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ASIPES pide al gobierno inmediato cierre de puertos
La Asociación de Industriales Pesqueros A.G. (ASIPES) se mostró desilusionada con los resultados de la última ronda de negociaciones para crear una Organización Regional de Pesca (ORP) en el Pacífico Sur, que culminó en Auckland, Nueva Zelandia, este sábado 14 de noviembre a las 13:00 hora local. Ello, pues en el encuentro al que asistieron más de 20 países no se logró adoptar medidas de protección adecuadas para el recurso jurel a partir del 1 enero del 2010, fecha en que expiran las actuales medidas interinas.
“Debía establecerse el congelamiento de las capturas. Sin embargo, se acordó sólo un congelamiento de los TRG (Toneladas de Registro Grueso, unidad de medida de la envergadura de los barcos), al igual como ocurrió en la reunión de Reñaca de 2007. Eso significa que habrá ventanas para que ingresen más naves a pescar”, dijo desde Auckland Luis Felipe Moncada, gerente de ASIPES. Y agregó que ahora la única forma que Chile tiene de proteger el jurel es aplicar de manera efectiva el Decreto 123, que impide el abastecimiento de la flota extranjera que opera en alta mar sin respetar normas de conservación.
El gerente de ASIPES explicó que los países participantes suscribieron la “Convención para la Conservación y Administración de los Recursos Pesqueros en el Alta Mar del Océano Pacífico Sur”, texto con el que se crea la ORP y que recoge diversos aspectos que Chile había planteado, como la existencia de los comités que administrarán los recursos pesqueros en el sector oriental y occidental del Pacífico y la aprobación de estados costeros, como el nuestro, para el establecimiento de cuotas globales y su asignación a los diversos países.
Sin embargo, Moncada advirtió que el documento no entrará en vigor antes de tres o cuatro años, tiempo que los parlamentos de los respectivos países requieren para tramitar y ratificar el tratado. E insistió en que durante ese periodo el jurel seguirá siendo capturado sin control por la flota extranjera en el alta mar adyacente.
El gerente de ASIPES agregó que en la semana anterior al inicio de la conferencia se había efectuado la reunión del Grupo de Trabajo Científico, el que reconoció el deterioro de esta especie y la necesidad de administrarla como una sola unidad en todo el océano, reduciendo las capturas a niveles sostenibles.
“Sin embargo, pese a lo categórico de ese informe, la negociación fue compleja, por la aspiración de diversos países de aumentar su porcentaje de pesca sin ninguna consideración por el recurso, presionando para evitar el congelamiento de capturas, el cierre a nuevos estados y el establecimiento de un sistema de control, que eran las medidas que impulsaba Chile y las únicas congruentes con el informe del Grupo de Trabajo Científico”, explicó Moncada.
Durante el curso de la reunión se comprobó que diversos países aspiraban a aumentar el número de barcos factorías en el alta mar del Pacífico Sur de 32 a 56 de aquí al 31 de diciembre, haciendo uso de la ventana de la medida interina de Reñaca. Según Moncada, con ello se vulneraría en forma flagrante el acuerdo de 2007, según el cual los aumentos de naves se deberían hacer “con moderación”.
Con estas presiones, la medida interina pelágica que regirá entre enero del 2010 y la entrada en vigencia de la ORP finalmente establece una limitación voluntaria a los participantes al nivel de las capturas efectuadas los años 2007, 2008 ó 2009, así como de los TRG de las naves a partir del 1 de enero de 2010. Sin embargo, a los países que ingresen naves a fines del 2009 se les abrirá una ventana de un año para pescar y hacer historia.
A juicio de ASIPES, las medidas interinas adoptadas permiten que actores como la Unión Europea, la Federación Rusa y China Taipei aumenten en forma importante sus TRG o bien se les creen ventanas especialmente para introducir naves con las que no contaban. “Deberá hacerse un análisis cuidadoso de qué se buscaba en esta negociación y qué ha obtenido Chile, así como lo que han obtenido los países que aspiraban a incrementar su capacidad de captura sobre esta especie”, concluyó el gerente del gremio.
Las negociaciones para crear una ORP se iniciaron en febrero de 2006, por iniciativa de Nueva Zelandia, Australia y Chile. Desde entonces, se han realizado ocho conferencias y varias reuniones intersesionales destinadas a ordenar la pesca en el alta mar del Pacífico Sur y así evitar la sobreexplotación de los recursos que allí existen.
