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Martes - El imperio Angelini: en la pesca, Forestales y combustibles

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Anacleto Angelini era el hombre más rico de Chile y el segundo con más fortuna en Latinoamérica. Sin embargo, su riqueza fue producto de seis décadas de trabajo y buenas decisiones comerciales.
A su llegada al país, en 1948, fundó junto a otros italianos la empresa Pinturas Tajamar asociándose luego con el italiano Antonio Francini para incursionar en el rubro de la construcción. Fue con él que fundó "Francini y Angelini Ltda", sin embargo el origen de su actual fortuna partiría en la pesca, área a la que llegó en 1957. Ese año compró Eperva, una empresa abandonada de Iquique, que dedicó a la fabricación de harina y aceite de pescado y a la que pronto se sumaron varias otras firmas similares.
Parte de su éxito se debió a que él mismo, manejando su Simca, recorría el país promoviendo las bondades de sus productos.Luego adquiere la pesquera Indo, negocio que complementó con la formación de Astilleros Arica, Maestranza Iquique, Aeropesca y Corpesca, todas empresas que fomentaron el crecimiento del rubro.
En 1969 toma el control de la forestal Cholguán S.A., arremetida que sería la antesala de su consolidación en esta área con el complejo Celulosa Arauco y Constitución (Celco).
Angelini pasó los años de la Unidad Popular sin negociar con el gobierno y evitando las tomas y luego también sorteó hábilmente la década de los ochenta, no cayendo en la tentación del endeudamiento fácil cuando el dólar estaba a los 39 pesos.
Fue así, como siguiendo su estilo conservador, pudo dar el gran salto que definitivamente lo llevaría a la cumbre de los negocios: en 1986 decide comprar Copec, la compañía más grande del país.
A través de esta firma, el patriarca pudo potenciar sus empresas hacia las áreas de combustibles, forestal, pesquera, minera y comercial tanto en Chile como en el exterior.
También fundó la compañía de seguros Cruz del Sur y AFP Summa, participó en la propiedad de CCU, la principal cervecera del país, además empresas del sector eléctrico, como Colbún.
En el año 2000 creó Antarchile, como matriz financiera de su grupo empresarial.
En los últimos años, Anacleto Angelini sumó negocios con Prego -su centro de llamados que atiende a empresas en Estados Unidos, España y Chile- con Olidata -que produce unos 250 mil computadores al año y Sigma, que surgió para dar servicios computacionales al grupo, que hoy atiende a terceros y comercializa un software competidor de SAP.



Un hombre de negocios de bajo perfil, conversador y amante de los chocolates

Sencillo y enemigo de las fotografías y las entrevistas. Así era Anacleto Angelini. Pese a ser el hombre con más dinero del país, este hijo de la ciudad italiana de Ferrara nacido de una familia de amplia tradición empresarial, siempre mantuvo un bajo perfil social. Casi no asistía a actos públicos y valoraba la vida privada de su familia, incluso más que su fortuna.
En una entrevista a La Tercera en el 2005 Alejandro Pérez Rodríguez, ex gerente general de Celco y uno de los más cercanos colaboradores de Angelini, definió al empresario como una persona modesta que siempre trabajó alejado de la prensa.
"Don Anacleto es una persona tremendamente modesta. Tiene 90 años y a esta edad debería haber estado descansando hace mucho, pero ha hecho del trabajo su motivo de vida. Del trabajo silencioso. Nunca ha estado en la prensa, no sé si alguna vez ha dado una entrevista, y quienes trabajamos con él en general hemos sido así" decía Pérez.
El ex gerente de Celco fue uno de los estrechos colaboradores del empresario junto a los abogados José Tomás Guzmán y Manuel Bezanilla. Sin embargo, su mano derecha fue sin duda su sobrino Roberto Angelini, quien además es su heredero más conocido, dado que el controlador de Copec no tenía hijos.
Sus cercanos hablan de él como un buen conversador, de gran memoria y fanático de las pastas y los chocolates. Lúcido y certero en sus decisiones comerciales, nunca quiso usar guardaespaldas, y de hecho era habitual que él mismo manejara su Mercedes Benz por el centro de Santiago.
De gustos más bien simples, disfrutaba de sus horas libres junto a su mujer María Noceda, hija de un inmigrante italiano que conoció al llegar a Chile y con quien se casó el 30 de agosto de 1959.
Fue con ella con quien emprendió la aventura en este país desconocido, sin hablar prácticamente nada de español y cuando llegaba escapando de la ruina dejada en su Italia natal por la Segunda Guerra Mundial.



