encuentro con el ex Senador Naranjo. Y le manifesté: "Senador Naranjo, ¿le parece sumarse a mi iniciativa? Lo reactualizamos, le agregamos algunas cosas nuevas y lo presentamos". Así ocurrió. Por supuesto, hasta hoy ese proyecto no se ve ni se analiza.

Pasan los años, se dan muchas explicaciones, y lo único que tenemos hasta hoy es invasión en nuestras costas, y los pescadores artesanales quedan mirando para el techo. Eso es lo que está sucediendo.

Es francamente muy desalentador este escenario.

Más aún, muchas veces se producen incidentes, porque nuestros pescadores salen a decirles: "Por favor, no tienen nada que hacer aquí". Y como las otras son naves mayores y muy agresivas, en numerosas ocasiones no concluyen bien esas discusiones. Y el temor radica en que ello termine arreglándose por otras vías, de violencia, de baleo y con otros mecanismos, porque la Armada nunca llega a tiempo a cautelar esta situación.

Eso es lo que está sucediendo.

Y ahora se plantea: "Dejemos este asunto para el futuro". ¿Qué les digo yo a nuestros dirigentes pescadores? ¿Que otra vez el Senado no quiere pronunciarse sobre esta materia? ¿Que nuestros pescadores deben seguir pagando la ineficacia legislativa, de la fiscalización y del control?

Entiendo que hay otros problemas anexos a la situación que se vive en la pesca artesanal. Y ojalá los resolvamos bien, por el sector artesanal.

Pero pido que alguien me explique cómo les diremos que otra vez serán tramitados y que no habrá medidas para evitar el escenario descrito, porque el Senado tiene otras cosas que hacer antes o porque existen otros compromisos de no sé qué carácter.

Lo que solicito es algo muy simple.

Si otras flotas no invadieran nuestras costas, no estaríamos discutiendo. Aquí se está incumpliendo la ley. Y lo que pedimos es que se cumpla. Y como ello no ha ocurrido, mediante este mecanismo -el posicionador geosatelital-, más el aumento de las sanciones a los infractores, yo les aseguro que en seis meses este problema se resuelve.

No sé dónde radica el inconveniente.

Además, estas naves se encuentran asociadas a la pesca industrial. Porque, como las embarcaciones de esta última no pueden entrar, contratan a estos pescadores artesanales para que trabajen como intermediarios. En consecuencia, no se trata de verdaderos pescadores artesanales, que viven directamente de su trabajo, sino que están asociados a la pesca industrial.

Por consiguiente, estamos protegiendo a la pesca industrial, no a la artesanal

El señor LONGUEIRA.- Y son liderados por quien está en las tribunas.

El señor LARRAÍN.- Lo que quiero hacer presente es que necesitamos una solución para nuestros pescadores artesanales. Consulto a Sus Señorías qué respuesta les vamos a dar.

Por todo lo expuesto, insistí en la indicación, y le pedí a muchos Senadores, de distintos sectores políticos, que nos acompañaran. Porque se trata de un problema relacionado con los pescadores artesanales auténticos, que en nuestra Región y en muchas otras están siendo depredados por otros pescadores artesanales más poderosos, cuya asociación con la pesca industrial simplemente está terminando con la pesca artesanal en muchas zonas del país.

He dicho.


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Horvath.


El señor HORVATH.- Señor Presidente, quiero recordar a los parlamentarios cuál fue la historia del posicionador satelital, contenido en el artículo 64 B de la Ley General de Pesca y Acuicultura.

En su momento también hubo una fuerte oposición entre los industriales para implementarlo. Pero estos fueron los primeros beneficiados. Porque se respetan las áreas; saben dónde están; se trata de una información reservada, que manejan exclusivamente el Servicio Nacional de Pesca y la Armada de Chile. Y, además, posee un componente muy importante, no solo el de hacer las cosas bien y en el lugar que corresponde, sino que otorga seguridad a la actividad pesquera. No olvidemos que algunos pescadores artesanales salen por el pez espada a 600 millas de la línea de base recta. Hay gente que trabaja en condiciones muy precarias.

Todo esto va en aras de que los que se encuentran trabajando bien estén tranquilos y que los que se salen de área tengan un mecanismo de control.

A la vez, hablamos de naves pesqueras artesanales superiores a quince metros. No hay ninguna imprecisión al respecto, porque sabemos que el tope de la eslora es de dieciocho metros, tal cual lo dispone la ley. Por lo tanto, estas embarcaciones pueden equivaler a cuatro o cinco camiones grandes o a 160 camionetas. O sea, no nos referimos a cualquier nave. Estas tienen un volumen de bodega de ochenta metros cúbicos. Son bastante importantes.

Y la idea es establecer una gradualidad con los pescadores artesanales. Esta sería la primera: entre quince y dieciocho metros.

Después vienen las zonas contiguas.

En este minuto, gracias a la modificación de la Ley General de Pesca, las zonas contiguas son autorizadas por el Consejo Zonal de Pesca. Pero tal autorización la otorgan los integrantes del Consejo a la Región a la cual se accede. Y lo que piden las Regiones es que los que ingresen -después de establecerse dónde hay un remanente para que de otra Región puedan sacarlo- empleen posicionador satelital. Si no, tampoco habrá forma de control. Sabemos que el SERNAPESCA no posee la cantidad de elementos para fiscalizar y que la Armada tiene otras funciones también. Y qué mejor que fiscalizar a través de un procedimiento expedito, económico, que da seguridad en el mar y que, a la vez, constituye plena prueba.

Si existen conversaciones entre los pescadores artesanales -hablamos de mucha gente, desde personas que pescan en panga y bote hasta naves de dieciocho metros-, que sigan adelante con ellas. Pero la indicación no los afectará. Además, todavía queda la instancia de la Cámara de Diputados para revisar la materia en detalle. Solo buscamos avanzar para que se protejan los recursos y la actividad pesquera y para que, al final, sea el conjunto el que gane.

He dicho.


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Orpis.


El señor ORPIS.- Señor Presidente, solo quiero agregar un elemento adicional a los argumentos expuestos por los colegas Larraín y Horvath.

Lo que se busca a través de esta indicación es proteger al pescador artesanal auténtico: al pequeño, haciendo aplicable el concepto a que se refiere la ley de que únicamente se puede pescar en la zona donde se tenga residencia, es decir, en las Regiones respectivas. Y es evidente que con naves de 15 metros de eslora resulta muy fácil pasar de una zona a otra.

Estoy seguro de que los pescadores artesanales de las propias Regiones son los primeros en tratar de cuidar sus recursos.

Por lo tanto, señor Presidente, la única forma de que la autoridad pueda, en definitiva, fiscalizar que se respeten las zonas en las cuales residen los pescadores artesanales auténticos, pequeños, y de que efectivamente se les proteja es exigiendo a las naves mayores para la pesca artesanal -como se propone en la indicación-, de eslora igual o superior a 15 metros, la instalación de un posicionador satelital.