La Asociación de Industriales Pesqueros A.G. (ASIPES) se mostró desilusionada con los resultados de la última ronda de negociaciones para crear una Organización Regional de Pesca (ORP) en el Pacífico Sur, que culminó en Auckland, Nueva Zelandia, este sábado 14 de noviembre a las 13:00 hora local. Ello, pues en el encuentro al que asistieron más de 20 países no se logró adoptar medidas de protección adecuadas para el recurso jurel a partir del 1 enero del 2010, fecha en que expiran las actuales medidas interinas.
“Debía establecerse el congelamiento de las capturas. Sin embargo, se acordó sólo un congelamiento de los TRG (Toneladas de Registro Grueso, unidad de medida de la envergadura de los barcos), al igual como ocurrió en la reunión de Reñaca de 2007. Eso significa que habrá ventanas para que ingresen más naves a pescar”, dijo desde Auckland Luis Felipe Moncada, gerente de ASIPES. Y agregó que ahora la única forma que Chile tiene de proteger el jurel es aplicar de manera efectiva el Decreto 123, que impide el abastecimiento de la flota extranjera que opera en alta mar sin respetar normas de conservación.
El gerente de ASIPES explicó que los países participantes suscribieron la “Convención para la Conservación y Administración de los Recursos Pesqueros en el Alta Mar del Océano Pacífico Sur”, texto con el que se crea la ORP y que recoge diversos aspectos que Chile había planteado, como la existencia de los comités que administrarán los recursos pesqueros en el sector oriental y occidental del Pacífico y la aprobación de estados costeros, como el nuestro, para el establecimiento de cuotas globales y su asignación a los diversos países.
Sin embargo, Moncada advirtió que el documento no entrará en vigor antes de tres o cuatro años, tiempo que los parlamentos de los respectivos países requieren para tramitar y ratificar el tratado. E insistió en que durante ese periodo el jurel seguirá siendo capturado sin control por la flota extranjera en el alta mar adyacente.
El gerente de ASIPES agregó que en la semana anterior al inicio de la conferencia se había efectuado la reunión del Grupo de Trabajo Científico, el que reconoció el deterioro de esta especie y la necesidad de administrarla como una sola unidad en todo el océano, reduciendo las capturas a niveles sostenibles.
“Sin embargo, pese a lo categórico de ese informe, la negociación fue compleja, por la aspiración de diversos países de aumentar su porcentaje de pesca sin ninguna consideración por el recurso, presionando para evitar el congelamiento de capturas, el cierre a nuevos estados y el establecimiento de un sistema de control, que eran las medidas que impulsaba Chile y las únicas congruentes con el informe del Grupo de Trabajo Científico”, explicó Moncada.
Durante el curso de la reunión se comprobó que diversos países aspiraban a aumentar el número de barcos factorías en el alta mar del Pacífico Sur de 32 a 56 de aquí al 31 de diciembre, haciendo uso de la ventana de la medida interina de Reñaca. Según Moncada, con ello se vulneraría en forma flagrante el acuerdo de 2007, según el cual los aumentos de naves se deberían hacer “con moderación”.
Con estas presiones, la medida interina pelágica que regirá entre enero del 2010 y la entrada en vigencia de la ORP finalmente establece una limitación voluntaria a los participantes al nivel de las capturas efectuadas los años 2007, 2008 ó 2009, así como de los TRG de las naves a partir del 1 de enero de 2010. Sin embargo, a los países que ingresen naves a fines del 2009 se les abrirá una ventana de un año para pescar y hacer historia.
A juicio de ASIPES, las medidas interinas adoptadas permiten que actores como la Unión Europea, la Federación Rusa y China Taipei aumenten en forma importante sus TRG o bien se les creen ventanas especialmente para introducir naves con las que no contaban. “Deberá hacerse un análisis cuidadoso de qué se buscaba en esta negociación y qué ha obtenido Chile, así como lo que han obtenido los países que aspiraban a incrementar su capacidad de captura sobre esta especie”, concluyó el gerente del gremio.
Las negociaciones para crear una ORP se iniciaron en febrero de 2006, por iniciativa de Nueva Zelandia, Australia y Chile. Desde entonces, se han realizado ocho conferencias y varias reuniones intersesionales destinadas a ordenar la pesca en el alta mar del Pacífico Sur y así evitar la sobreexplotación de los recursos que allí existen.
