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El presidente de la Asociación de Armadores y Productores Pelágicos de la VIII Región (Arpropelar A.G), José Luis Gallego, solicitó elaborar planes que promuevan el consumo humano de especies como la anchoveta y la sardina, recursos que actualmente son destinados mayormente a la elaboración de harina y aceite de pescado.
Dijo que de los 1,5 a 2,5 millones de t de anchoveta que se han venido capturando anualmente en el Chile, más del 99,9% se destina a reducción y su posterior exportación, para ser utilizados en la alimentación animal, principalmente para la acuicultura en China, Europa y para los salmónidos locales.
Hasta ahora -comentó- se ha justificado el bajo consumo directo de la anchoveta y el uso casi exclusivo de este recurso sólo para la producción de harinas y aceite, en la ausencia de un mercado interno y el rechazo generalizado de la población hacia peces de carnes negras y grasas. "Sin embargo, hoy se sabe que los peces de carnes oscuras (azules) con alto contenido de Omega-3 y Omega-6, como la anchoveta, son los más nutritivos y de gran importancia para la prevención de enfermedades cardiacas y otras", aseveró.
El dirigente comentó que utilizar la anchoveta para consumo humano directo no sólo puede ser un elemento clave en la lucha para reducir los altos niveles de obesidad infantil y para aumentar la seguridad alimentaría de nuestro país, sino porque se obtendría un mayor valor agregado para la anchoveta, como también para la sardina (y potencialmente más divisas); generaría más empleo; y porque prácticamente no contamina los ambientes donde se desarrolla. Además, requiere volúmenes de captura muchos menores, lo que implica que se puede dejar más del recurso en el mar y así contribuir a la recuperación del ecosistema marino y sus especies "hoy en día disminuidas", añadió.
De esta forma, Gallegos propuso que las autoridades realicen una campaña para promover el consumo de anchoveta y sardina que sea atractiva para el público más exigentes, donde se promueva significativamente las inversiones para su captura y procesamiento y se reconozca su enorme valor potencial para contribuir al bienestar social y ambiental.
"Necesitamos una política pesquera que incentive la pesca sin cuota para el consumo humano, para provocar un cambio o una revolución productiva y la generación de oportunidades de negocio y por consiguiente ayudar a las zonas y caletas reprimidas por la escasez de recursos con más innovación y mayor valor agregado y por consiguiente trabajo para las ciudades puertos y caletas pesqueras artesanales", concluyó el dirigente.
Dijo que de los 1,5 a 2,5 millones de t de anchoveta que se han venido capturando anualmente en el Chile, más del 99,9% se destina a reducción y su posterior exportación, para ser utilizados en la alimentación animal, principalmente para la acuicultura en China, Europa y para los salmónidos locales.
Hasta ahora -comentó- se ha justificado el bajo consumo directo de la anchoveta y el uso casi exclusivo de este recurso sólo para la producción de harinas y aceite, en la ausencia de un mercado interno y el rechazo generalizado de la población hacia peces de carnes negras y grasas. "Sin embargo, hoy se sabe que los peces de carnes oscuras (azules) con alto contenido de Omega-3 y Omega-6, como la anchoveta, son los más nutritivos y de gran importancia para la prevención de enfermedades cardiacas y otras", aseveró.
El dirigente comentó que utilizar la anchoveta para consumo humano directo no sólo puede ser un elemento clave en la lucha para reducir los altos niveles de obesidad infantil y para aumentar la seguridad alimentaría de nuestro país, sino porque se obtendría un mayor valor agregado para la anchoveta, como también para la sardina (y potencialmente más divisas); generaría más empleo; y porque prácticamente no contamina los ambientes donde se desarrolla. Además, requiere volúmenes de captura muchos menores, lo que implica que se puede dejar más del recurso en el mar y así contribuir a la recuperación del ecosistema marino y sus especies "hoy en día disminuidas", añadió.
De esta forma, Gallegos propuso que las autoridades realicen una campaña para promover el consumo de anchoveta y sardina que sea atractiva para el público más exigentes, donde se promueva significativamente las inversiones para su captura y procesamiento y se reconozca su enorme valor potencial para contribuir al bienestar social y ambiental.
"Necesitamos una política pesquera que incentive la pesca sin cuota para el consumo humano, para provocar un cambio o una revolución productiva y la generación de oportunidades de negocio y por consiguiente ayudar a las zonas y caletas reprimidas por la escasez de recursos con más innovación y mayor valor agregado y por consiguiente trabajo para las ciudades puertos y caletas pesqueras artesanales", concluyó el dirigente.