En consecuencia, me parece oportuna la indicación presentada y que hemos renovado diversos Senadores.

Y ella no solo es oportuna, sino absolutamente necesaria, tanto para proteger a los pequeños pescadores artesanales cuanto para hacer respetar las distintas zonas en que se dividió el país en función de la residencia de ellos.

Debo manifestar que en el proyecto original se pretendía eliminar la exigencia de acreditar domicilio en la Región. Afortunadamente, esa enmienda fue rechazada en la Comisión de Pesca, a fin de que se respeten las respectivas zonas.

Se insistió mucho en suprimir el requisito de residencia. Menos mal que prevaleció el criterio del Senado en orden a mantenerlo para los efectos de desarrollar la pesca.

Sin embargo, a fin de que se respetara esa exigencia era absolutamente indispensable formular una indicación -como la que renovamos- para establecer la obligación de que las naves mayores coloquen a bordo un posicionador satelital, con el propósito de proteger al verdadero pescador artesanal, que -reitero- es el más pequeño.

He dicho.


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Letelier.


El señor LETELIER.- Señor Presidente, el punto en discusión tiene que ver con el cumplimiento de la ley.

Hoy, nadie es capaz de fiscalizar si efectivamente las personas autorizadas para extraer del mar, en embarcaciones de diferente tamaño, un recurso que no pertenece a nadie en particular sino a todos en general y que está ahí, respetan las reglas del juego. Y, en verdad, muchos de esos pescadores no las acatan.

La realidad de la industria pesquera en nuestro país es que existen varias especies en plena explotación y otras, a punto de colapsar.

Ha sido el exceso de esfuerzo pesquero el que ha generado el drama, entre otros, del jurel; la crisis en el norte, y la razón por la cual hemos efectuado en el Parlamento debates sobre estudios -como los solicitados por los Senadores de Iquique y Arica- que dicen relación a tallas y otras características.

Aquí estamos frente a un sector muy relevante de la economía. Chile ha llegado a ser una de las naciones con mayor esfuerzo pesquero del planeta; pero está demostrando que no hemos tenido la inteligencia para preservar esa riqueza. Quizás tampoco la tuvieron los países europeos y estamos siguiendo el mismo camino de saquear el recurso.

La única forma de evitar su depredación es mediante el establecimiento de normas regulatorias; de un cuerpo legal que por sobre todo sea conservacionista, y de medidas drásticas -¡drásticas!- para garantizar que quienes sean autorizados para extraer las distintas especies cumplan las leyes.

No cabe duda de que tenemos una realidad diferenciada a lo largo del territorio nacional.

No es lo mismo lo que pasa con los recolectores de orilla -la situación que más conozco en la Región de O´Higgins- versus la actividad de los buzos que existen en todo el país; ni lo que ocurre con los boteros o los pescadores artesanales pequeños versus los pescadores artesanales de mayor magnitud, pues muchos de estos -como bien acotaba el colega autor de la indicación en debate- se encadenan de hecho con la industria de la pesca.

Debemos encontrar una fórmula civilizada, correcta, para que quienes sean autorizados para extraer recursos respeten las áreas de pesca y la cuota a que tienen derecho.

La necesidad de discutir una indicación de la naturaleza de la que se ha planteado es producto de que la ley no se cumple.

Si se acatara la ley, no tendríamos este problema. A nadie le gusta -a mí por lo menos, no-, por principio, aplicar sanciones o una suerte de garrote contra los pescadores artesanales ni industriales. La norma propuesta se orienta hacia aquellos que no respetan la ley.

Yo represento a la Sexta Región, donde, por desgracia, y no me canso de decirlo en el Parlamento, no peleamos por un puerto sino que aspiramos aunque sea -disculpen la forma de decirlo- a un pinche muelle. Porque carece de infraestructura para los pescadores artesanales; no hay infraestructura portuaria, y somos testigos de cómo pescadores o esfuerzos pesqueros de otras Regiones llegan hasta allí y muchas veces hacen lo mismo que en su zona de pesca y extraen más de lo que corresponde.

Señor Presidente, hasta ahora no he escuchado aquí ningún argumento convincente para no aprobar esta indicación renovada. ¡Ninguno!

En un momento dado pensé en retirar mi firma, para facilitar un acuerdo, porque supuestamente el Ejecutivo estaría negociando y viendo un mecanismo. Pero me he convencido de que lo mejor es pronunciarnos ahora, con el objeto de ver cómo y quiénes estamos por defender verdaderamente los recursos pesqueros versus situaciones un poco más complejas.

Lo que aquí se requiere, señor Presidente, es respetar el recurso pesquero por sobre todas las cosas. Y por eso concurriré a aprobar la indicación.


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Zaldívar.


El señor ZALDÍVAR (don Andrés).- Señor Presidente, yo también patrociné la renovación de esta indicación a fin de tratarla en la Sala, porque según lo expresado por el Senador Larraín -sin perjuicio de reconocer la validez de los argumentos del colega Navarro- es una norma necesaria.

Y como muy bien dijo el Senador Horvath, cuando se analizó, en su momento, la instalación de GPS en las naves industriales, efectivamente hubo una gran discusión acerca de lo que iba a significar en cuanto a costo, a operación, etcétera. Y se demostró que constituía un buen sistema de control para la actividad pesquera, en especial ante el hecho de que las cuotas de pesca se encuentran repartidas por Regiones.

En el caso de mi Región (la Séptima), como han señalado los pescadores artesanales, muchas veces llegan de otras zonas algunas naves, sobre todo industriales o semiindustriales, y proceden a extraer los recursos pesqueros sin ningún control.

Por ello, estimo que para los pescadores de dicha Región esta es una norma necesaria y conveniente.

Sin embargo, tal vez sí sea cierto que a las embarcaciones de 15 metros de eslora les signifique un mayor costo la instalación del dispositivo de posicionamiento satelital. Pero tal costo va a redundar, en definitiva, en mayor bienestar para sus dueños. Porque se evitará la competencia desleal en la pesca de especies que, como sabemos, son escasas.

Por esa razón, es bueno que exista una disposición de este tipo, en particular porque desde hace tiempo se nos está reclamando que resolvamos el punto. Y el solo hecho de presentar la indicación ha provocado la discusión y la necesidad de zanjarlo.

No podemos esperar hasta el año 2012, cuando corresponde adecuar la Ley de Pesca. Soy partidario de aprobar esta norma hoy día, aprovechando que estamos abocados a legislar sobre cómo proteger la pesca artesanal. Además, interpreta el interés de los pescadores artesanales de mi Región.

Por eso, señor Presidente, me pronunciaré a favor de la indicación renovada.