Su relación con Chile: Reconocimientos y el caso Celco

Fue en 1994, bajo el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, cuando a Anacleto Angelini se le otorgó la nacionalidad chilena por gracia.
La idea de concederle el reconocimiento junto a los religiosos Baldo Santi y Josse Van Der Rest Emsen, ingresó al Senado con el respaldo de Andrés Zaldívar, Gabriel Valdés, Ricardo Núñez, Arturo Alessandri y Sergio Bitar. Obtuvo los votos de diferentes sectores políticos y se convirtió en el primer empresario en integrar la lista de los ilustres extranjeros nacionalizados en Chile.
El decreto fue concedido al considerar a Angelini como "uno de los más brillantes y exitosos empresarios" del país, dedicación empresarial que no lo marginó de su compromiso social. "En forma silenciosa colabora con innumerables obras de bien social en ayuda de la gente. Es bueno y necesario que la comunidad nacional reconozca el valioso aporte que hacen los extranjeros que se afincan en nuestra Patria y que hacen de ella su propia tierra y trabajan por su progreso al igual que si fueran nacidos en ella", decía el decreto aprobado en la Cámara Alta. Y es que junto a sus actividades comerciales, Angelini hizo varias obras benéficas como sus aportes a la Fundación Juan Pablo II, a través de la cual se otorgan becas a estudiantes de bajos recursos, y sus constantes ayudas a la colonia italiana.
Sin embargo no sólo buenos momentos vivió en el país. Probablemente el punto negro de sus negocios fue el episodio de la contaminación de la planta Celco en Valdivia y que habría incidido en la muerte de cientos de cisnes del santuario Carlos Anwandter en el río Cruces en el 2004.
El hecho motivó el cierre temporal de la planta, la salida del gerente general de Celco, Alejandro Pérez e incluso una reunión entre Anacleto Angelini y el entonces Presidente Ricardo Lagos, en enero de 2005. En el encuentro el Mandatario le recriminó que la empresa estaba menospreciando las variables ambientales, se quejó de la gestión de los ejecutivos y le advirtió que esos supuestos errores de Celco podían afectar negociaciones internacionales, como los TLC y la misma incorporación a la Ocde.
Por este caso, el Consejo de Defensa del Estado (CDE) presentó una demanda contra de Celco hace dos años, basado en el informe elaborado por la Universidad Austral de abril de 2005, que señala que las descargas de Celco incidieron en los cambios ambientales en el santuario que terminaron en la muerte de los cisnes.
El Estado solicitó a la empresa de Angelini medidas para restablecer las condiciones del santuario, repoblar el humedal con luchecillo, con cisnes, taguas y coipos y la creación de un humedal artificial. Paralelamente, pidió implementar un programa de monitoreo para evaluar la recuperación del santuario. Pero estas medidas no se han concretado mientras no termine el juicio por la demanda.
Un caso aparte es el tema de la solución al tema. En abril pasado la Comisión Regional del Medio Ambiente de la región de Los Lagos decidió adjudicar a la empresa Ecometrix la consultoría internacional que deberá proponer dentro de los próximos meses una alternativa para la descarga de los residuos líquidos emanados de la producción de la planta Valdivia de Celulosa Arauco.

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