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El texto, que aborda 10 aspectos de la actividad, sería la base para la refundación de la industria salmonera en el sur del país. El Llanquihue, 24 de agosto de 2009.
Lea noticia relacionada. Relocalización será decisión voluntaria
La industria salmonera espera con ansias las modificaciones a la Ley General de Pesca y Acuicultura, pero el texto que salió de la Comisión de Pesca del Senado, no es precisamente lo que pensaban que iban a recibir.
Un documento que aborda 10 aspectos trascendentales de la actividad, pero que es atravesada por un denominador común: mayores regulaciones.
Aunque aún debe ser votado por la Sala, se estima que las decisiones fundamentales, ya están tomadas.
En materia de concesiones, a los ya publicitados 25 años de duración, el texto salido de la Comisión establece que las antiguas mantienen su carácter indefinido, salvo que se relocalicen o sean objeto de un crédito Corfo dentro del plazo de dos años.
También se crea un registro en que se inscribirán las transferencias de las concesiones y se regula su hipoteca. Al mismo tiempo que se limita la concentración de éstas. Ningún solicitante podrá tener más del 20% de las áreas de una Región, a la vez que se deja claro que la entrega de estos derechos no constituye dominio sobre las aguas ni el fondo marino, obligando a desarrollar la actividad en forma armónica con otras actividades y sustentablemente.
EMPLAZAMIENTOS
Otro de los cambios importantes tiene que ver con el emplazamiento de las concesiones.
De partida, se eliminan las concesiones en ríos y lagos no navegables, así como la posibilidad de establecer áreas apropiadas para la acuicultura intensiva en esos lugares.
La relocalización de las concesiones se deberán someter al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).
Sin embargo, se establece que con el sólo mérito del informe de la Autoridad Marítima, se modificarán las áreas apropiadas para la acuicultura (AAA), excluyendo de éstos los accesos a caletas de pesca artesanal, atracaderos o áreas de seguridad de embarcaciones menores.
Otra de las protecciones que se otorga a los artesanales tiene que ver con el hecho que los barrios (agrupaciones de concesiones) no podrán limitar otras actividades como la pesca, las áreas de manejo, la libre navegación, el turismo ni los derechos de los pueblos originarios.
Tampoco podrán estar cerca de los parques marinos (1,5 millas), reservas naturales y áreas protegidas terrestres.
El proyecto también tiene un contenido especial para las tres regiones salmoneras.
De partida, congela el otorgamiento de concesiones en la Región de Los Lagos; mientras que para Aysén, la prohibición es de dos años y de uno, en Magallanes.
Los interesados en relocalizar su concesión no sólo deberán cumplir con la zonificación del borde costero, sino que también renunciar a la concesión de origen.
El proyecto deja preferencia para la relocalización a aquellas concesiones que sean incompatibles con la zonificación del borde costero. Las concesiones de trucha y coho -al menos el 50% de producción de los últimos dos años- también tendrán preferencia.
La propuesta de los senadores también instaura 5 causales de caducidad.
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La industria salmonera espera con ansias las modificaciones a la Ley General de Pesca y Acuicultura, pero el texto que salió de la Comisión de Pesca del Senado, no es precisamente lo que pensaban que iban a recibir.
Un documento que aborda 10 aspectos trascendentales de la actividad, pero que es atravesada por un denominador común: mayores regulaciones.
Aunque aún debe ser votado por la Sala, se estima que las decisiones fundamentales, ya están tomadas.
En materia de concesiones, a los ya publicitados 25 años de duración, el texto salido de la Comisión establece que las antiguas mantienen su carácter indefinido, salvo que se relocalicen o sean objeto de un crédito Corfo dentro del plazo de dos años.
También se crea un registro en que se inscribirán las transferencias de las concesiones y se regula su hipoteca. Al mismo tiempo que se limita la concentración de éstas. Ningún solicitante podrá tener más del 20% de las áreas de una Región, a la vez que se deja claro que la entrega de estos derechos no constituye dominio sobre las aguas ni el fondo marino, obligando a desarrollar la actividad en forma armónica con otras actividades y sustentablemente.
EMPLAZAMIENTOS
Otro de los cambios importantes tiene que ver con el emplazamiento de las concesiones.
De partida, se eliminan las concesiones en ríos y lagos no navegables, así como la posibilidad de establecer áreas apropiadas para la acuicultura intensiva en esos lugares.
La relocalización de las concesiones se deberán someter al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA).
Sin embargo, se establece que con el sólo mérito del informe de la Autoridad Marítima, se modificarán las áreas apropiadas para la acuicultura (AAA), excluyendo de éstos los accesos a caletas de pesca artesanal, atracaderos o áreas de seguridad de embarcaciones menores.
Otra de las protecciones que se otorga a los artesanales tiene que ver con el hecho que los barrios (agrupaciones de concesiones) no podrán limitar otras actividades como la pesca, las áreas de manejo, la libre navegación, el turismo ni los derechos de los pueblos originarios.
Tampoco podrán estar cerca de los parques marinos (1,5 millas), reservas naturales y áreas protegidas terrestres.
El proyecto también tiene un contenido especial para las tres regiones salmoneras.
De partida, congela el otorgamiento de concesiones en la Región de Los Lagos; mientras que para Aysén, la prohibición es de dos años y de uno, en Magallanes.
Los interesados en relocalizar su concesión no sólo deberán cumplir con la zonificación del borde costero, sino que también renunciar a la concesión de origen.
El proyecto deja preferencia para la relocalización a aquellas concesiones que sean incompatibles con la zonificación del borde costero. Las concesiones de trucha y coho -al menos el 50% de producción de los últimos dos años- también tendrán preferencia.
La propuesta de los senadores también instaura 5 causales de caducidad.