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Escalona.


El señor ESCALONA.- Señor Presidente, hice una solicitud hace pocos momentos, pero no alcancé a dar todos mis argumentos. Por eso, voy a abusar de la paciencia de los colegas para entregar mi punto de vista más de fondo. Básicamente, quiero señalar que estamos frente a una situación muy grave desde el ángulo del procedimiento legislativo, porque en los hechos, sin que se haya manifestado, se desea modificar la Ley General de Pesca reduciendo de 18 a 15 metros el límite de la eslora de las naves pesqueras artesanales.

Eso es lo que se quiere en los hechos.

El señor LONGUEIRA.- ¡No!

El señor ESCALONA.- Sí.

Porque esos son el resultado y el efecto práctico.

El señor LARRAÍN.- ¡No es así!

El señor ESCALONA.- No digan que no: eso es lo que va a ocurrir.

Entonces, cuando no se dicen las cosas como son, se afecta gravemente la transparencia, que, entiendo, ha sido un valor muy recurrido y socorrido por todos durante los últimos años y en los discursos que recuerdo del tiempo reciente.

Se ha hecho de la idea de la transparencia una especie de valor esencial. Y aquí se está afectando. Si me guío por la intervención del Honorable señor Hernán Larraín, concluyo que es así. Él viene desde hace ocho años intentando modificar la norma pertinente. Y lo manifestó con entera franqueza.

Eso no fue lo que se informó acá, en la Sala, ni tampoco lo que expresó el Honorable señor Horvath. Fue al revés; se dijo exactamente lo contrario: que los dirigentes de la CONAPACH, quienes se hallan presentes en las tribunas, estaban de acuerdo con las modificaciones.

No lo señaló el Senador Hernán Larraín, pero sí el Honorable señor Horvath.

El señor LONGUEIRA.- ¡No pueden estar de acuerdo con eso!

El señor ESCALONA.- O sea, acá se han alterado seriamente las mínimas normas del trabajo legislativo. Se ha presentado una indicación con una intencionalidad por completo distinta de la que se declaró expresamente en la Sala y en la Comisión.

Eso es en primer término lo que no puedo aceptar, señor Presidente.

Si el Senador Hernán Larraín quiere modificar la Ley General de Pesca, que lo diga. Está en todo su derecho. Y discutamos y acordemos las modificaciones con la legitimidad que requieren las cosas.

Pero hacer una enmienda de esa dimensión, de ese sentido, de ese significado, con un argumento oblicuo, no me parece legítimo ni aceptable. En segundo lugar, quiero defender, no por demagogia sino por su espíritu solidario, a los dirigentes y a los pescadores artesanales de la Décima Región.

Lamento la ignorancia de algunos Honorables Senadores. Porque una parte muy importante de la flota de la Octava Región hoy día recala en los puertos de la Décima.

No sé si esos Senadores han visto las imágenes de la televisión. El puerto fluvial de Lebu, por ejemplo, se encuentra completamente inhabilitado. ¿Y dónde está una parte esencial de la flota de la Octava Región? En Quellón, en Ancud, en Maullín: en los puertos de la Décima Región de Los Lagos. Y los dirigentes y trabajadores de la pesca artesanal de esta última, con un espíritu absolutamente solidario, han estado dispuestos incluso a compartir sus esmirriadas cuotas de captura con el objeto de ayudar a trabajadores del sector que se hallan en situación completamente aflictiva.

¡No se venga, pues, a hacer aquí una caricatura! ¡No se presente una imagen irreal! ¡No se diga "estos no son pescadores artesanales"! ¡No se banalice la discusión!

¡Esa es gente que merece respeto y tiene dignidad!

No me parece propio que acá, en el fondo, se haya levantado una acusación y hecho una manipulación de lo que esas personas son al indicarse que "no se trata de pescadores artesanales sino de pescadores industriales encubiertos".

¡Rechazo por completo la torva, la mala intención de esa infame acusación que aquí se ha levantado contra gente honorable y trabajadora, en particular la de la Región de Los Lagos!

He dicho.

--(Aplausos en las tribunas).

El señor LONGUEIRA.- ¡Eso lo dicen los pescadores artesanales, no nosotros!

El señor ESCALONA.- ¡Qué carepalo...!


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Senador señor Navarro.


El señor NAVARRO.- Señor Presidente, la discusión sobre la pesca -lo expresé- siempre desata pasiones.

Por ejemplo, el entonces Ministro Rodríguez Grossi -el Senador Longueira debe de recordarlo muy bien porque, como yo, era Diputado-, cuando se discutía el proyecto que originó la Ley General de Pesca, solo seis horas antes de la votación nos entregó la información relativa a cómo se distribuirían los recursos, a quiénes serían los ganadores, en fin, porque "hasta ese momento era reservada".

¡El Parlamento distribuía la pesca en Chile, pero constituía información reservada quiénes se la iban a llevar!

¡Seis horas antes de votar aquella iniciativa supimos cómo se distribuirían las cuotas de pesca, que, por supuesto, eran individuales y transferibles!

Señor Presidente, muchos aspectos de la Ley General de Pesca se hallan pendientes.

El de la subasta, por ejemplo. La legislación existe, pero no se aplica. Nosotros queremos hacerla aplicable en determinadas condiciones, para proteger el recurso.

¡Cinco por ciento anual a subasta pública!

Se nos pide apurar una parte de la reforma a la Ley General de Pesca que se encuentra en discusión. Nosotros decimos, entonces: debatamos la distribución de la sardina y la anchoveta.

¿Por qué la pesca industrial tiene más del 40 por ciento de recursos que se encuentran dentro de las cinco millas? ¿Qué fundamento hay para que ese sector acceda a un porcentaje enorme de especies que no puede extraer? ¡Y no puede sacarlas porque están dentro del área exclusiva de la pesca artesanal!

Señor Presidente, si queremos debatir de verdad acerca de derechos y deberes, y particularmente de protección a los pescadores artesanales, hagámoslo en todas las dimensiones, no exclusivamente en la de fiscalizar a ese sector en un solo punto.

Hay pendientes -repito- muchos aspectos de la Ley General de Pesca. Eso es lo que he venido reclamando, no si las naves deben tener o no posicionador.

Podemos coincidir en la necesidad de mayor fiscalización. Pero hemos planteado lo relativo al procedimiento.

O sea, si en cada modificación nos van incorporar cuestiones de fondo de la "Ley Larga de Pesca", estamos en un problema.

Eso lo saben los bancos; y los industriales, también: vencida la Ley, volvemos a cero; es decir, ni un solo pez queda en propiedad privada como hoy. Se termina la llamada "Ley Corta" el 2012 y no existirá cuota individual y transferible. Y eso causa pánico en los bancos, en las empresas.

