Una investigación para establecer si hay un impacto del terremoto, y posterior tsunami, del pasado 27 de febrero en la población del crustáceo langostino inició la Universidad Católica de Valparaíso (PUCV).
Su Dirección General de Comunicaciones informó que desde este mes y hasta diciembre el Departamento de Recursos Bentodemersales de la Escuela de Ciencias del Mar, que dirige el profesor Patricio Arana, ejecutará un proyecto de investigación dirigido a determinar la distribución y abundancia del langostino colorado (Pleuroncodes monodon) en las regiones del Maule y Biobío, tras el terremoto del 27 de febrero que afectó a la zona.
El principal objetivo de este estudio, manifestó el informe, consiste en establecer si hay alguna secuela del sismo en la población de este crustáceo, cuyas concentraciones comerciales se ubican precisamente en el área geográfica en que se produjo el movimiento.
"Son cuatro empresas las que participan, con ocho buques pesqueros. Nosotros tenemos ocho personas de la universidad, profesionales y alumnos, en los buques, más un ingeniero en tierra. Este trabajo es un monitoreo en que las empresas han sido autorizadas a pescar en una cuota baja", explicó Arana.
El proyecto de investigación contempla la recopilación de datos en cada uno de los viajes de captura, para lo cual se utilizan las naves arrastreras de las empresas que financian este estudio, Compañía Pesquera Camanchaca, Pesquera Isladamas, Antartic Seafood y Bracpesca.
Recurso bajo la lupa
La universidad ha estudiado el langostino colorado desde el 2000, año en que detectaron que el recurso había disminuido a niveles insólitos; había prácticamente colapsado, por lo que se estableció una veda que se mantiene hasta ahora, puntualizó Arana.
Su Dirección General de Comunicaciones informó que desde este mes y hasta diciembre el Departamento de Recursos Bentodemersales de la Escuela de Ciencias del Mar, que dirige el profesor Patricio Arana, ejecutará un proyecto de investigación dirigido a determinar la distribución y abundancia del langostino colorado (Pleuroncodes monodon) en las regiones del Maule y Biobío, tras el terremoto del 27 de febrero que afectó a la zona.
El principal objetivo de este estudio, manifestó el informe, consiste en establecer si hay alguna secuela del sismo en la población de este crustáceo, cuyas concentraciones comerciales se ubican precisamente en el área geográfica en que se produjo el movimiento.
"Son cuatro empresas las que participan, con ocho buques pesqueros. Nosotros tenemos ocho personas de la universidad, profesionales y alumnos, en los buques, más un ingeniero en tierra. Este trabajo es un monitoreo en que las empresas han sido autorizadas a pescar en una cuota baja", explicó Arana.
El proyecto de investigación contempla la recopilación de datos en cada uno de los viajes de captura, para lo cual se utilizan las naves arrastreras de las empresas que financian este estudio, Compañía Pesquera Camanchaca, Pesquera Isladamas, Antartic Seafood y Bracpesca.
Recurso bajo la lupa
La universidad ha estudiado el langostino colorado desde el 2000, año en que detectaron que el recurso había disminuido a niveles insólitos; había prácticamente colapsado, por lo que se estableció una veda que se mantiene hasta ahora, puntualizó Arana.