Una distribución más equitativa es la que buscarán los pescadores artesanales en el proceso de discusión, que se está iniciando con miras a reemplazar las cuotas establecidas en el sistema de Límite Máximo de Captura por Armador (LMCA).
El Llanquihue informó que el sistema está vigente desde el año 2001, pero caduca el 2012, por lo que se debe establecer una nueva normativa.
El debate se inició por el interés de la empresa noruega Lota Protein de ingresar al sistema -que es cerrado entre los actuales armadores-, para lo cual recurrió al Tribunal de la Libre Competencia. Esto porque los industriales quieren una prórroga. Sin embargo, el otro actor en este debate es la pesca artesanal.
Descontentos
El presidente de Consejo de Pescadores Artesanales, Jorge Bustos, recalcó que este sector no tiene problemas en discutir la ampliación del sistema, siempre que ello implique una distribución más equilibrada. "Todo el mundo sabe que los pescadores quedaron en una desventaja demasiado marcada", aseguró.
Estas desventajas, según el dirigente, se manifiestan en las cuotas del jurel, en la que los industriales se llevan el 95%, dejando el restante para los artesanales. En la merluza común, la distribución es 80-20 y en el congrio 82-18, siempre en favor de los industriales.
"Son siete barcos, versus 7 mil u 8 mil pescadores", dijo el dirigente, quien criticó la presencia de parlamentarios con intereses en la pesca, como el senador Zaldívar. "Esta gente tiene que restarse en la toma de decisiones, para que haya un equilibrio real", recalcó.
El consejero zonal de pesca, Cosme Caracciolo, advirtió que el actual sistema no ha hecho otra cosa que llevar "a recursos como la merluza común y el jurel a una situación paupérrima, donde las capturas anuales son menores al 40% de lo que han sido históricamente".
El Llanquihue informó que el sistema está vigente desde el año 2001, pero caduca el 2012, por lo que se debe establecer una nueva normativa.
El debate se inició por el interés de la empresa noruega Lota Protein de ingresar al sistema -que es cerrado entre los actuales armadores-, para lo cual recurrió al Tribunal de la Libre Competencia. Esto porque los industriales quieren una prórroga. Sin embargo, el otro actor en este debate es la pesca artesanal.
Descontentos
El presidente de Consejo de Pescadores Artesanales, Jorge Bustos, recalcó que este sector no tiene problemas en discutir la ampliación del sistema, siempre que ello implique una distribución más equilibrada. "Todo el mundo sabe que los pescadores quedaron en una desventaja demasiado marcada", aseguró.
Estas desventajas, según el dirigente, se manifiestan en las cuotas del jurel, en la que los industriales se llevan el 95%, dejando el restante para los artesanales. En la merluza común, la distribución es 80-20 y en el congrio 82-18, siempre en favor de los industriales.
"Son siete barcos, versus 7 mil u 8 mil pescadores", dijo el dirigente, quien criticó la presencia de parlamentarios con intereses en la pesca, como el senador Zaldívar. "Esta gente tiene que restarse en la toma de decisiones, para que haya un equilibrio real", recalcó.
El consejero zonal de pesca, Cosme Caracciolo, advirtió que el actual sistema no ha hecho otra cosa que llevar "a recursos como la merluza común y el jurel a una situación paupérrima, donde las capturas anuales son menores al 40% de lo que han sido históricamente".