Pero no queremos pánico, sino empleo. Deseamos proteger al sector industrial cuando cumpla las leyes sobre el medio ambiente, cuando respete sus compromisos con los pescadores artesanales, cuando cuide el recurso marino.

Nadie busca el alarmismo. Solo sostenemos que hay que discutir las modificaciones en el escenario adecuado. Aquí, de manera absolutamente inadecuada, se procura anticipar una parte significativa de la reforma de la Ley de Pesca.

Cuotas, subastas, ordenamiento del territorio costero (ello también reviste importancia), normas legales para la pequeña acuicultura.

Acá legislamos sobre los salmoneros, y les otorgamos la posibilidad -como nunca ocurrió en la legislación nacional- de constituir hipotecas sobre un bien nacional de uso público. Hoy día los empresarios hipotecan en los bancos las concesiones acuícolas.

Y, si no responden a los compromisos contraídos, esas instituciones las subastan. Eso no sucedía antes. Y lo permitimos mediante una iniciativa vinculada con los salmoneros para recuperar parte de los 40 mil empleos que se perdieron debido a la pésima administración efectuada por empresarios que eran campeones mundiales y no supieron cuidar lo que tenían.

Entonces, seguimos legislando a cuadritos.

Señor Presidente, ante la cuestión más de fondo, en la forma como se ha querido plantearla, siento que lo señalado por el Senador Escalona es plenamente válido. En mi concepto, no corresponden los calificativos usados por algunos colegas respecto a la actividad noble de la pesca artesanal, que, por cierto, será la única subsistente. Como ocurre en Noruega, en Islandia y en otros países, es la que extrae los recursos de manera moderada, respetuosa, no abusiva, a gran distancia de los cinco millones de toneladas de jurel que pescaba en nuestro país la flota industrial durante los años 95, 96 y 97.

Por eso, insisto: si nos obligan a votar esta indicación ahora, habrá un quebrantamiento de la fe en torno a cómo actúa el Gobierno a través del Subsecretario de Pesca.

El Congreso es un Poder del Estado independiente. Y reclama su independencia. Pero esto es un quiebre de confianza.

Las veces que el Subsecretario Galilea ha ido a mi Región, nunca se ha reunido con los Senadores (no sé si ha recibido al colega Sabag).

Entonces, no va a entrar más a esta Sala. ¡Un representante del Ejecutivo que rompe un compromiso de honor no tiene derecho a ingresar a este Hemiciclo!

Desde ya, advierto que el Subsecretario Galilea no va a entrar a esta Sala, por lo menos mientras yo me encuentre presente.

Ojalá que no ocurra tal situación. Pero el Gobierno y el oficialismo obligan a ello.

Algunos Senadores de Oposición podrían seguirlo. Pero yo quiero llamar a la conciencia en el sentido de que tensionar este asunto anticipadamente no es lo mejor; va a ser un problema adicional para el Ejecutivo, al que le hemos advertido a tiempo para que no se meta en honduras en los conflictos sociales.

Esto provocará un lío. Y no me corresponde a mí defender la paz social si el Gobierno no es capaz de cautelarla.

Espero que no se deba votar la indicación renovada, señor Presidente. Si hay que emitir pronunciamiento, anuncio que lo haré en contra.

He dicho.

El señor LONGUEIRA.- ¡Amenazas!

El señor NAVARRO.- ¡Pregúntele al colega Sabag! ¡El Subsecretario se reúne con la pura Derecha!


El señor GIRARDI (Presidente).- Les ruego evitar los diálogos, señores Senadores. Tiene la palabra la Honorable señora Rincón.


La señora RINCÓN.-Señor Presidente, me alegra el debate. Y felicito a mi colega Hernán Larraín por haber permitido discutir esta indicación en la Sala.

Porque el sur también existe. Y no está de la Octava Región hacia la Décima, ni tampoco de la Quinta al norte, sino en el Maule.

El Maule se halla entre dos aguas. Y los que sufren las inclemencias en este caso son los pescadores artesanales de la Séptima Región, quienes ven cómo sus recursos son explotados por los de la Quinta y por los de la Octava.

Esta tarde, a la hora de almuerzo, se acercaron a conversar conmigo dirigentes de los pescadores artesanales. Me pidieron que no apoyara esta indicación. Les respondí que debía conversar el punto con mis pescadores artesanales. Estos me dijeron que había que respaldarla, porque lo que viven en el Maule -he hablado muchas veces con ellos sobre el particular- es dramático. Y tienen dos problemas: uno, el que estamos analizando, relacionado con la forma como los barcos de mayor tamaño invaden las costas locales y se llevan sus recursos; el otro, la carencia de cuotas, situación que tratamos de zanjar -no lo conseguimos- en otro proyecto, presentado a raíz del terremoto.

En el Maule, ese último aspecto es dramático: sobran recursos y faltan cuotas, a diferencia de lo que pasa en otras Regiones.

Por cierto, es necesaria una discusión mayor a propósito de la Ley de Pesca, que vence el próximo año. Pero, queridos colegas -y se lo digo también al Ejecutivo-, debemos empezarla hoy.

¿Habrá explosión social como dijo el Senador Navarro? Sí. Porque obviamente, si se suman la secuela del terremoto y el problema que provoca año tras año la falta de cuotas para explotar el recurso, la situación es dramática.

Yo creo que hay que partir por algo. Y este es un buen camino: discutir, poner el asunto sobre la mesa, abordar la cuestión no menor de, para resguardar a nuestros pequeños pescadores artesanales, controlar a quienes entran a las Regiones y a los que salen de ellas.

En cuanto a los insultos, señor Presidente, pienso que debemos dejarlos fuera de la Sala, pues hay un bien mayor que proteger: el trabajo de hombres y mujeres esforzados que día a día luchan por sacar adelante a sus familias.


He dicho.


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Carlos Larraín.


El señor LARRAÍN (don Carlos).- Señor Presidente, quisiera agregar algo a los argumentos esgrimidos aquí y que me permitiré resumir a la rápida.

Se ha hablado de que la indicación propuesta por varios Senadores -entre ellos, yo mismo- permitirá un mejor control de las zonas de pesca.

Eso es válido. Tenemos en Chile 5 mil 200 kilómetros de costa que virtualmente resulta imposible fiscalizar. Mediante un mecanismo tecnológico se puede trasladar el control a un escritorio.

Además, por esa vía es factible mejorar el uso y goce de las zonas contiguas, donde normalmente existe fricción.

También se ha hecho valer el planteamiento de que por tal camino puede mejorarse el cumplimiento del requisito de residencia.

Asimismo, se habla de la protección de los derechos de los pescadores artesanales que cuentan con embarcaciones de menos de 15 metros.

Pero yo deseo añadir que el mecanismo tecnológico de que se trata tiene un costo relativamente bajo, probablemente de muy rápida amortización.

