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Jueves - Discrepan sobre el origen y las motivaciones de los últimos conflictos laborales

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Mientras el senador Pedro Muñoz Aburto, presidente de la Comisión de Trabajo hizo una crítica a los empresarios por minimizar la realidad laboral que vive el país; el senador Carlos Bianchi precisó que los conflictos sociales son temas de responsabilidad compartida por todos los sectores.


Distintos diagnósticos sobre el origen de los últimos conflictos laborales que han afectado al país, como en el caso de las forestales, en Codelco y ahora en la planta Agrosuper, expresaron los senadores Pedro Muñoz Aburto y Carlos Bianchi
Mientras el primero, quien preside de la Comisión de Trabajo criticó a los empresarios por guardar silencio ante los abusos laborales; su par, el senador Bianchi precisó que “éste es un tema de responsabilidades compartidas donde los sectores, público privado y los trabajadores deben actuar en conjunto para lograr una mayor justicia social”.
El senador Muñoz Aburto respaldó la acción del Gobierno y denunció la existencia de una campaña tendiente a exagerar la realidad laboral que vive el país. Desestimó así las acusaciones de ilegalidad y vulneración del Estado de derecho, planteadas por dirigentes gremiales luego de la movilización de Agrosuper y las llevadas adelante por trabajadores subcontratistas forestales y de Codelco.
Señaló que “si bien han existido algunos hechos de violencia, éstos han sido aislados y rechazados claramente por el Gobierno”. Recalcó que “el nivel de conflictividad existente en Chile es relativamente bajo y muy inferior al de otros países del continente e incluso al de naciones desarrolladas”.
Asimismo defendió “el derecho de los trabajadores a movilizarse y plantear sus reivindicaciones en forma ordenada y pacífica. En ese sentido, acusó al empresariado de doble estándar, reprochándoles por magnificar los excesos ocurridos en las manifestaciones y, en cambio, minimizar sistemáticamente los miles de atropellos a la legalidad que se viven cada día en cientos de empresas del país.”
Añadió que “quisiéramos la misma actitud de las máximas cúpulas empresariales del país, exigiendo sanciones y mano dura ante la apropiación de las cotizaciones previsionales, el no pago de horas extras, las prácticas antisindicales, la extensión arbitraria de la jornada y tantos abusos que se cometen contra los trabajadores”.
Finalmente, el parlamentario expresó la necesidad de analizar los conflictos sin dobles discursos ni exageraciones y enfatizó en que la primera responsabilidad en la generación de un clima de armonía y estabilidad en las empresas la tienen los empleadores a través de condiciones laborales justas y dignas y del respeto de los derechos de los trabajadores.
TODOS LOS SECTORES
Por su parte, el senador Carlos Bianchi se refirió a los últimos conflictos laborales indicando que “es lógico que existan algunas disputas cuando se ve que no hay una justicia económica social o laboral. Por lo tanto, ambos sectores tienen algo de razón pero aquí falta un tercer actor que es el sector público que ha sido tremendamente paciente porque hoy día la relación laboral deja mucho que desear en todos los organismos del Estado, incluso en el mismo Congreso Nacional”.
Agregó que “aquí hay responsabilidades compartidas, el Estado tiene que ser el primer garante y dar una buena señal en materia de generar trabajos estables y hoy no lo está haciendo; por otro lado, los privados tienen que entender que un país que va creciendo tiene que ser solidario con los trabajadores”.
Por tanto, “más que pensar que hay sectores que tratan de propender a una situación de conflicto social, creo que es una situación que responde a una necesidad de expresarse y a una demanda legitima de parte de los trabajadores de querer tener un ingreso mucho más digno y pensiones más dignas”.
No obstante, el senador Bianchi aclaró que los hechos de violencia no justifican estas legítimas demandas ya que “da la sensación de que los actos de violencia en las protestas son menores y pasajeros, con un carácter de confrontación social que ni al gobierno ni al Estado ni a la gente le va a favorecer”.
Recalcó que “todo hecho violento es un acto repudiable porque una cosa es exigir condiciones dignas para la gente y, otra, utilizar los desmanes como pretexto para las reivindicaciones. Eso tiene el rechazo de todo un país y, si alguien quiere conquistar una demanda social ésa es la peor vía”.

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