Además, aquí existe -y esto es lo que quiero poner sobre la mesa- una enorme ganancia en materia de seguridad para las tripulaciones, factor que parece desconocido para algunas personas que hacen gran caudal sobre la suerte de los pobres y los menesterosos.

Hay que mejorar el factor seguridad, señor Presidente.

Ahora, pienso que dilatar la resolución de esta materia hasta la dictación de la "Ley Larga" o de la "Ley Corta" es riesgoso.

Es factible que el costo lo paguen inocentes. Y nosotros tendríamos responsabilidad en ello.

De otro lado, no descubro cuál es el subterfugio legislativo a que aludió un antecesor en el uso de la palabra. Aquí hay una indicación franca, abierta y explícita.

Tampoco se ve la maniobra torva que existiría.

Son palabras que asustan, ¡propias más bien de ópera italiana...!

También debo referirme, señor Presidente, a una especie de advertencia que se le hace al Subsecretario de Pesca, quienquiera que sea.

¡Para remate, es amigo mío...!

¡Pobre don Pablo Galilea: va a entrar temblando aquí...!

En fin, creo que hay que tener en cuenta la vida real y no tanto alguna referencia histriónica que se formule, sobre todo mirando para arriba, hacia las tribunas.

Ahora, como el contenido de toda esta discusión ha sido bastante misceláneo, me permito terminar diciendo: "¡Patagonia sin Navarro...!".

La señora RINCÓN.- ¡Oh, qué feo!

El señor NAVARRO.- ¡Lo voy a invitar a conocer la Patagonia...!


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Hernán Larraín.


El señor LARRAÍN.- Señor Presidente, la verdad es que me sorprende el tono que ha alcanzado el debate respecto de algo que me parece tan obvio y sencillo: asegurarse de que los pescadores artesanales mayores puedan ser ubicados a través de un posicionador satelital de manera que, cuando infrinjan las áreas reservadas a otros sectores pesqueros, sean detectados y sancionados, pero con una pena mayor, para poner término a esa práctica.

¡Eso es todo lo que estamos planteando!

Aquí se dice, primero: "No se puede discutir esto porque son grandes cosas".

¡Perdón!

Este es un proyecto que tiene como propósito modificar la Ley General de Pesca. ¿Y está referido a qué? A los pescadores artesanales.

¿Por qué no se puede debatir acá ese tema?

Se puede discutir.

Segundo, se expresa: "Nos ha sorprendido".

¡Pero cómo se "ha sorprendido" si la indicación fue presentada en la Comisión y dentro del plazo fijado para el efecto!

Desgraciadamente, no supe cuándo se discutió la iniciativa en dicho órgano técnico. De lo contrario, habría ido a explicar la indicación.

En su momento, esa Comisión dispuso de los antecedentes, y la indicación fue rechazada, por las razones que se explicitaron.

Ahora, la renovación de una indicación no constituye más que el ejercicio de un derecho.

¡Por favor!

¡Hasta dónde estamos llegando! En seguida, también me sorprende que por una indicación de un grupo de Senadores se amenace a un Subsecretario del Gobierno.

¡Qué tiene que ver el señor Galilea en esta discusión! ¡Si no he hablado con él sobre la materia! Lo hice con Subsecretarios de Pesca anteriores. Desafortunadamente, no funcionaron en ese minuto. Y por eso he insistido y perseverado en mi planteamiento, atendidas las razones que expuso muy bien la Senadora Rincón, quien conoce la realidad de nuestra Región, así como lo hicieron los colegas Zaldívar y Coloma, ambos partidarios también de la indicación. Porque esa es una realidad que se sufre hoy día, Y no tenemos cómo evitarla.

¿Qué culpa tiene, entonces, el señor Galilea? ¿Por qué se abre debate acerca de algo inexistente?

En efecto, hay cuestiones pendientes; lo recordaba la Senadora Rincón.

A nosotros nos afecta -no he querido mencionarlo ahora; lo he hecho en otras oportunidades- el problema de las cuotas.

Nuestros pescadores artesanales no tienen cuotas de pesca para la merluza, especie que sobra en la zona. En cambio, a quienes no cuentan con este recurso les sobra la cuota. Y eso no ha podido modificarlo el Consejo Nacional de Pesca.

Desde hace cinco o seis años -ya no sé cuánto- venimos pidiéndolo sistemáticamente. Y cada año debemos luchar para que se aumente un poquito la cuota. Se saca algo a la de investigación y se hacen todas las trampas legales posibles para que se les asignen cuotas a los pescadores. Porque, por desgracia, en este aspecto al menos no ha habido la solidaridad que se reclama, pues los pescadores artesanales que disponen de cuotas se las venden a sus socios, no se las regalan. De modo que en ese caso, lamentablemente, no hemos vivido la solidaridad a que se hace referencia.

Luego, aquí no estamos hablando de otros pescadores artesanales. No recuerdo haber mencionado a los de la Décima Región.

Así que pido que se retiren las expresiones injuriosas que se han vertido. Porque acá estamos remitiéndonos a un asunto concreto: cómo defendemos a nuestros pequeños pescadores artesanales del Maule, que no tienen capacidad para salir de la Región y a quienes les quitan los pocos recursos que pueden extraer, por cuanto, desafortunadamente, las cuotas son insuficientes.

¡Esa es la realidad! ¡Eso es lo que nos está afectando!

Sus Señorías dicen que debemos respetar un acuerdo político -no sé de qué tipo- entre el Gobierno y la Confederación de Pescadores Artesanales.

Me parece muy respetable. ¡Pero qué inconveniente hay en una cosa tan simple! ¡Qué más sencillo que darle un elemento adicional a la fiscalización porque los mecanismos existentes no operan!

Llevamos años -¡años!- luchando por eso. Y puedo invitar a Sus Señorías para mostrarles películas que dan cuenta de la desesperación de nuestros pescadores, quienes ven cómo llegan las flotas todos los días.

Llama el Alcalde de Mar a Constitución, donde está la Capitanía de Puerto, y no pasa nada. Cuando logramos que acuda alguna de las lanchas patrulleras, ya es tarde, pues las flotas se han ido. A veces estas se hacen presentes en la noche o a horas en que no se puede ejercer control.

En resumen, creo que los señores Senadores deben ponerse una mano en el corazón.

¿Qué tiene que ver la legislación general? ¡Nada!

¿Qué tiene que ver Galilea? ¡Nada!

¿Qué tienen que ver los pescadores de la Décima Región? ¡Nada!

Aquí estamos defendiendo los derechos de pescadores artesanales pequeños que hoy día ven sus pocas cuotas destruidas por la invasión de pescadores artesanales mayores.

Esas son mis preguntas. Y quiero que sean contestadas en el Senado.

He dicho.

El señor LONGUEIRA.- ¡Se les acabó el reinado! ¡Digamos las cosas como son!


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Coloma.


El señor COLOMA.- Señor Presidente, me alegro de que el Senador Hernán Larraín haya colocado las cosas en su lugar.

Hemos oído, por ejemplo, al colega Escalona, quien generalmente actúa en forma muy seria frente a las diversas materias. Pero no sé qué hay detrás en esta ocasión que lo induce a plantear las cosas de manera tan distinta de como se hace tradicionalmente.

Este proyecto -lo decía el Senador Hernán Larraín- modifica la Ley General de Pesca. Entonces, ¿cuál es el drama de analizar una indicación que enmienda dicho cuerpo legal y que fue presentada en tiempo y forma, habiendo sido renovada -deseo recordarlo a mis Honorables colegas- con la participación de parlamentarios de todos los sectores?

¿Qué tipo de colusión imagina alguien para tratar de describir como una maniobra torva y poco transparente lo que estamos analizando? Pocas veces he visto algo más claro y franco que tratar de disponer una medida de sentido común no solo para la Región del Maule, sino también para todas,...

El señor ORPIS.- Todas.

El señor COLOMA.- ...en orden a que, simplemente, los derechos de los pequeños pescadores artesanales puedan ser resguardados de quien quiera violentarlos. Porque, lamentablemente, hemos visto tanto en el Maule Sur como en el Maule Norte, al igual que en la Sexta Región, según me consta, y en otras, de acuerdo con lo que me expresa mi Honorable colega Orpis, que son traspasados los límites.

Pero la clave, en el fondo, dice relación con la pregunta de cuál es el problema estricto de defender los derechos de ese sector. Puede que el Senador que habla no sepa a quién se quiere proteger, que no sepa a quién se teme, mas insiste en que le parece de sentido común -y lo expone con absoluta serenidad- que en esta Corporación, respecto de la cual tanto se deplora a veces la falta de iniciativa, se pueda aprovechar justamente una idea buena para transformarla en ley, ante una situación denunciada decenas de veces que ha afectado la convivencia social de las pequeñas caletas pesqueras y que distintos Gobiernos han prometido una y otra vez superar, sin que eso haya sido posible.

Porque este ya es el récord, señor Presidente: vivimos reclamando de lo que otros no pueden hacer y ahora, en virtud del proyecto, es posible materializar algo pendiente, que consiste, simplemente, en contar con GPS en determinadas embarcaciones para que se detecte cuando se infringen los derechos de pesca en perjuicio de los pequeños pescadores artesanales. Entonces, si alguien no lo quiere, si alguien ve detrás maniobras torvas, oscuras, regionalistas, sesgadas, etcétera, quiere decir que hay gato encerrado, ya que la racionalidad no puede reflejar exactamente el tipo de discusión que hemos sostenido.

Por eso, formulo de verdad un llamado a votar a favor de la indicación. La estamos patrocinando parlamentarios de todas las bancadas y estoy seguro de que es una forma de cumplir con el deber.

Si se llegara a rechazar una proposición de este tipo, ¿qué vamos a decirles a los pequeños pescadores artesanales respecto de los derechos de las cuotas? ¿Qué vamos a plantearles? ¿Que el Parlamento no tuvo voluntad de defender lo que realmente merecen? Ello no me parece razonable.

En consideración a esos cientos o miles de trabajadores, insisto en que se apruebe la indicación y en que el Senado demuestre que tiene voluntad, ganas, pantalones, ideas para proteger de verdad los derechos de los pescadores artesanales.

He dicho.


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Lagos.


El señor LAGOS.- Señor Presidente, intervendré tal vez con menos pasión, pero con buena disposición.

Entiendo que la forma en que se abordó el asunto obedece a una discusión bien específica. Se trata, como dice el Orden del Día, de modificar "la Ley General de Pesca y Acuicultura en materia del concepto de embarcación artesanal y de su clasificación por eslora, del reemplazo de la inscripción en el Registro Pesquero Artesanal y de los requisitos para inscribirse en el mismo Registro".

Lo anterior no se encuentra asociado a la fiscalización. Y deseo señalarlo porque la indicación -es correcto si quieren replantearla, porque así se contempla en el Reglamento del Senado- está insistiendo en algo que fue rechazado y respecto de lo cual el Subsecretario señor Galilea tenía conocimiento.

Lo que se ha expresado acá me ha hecho mucho sentido: esto es parte de una conversación más global. No me cabe duda de que, cuando se trate la iniciativa sobre la nueva ley de pesca -la que viene, la mera mera, la que incide en la situación de los grandes industriales y lo relativo a la subasta, la licitación, las cuotas, los esfuerzos de captura, etcétera-; cuando se verifique la discusión global sobre un sistema que lleva 10 años y cuya manera de operar resulta claramente cuestionable hoy día, a la luz de lo acontecido, la cuestión de los posicionadores satelitales de fiscalización va a ser parte de la fórmula del eventual acuerdo a que se llegue respecto de esa normativa.

Al insistirse en esta materia hoy, entonces, hago presente que no deseo pasar a llevar a ningún pescador artesanal, porque al menos los de la Quinta Región, a la cual represento, no están por aprobar una indicación de esta naturaleza. Es algo que ya me quedó claro: cada uno habla por sus pescadores artesanales. Por mi parte, lo hago por los míos, quienes no están -repito- por aprobar la indicación.

Ellos entienden que se debe fiscalizar, pero eso tiene que ser parte de la negociación y del acuerdo para contar, a partir de 2012, con una Ley General de Pesca que refleje los verdaderos intereses de todas las partes involucradas. Para tal efecto, además, tanto los más pequeños como los más grandes tienen que estar debidamente representados.

Y espero -tengo mis dudas, sin embargo- que, cuando sea preciso discutir con la gran industria pesquera y enfrentarse a sus intereses, los mismos que hoy día defienden con celo a ciertos pescadores artesanales, supuestamente, desplieguen igual fuerza.

Me entusiasma y enternece tanto afán de proteger a ese sector. Me habría gustado observar tal actitud en este mismo Senado, cuando discutimos el Presupuesto, para destinar recursos a fiscalizar la forma en que se respeta la legislación laboral. El Ministro de Hacienda no quiso poner más plata para poder cumplir esa función en el trabajo. Es algo que nos costó una enormidad.

¿Se registró tanto celo para preocuparse de los pescadores artesanales en el pasado? ¿Se cuenta con más recursos para fiscalizar la situación de las temporeras? ¿Qué hemos hecho por los mineros desde el rescate de los 33 que quedaron atrampados en la mina San José? ¡Después han muerto otros 19!

En consecuencia, ¿saben qué puedo decirles, Honorables colegas? Es mejor anunciar: "Voy a defender a los pescadores artesanales de la Región que represento" -lo encuentro razonable y legítimo- que tratar de imputar un doble estándar. No es una cuestión de doble estándar. El Senador que habla también va a defender a los de la Región que representa, mas no resulta adecuado, entonces, aseverar que estos son los correctos y los otros no.

Pero lo más grave de todo dice relación con que el proyecto de nueva ley de pesca que tenemos que discutir en 2012 -y ojalá a partir de fines del año en curso- incorpore el punto, porque va a ser parte de la fórmula. Entendí que la primera vez que intervino mi Honorable colega Escalona pidió reconsiderar el debate de la indicación y que esta se retirara y discutiera de manera distinta y en otro plano, y no para "lentejear".

Y aquí termino, señor Presidente. El Senador señor Hernán Larraín expresó algo que choca: "Llevo ocho años" -con alguien más- "esperando que se fiscalice y se cambien las cosas.". Saqué la cuenta que son 96 meses. Ya han pasado 13 meses de la actual Administración, correspondientes a un 14 por ciento del total, ¿y tampoco ha cambiado la fiscalización? Entonces, quiere decir...

El señor LARRAÍN.- ¡No!

El señor LAGOS.- Sabía que la respuesta iba a ser negativa. Y se tiene razón, porque no se han registrado modificaciones, en la medida en que algunas materias son más difíciles y no se van a arreglar con el posicionador satelital. Es algo que se requiere abordar de manera global. Por ello, la propuesta de discutir el asunto en otro ámbito es razonable.

Y, por último, más que prohibirle al Subsecretario señor Galilea su asistencia al Senado, me habría gustado que hubiera estado acá.

El señor PROKURICA.- ¡Lo está!

El señor LAGOS.- ¿Adónde?

El señor CHAHUÁN.- Ahí arriba.

El señor LARRAÍN.- Se encuentra en la tribuna.

El señor PROKURICA.- Es necesario pedir autorización para que ingrese a la Sala.

El señor LAGOS.- Quiero conocer la opinión del señor Subsecretario,...

El señor PROKURICA.- Es cuestión de dejarlo entrar.

El señor LAGOS.- ...porque entiendo que el punto es parte de los acuerdos sobre los cuales se está conversando. Entonces, la pregunta es: ¿vale la pena tensionar, ante la discusión grande que vamos a tener después, la cual sí es fundamental?

El señor LONGUEIRA.- ¡Pero no se asuste, Su Señoría!

El señor LAGOS.- No abrigo ningún susto, señor Senador.

En consecuencia, reconsideremos lo de la votación. De lo contrario, cada uno se pronunciará como tiene que hacerlo y defenderá a su Región como tiene que defenderla.

Mas creo que la Ley General de Pesca es tan fundamental por lo que representa en empleo, en exportaciones, que el elemento que nos ocupa, cuya importancia para el desarrollo final de la normativa todos conocemos, no debemos abordarlo ahora, sino dejarlo pendiente para esa discusión. Si algunos han esperado 96 meses y ya se han ido 13 en la actual Administración, podemos esperar perfectamente otros 13 para tal efecto.

He dicho.


El señor GIRARDI (Presidente).- Con los Honorables señores Novoa y Longueira compartimos la dificultad de representar a una Región que carece de acceso al mar. No tenemos pescadores...

Tiene la palabra el Senador señor Chahuán, pero antes solicito la autorización para que ingrese el Subsecretario de Pesca.

El señor NAVARRO.- Me opongo.

El señor GIRARDI (Presidente).- No hay acuerdo.

El señor CHAHUÁN.- Señor Presidente, estimados colegas, me parece que la actitud de algunos parlamentarios al no permitir la presencia en la Sala del señor Pablo Galilea dice relación, en definitiva, con no querer discutir a fondo el tema. Y, por lo mismo, pido a mi Honorable colega Navarro -por su intermedio, señor Presidente- que reconsidere su rechazo y deje que el señor Subsecretario se encuentre presente para los efectos de poder...

El señor GIRARDI (Presidente).- Les ruego a los señores Senadores dirigirse a la Mesa.

El señor CHAHUÁN.- Lamento que mi Honorable colega no permita el ingreso del señor Subsecretario.

Deseo consignar que hoy fue un día especial para los pescadores artesanales de la Quinta Región. En efecto, constituimos una mesa de diálogo social con ellos y, por primera vez, logramos bajar la representación a los pescadores de las caletas para que pudieran plantearle derechamente al Subsecretario de Pesca las problemáticas que aquejan en la actualidad al sector.

Una de ellas se refiere a lo que en su tiempo fue una verdadera maldición, pero que ahora se ha transformado en una salvación para estos trabajadores en la Región de Valparaíso: el recurso de la jibia.

Por otra parte, también cabe considerar las cuestiones referentes a la instancia para discutir en serio -como lo expresó el Senador señor Lagos- los temas que se debatirán el próximo año con motivo de la modificación de la Ley General de Pesca y Acuicultura. Lo anterior, para el efecto de ser capaces de proponer la extensión de la zona exclusiva de pesca artesanal más allá de las escasas millas que hoy se disponen -ojalá hasta 12 millas o 500 metros de profundidad-; de establecer las condiciones requeridas para preservar los recursos marítimos, pero también de generar la necesaria autorregulación de las artes de pesca, que han ido redundando cada vez más en la reducción de la talla, sin permitir la renovación de la especie.

Estimamos que la indicación renovada por el Honorable señor Hernán Larraín y otros señores Senadores de distintas bancadas dice relación con un asunto que es de la esencia del debate: en la actualidad no existe una fiscalización adecuada de la captura. Por lo mismo, creemos que la proposición tiende, primero, a que sea posible fiscalizar de forma adecuada el cumplimiento de las cuotas; segundo, a proteger a los pescadores artesanales de las caletas, hoy prácticamente indefensos, y tercero, a añadir un elemento de seguridad.

Desde hace un tiempo se ha venido avanzando en términos de que las embarcaciones menores puedan contar con GPS justamente para no tener que lamentar pérdidas de vidas humanas o accidentes en el oficio. Por lo mismo, no me parece para nada exagerado que las naves mayores de los pescadores artesanales dispongan también del sistema, con el objeto no solo de fiscalizar el cumplimiento de la cuota, sino asimismo de ubicarlos con prontitud en caso de accidente.

Por mi parte, he planteado -y aprovecho este escenario para exponerlo- la posibilidad de un seguro obligatorio para las embarcaciones menores. Es una cuestión de fondo. ¿Por qué no contemplar un seguro de incapacidad laboral, ante la eventualidad de un siniestro, y una pensión de sobrevivencia para las viudas?

Esas son las materias que debemos discutir en el Congreso.

En consecuencia, ¿por qué temer a la fiscalización? ¿Por qué temer a que cada pescador artesanal, sea de la categoría mayor o de la menor, cumpla la ley?

He dicho.


El señor GIRARDI (Presidente).- Tiene la palabra el Honorable señor Gómez.


El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, solicito a la Mesa recabar la autorización de la Sala para que ingrese el Subsecretario señor Galilea, ya que resulta relevante que opine sobre el punto. Conversando afuera, me manifestó encontrarse disponible para plantear la posición del Ejecutivo.

Entonces, sería conveniente conocer su planteamiento.

El señor NAVARRO.- Para ese efecto pueden intervenir los Senadores de Gobierno.

El señor GÓMEZ.- No necesariamente. Y si fuera así, no importa. Lo adecuado es que podamos escucharlo respecto de la materia, que es bastante compleja.

Así que reitero mi petición de que se registre unanimidad en la Sala para tal efecto.

La señora ALLENDE.- ¿Por qué no va al baño el Senador señor Navarro...?

El señor GÓMEZ.- Señor Presidente, quisiera plantear el asunto desde otra perspectiva. Estimo que el tema de la pesca artesanal es muy complejo. También, ha estado siempre afectado por otras circunstancias.

Deseo exponer en particular un problema existente desde la Cuarta Región hacia el norte. Un artículo de la ley permite la "perforación" de las cinco millas, y ello no se ha tocado en la discusión. Eso sí que resulta complejo, porque las pesqueras grandes, los industriales, han depredado finalmente lo que corresponde a la pesca artesanal.

En el estudio del proyecto cabría preocuparse no solo de la instalación o no del GPS -he observado un debate un poco acalorado al respecto-, a lo cual creo que nadie se va a oponer, en definitiva. La dificultad radica en las prohibiciones que se establecen a continuación. Pero la forma en que se está discutiendo el punto, en general, provocará una situación difícil y no va a tener buen término.

Por eso, considero importante que el señor Subsecretario esté presente para que le sea posible plantear su postura, ya que ha expresado -aunque no puedo intervenir en su representación- que perfectamente se podría buscar una solución, no en el proyecto de ley en examen, sino en otro que se debata con rapidez. El Ejecutivo tiene la posibilidad de calificar la urgencia, de modo que es factible resolver la dificultad que nos ocupa, así como también la "perforación" a que he hecho referencia.

Juzgo que este último sí es un aspecto de fondo, el cual ha significado la depredación de la pesca en las Regiones del norte. Sobre ello no se ha dicho una sola palabra. Se "perfora" hasta una milla, y resulta que ahí se generan dificultades económicas para los pescadores.

En tal sentido, no estoy disponible para resolver cuestiones parciales. Lo razonable es discutirlas en conjunto. Por lo menos el Senador que habla juzga que el señalado es un asunto de fondo para esa zona, ya que se registra mucha preocupación por la manera en que se está enfrentando.

Reitero mi solicitud al Senador señor Navarro para que le permita ingresar al señor Subsecretario, ya que eso posibilitaría, como he dicho, conocer la opinión del Ejecutivo.

Gracias.


El señor GIRARDI (Presidente).- El último en intervenir es el Honorable señor Tuma.


El señor TUMA.- Señor Presidente, represento a la Novena Región, donde existe una cantidad de pescadores significativa, pero bastante menor desde el punto de vista nacional.

El sector enfrenta muchísimas dificultades desde hace tiempo debido a la definición de las cuotas. Pescadores de otras Regiones, con embarcaciones de envergadura, están desarrollando su actividad en la costa de La Araucanía y no se ha determinado que el recurso pueda ser extraído con una cuota razonable para los pescadores artesanales de la zona.

Entonces, he explicado en la Novena Región que estamos discutiendo una iniciativa con relación a la cual se presentó una indicación que establece el posicionamiento satelital.

Fui uno de los partidarios del primer proyecto de instalación de estos sistemas de control para atender la demanda de los pescadores artesanales de todo el país relativa a que la gran industria pesquera avanzaba en sus territorios. Me parece razonable -y a ellos también- contar con tal dispositivo. He sido informado de que no es tan caro y que no reviste mayor dificultad.

Estos trabajadores no oponen reparos a que embarcaciones con más de 15 metros de eslora, siendo artesanales, capturen sus peces, sino que el problema reside en que no es posible sacar ninguno si se carece de cuota. En consecuencia, me plantean que realicemos una sola discusión. La idea es que sometamos el asunto a un debate de fondo; a un debate en que se traten todos los aspectos; a un debate que nos permita apoyar el posicionamiento satelital para embarcaciones menores y, al mismo tiempo, respaldados por estudios de universidades e investigaciones realizadas respecto del recurso en cada zona, reasignarles las cuotas a estos pescadores, que en la actualidad no pueden obtener nada por carecer de ellas. La extracción es llevada a cabo por otros que sí cuentan con permiso, pero que provienen de Regiones distintas.

Por tanto, señor Presidente, voy a votar en contra de la indicación renovada, con el objeto de que una postergación permita realizar una sola discusión.

He dicho.


El señor GIRARDI (Presidente).- Cerrado el debate. El señor Secretario va a dar lectura a la indicación renovada.

El señor LABBÉ (Secretario General).- Ella propone introducir el siguiente número nuevo:

"10. En el artículo 64 B:

"a) Agrégase, en el inciso segundo, la siguiente oración final: "También estarán sometidos a esta obligación los armadores de naves para la pesca artesanal de eslora total igual o superior a 15 metros".

"b) Incorpórase el siguiente inciso séptimo, nuevo:

"El incumplimiento de los requisitos establecidos en los dos primeros incisos del presente artículo significará la suspensión del permiso para la realización de las actividades correspondientes a su inscripción por un plazo de seis meses, y una multa de 30 a 300 unidades tributarias mensuales si se tratase de una nave pesquera industrial, o de 3 a 150 unidades tributarias mensuales si el infractor se tratase de una embarcación artesanal".".


El señor GIRARDI (Presidente).- En votación.


El señor LABBÉ (Secretario General).- ¿Algún señor Senador no ha emitido su voto?


El señor GIRARDI (Presidente).- Terminada la votación.

--Se aprueba la indicación renovada que intercala un número nuevo en el artículo 64 B (17 votos a favor, 9 en contra y 2 abstenciones).


Votaron por la afirmativa la señora Rincón y los señores Chadwick, Chahuán, Coloma, Espina, Frei (don Eduardo), García, Horvath, Larraín (don Hernán), Larraín (don Carlos), Letelier, Longueira, Novoa, Orpis, Pérez Varela, Prokurica y Zaldívar (don Andrés).


Votaron por la negativa la señora Allende y los señores Escalona, Girardi, Gómez, Kuschel, Lagos, Muñoz Aburto, Navarro y Tuma.


Se abstuvieron los señores Pizarro y Sabag.

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